El Sevilla paga sus debilidades

La Liga de Campeones puede haber parecido caprichosa en su desenlace en alguna ocasi¨®n, pero lo que siempre ha caracterizado a esta exigente competici¨®n es que no deja un fallo impune. El Sevilla afront¨® el encuentro como el equipo que ya no es y pag¨® las debilidades que ha adquirido. Permiti¨® que su contrincante se levantara del suelo tras haberlo batido y desmoralizado en apenas diez minutos y los penaltis certificaron una eliminatoria que hab¨ªan perdido sobre el c¨¦sped. Nadie puede quitarle el orgullo a los sevillistas de su desempe?o en la m¨¢s grande competici¨®n. Pero tampoco nadie puede ocultar la realidad en la que vive ahora.

El Sevilla sali¨® tan convencido de lo que ten¨ªa que hacer y de poder hacerlo que marc¨® el gol que le era exigido antes de que empezara el partido. El ¨¢rbitro hab¨ªa pitado y los futbolistas ya se hab¨ªan hecho hasta alguna falta, pero el juego a¨²n estaba marcado por la impresionante y emotiva atm¨®sfera creada por los seguidores sevillistas. La estampida sevillista no parec¨ªa tener remedio. Al conjunto turco no le qued¨® m¨¢s remedio que replegarse e intentar sufrir el menor da?o posible. Si alguien disfruta y destaca en este tipo de situaciones es el inclasificable Daniel Alves. En cuanto oy¨® que el silbato marcaba una falta al borde del ¨¢rea turca, el lateral, agarr¨® la pelota, chut¨® duro y marc¨®. Con ese jugador y en ese ambiente, el gol pareci¨® hasta inevitable, pifia descomunal delportero incluida. Poco despu¨¦s, Keita decidi¨® aprovecharse de la maltrecha moral de Demirel y le envi¨® un zurdazo desde fuera del ¨¢rea que el meta turco tambi¨¦n se trag¨®. Pero el Fenerbah?e resisti¨® la presi¨®n del p¨²blico, la euforia sobre el c¨¦sped y el rubor por esos dos goles. Y se puso a jugar su f¨²tbol.

La manera de matar al grupo de Jim¨¦nez es bombeando faltas y saques de esquina

El plan de Zico colocaba a Kezman como ¨²nica y molesta referencia en punta. El serbio molest¨® todo lo que pudo y ocupando sitios que incomodaban a los defensores sevillistas. A medida que la pelota pasaba m¨¢s tiempo sobre el c¨¦sped y las acciones perd¨ªan vigor, la figura de Alex creci¨® y creci¨®. Al ritmo del veterano brasile?o, el juego del Fenerbah?e encontr¨® e impuso el ritmo que mejor le ven¨ªa. La fluidez que lideraban Alex y Deivid y corr¨ªan Aurelio y Boral redujo al conjunto sevillista a un grupo escler¨®tico en la t¨¢ctica y menor en lo estrat¨¦gico. Y tan vulnerable en defensa como siempre.

Los saques de falta o c¨®rner sobre el ¨¢rea sevillista casi siempre se traducen en una oportunidad para el contrario o en gol. Le pasa hace ya meses. Y no parecen encontrar la soluci¨®n. Da igual qui¨¦n juegue, en qu¨¦ puesto lo haga, en qu¨¦ minuto tenga lugar la acci¨®n o en qu¨¦ campo: la mejor manera de matar al Sevilla es bombeando faltas y saques de esquina. Aunque los rasos tambi¨¦n valen. As¨ª le pusieron a Deivid su primer gol, con un c¨®rner raso que empalm¨® a la red sin defensa a la vista ni por babor, estribor, proa o popa. Ni siquiera el hecho de que Dragutinovic estuviera fuera del terreno de juego para recibir atenci¨®n mientras se desarrollaba la jugada del gol disculpa nada. El Sevilla ha perdido varios de los atributos que le hicieron admirable y campe¨®n m¨²ltiple, pero se est¨¢ desangrando por una carencia en la t¨¢ctica m¨¢s b¨¢sica.

El Fenerbah?e mandaba y, aunque por detr¨¢s a¨²n en la eliminatoria, se sent¨ªa se?or en casa ajena. El Sevilla se qued¨® con poco m¨¢s que esperar a sus solistas. Y aparecieron. Alves vio a Kanout¨¦ en el coraz¨®n del ¨¢rea y le envi¨® un bal¨®n en globo que el africano templ¨® con el pecho y empalm¨® a la red con la derecha. La reacci¨®n del Fenerbah?e fue otra jugada a bal¨®n parado con tiro de Vederson que despej¨® Poulsen sobre la raya.

En la segunda mitad, el Sevilla sigui¨® sin personalidad en su juego y su contrincante madurando el partido a la espera de otra saque sobre el ¨¢rea sevillista. Y lleg¨®. Deivid rentabiliz¨® el en¨¦simo barrullo en el ¨¢rea sevillista como consecuencia de un saque de parado y llev¨® el partido a la pr¨®rroga. Y despu¨¦s los penaltis, el futuro a una carta que la jug¨® mejor el m¨¢s inesperado: Demirel, que con tres paradas cerr¨® el sue?o sevillista.

El Sevilla cae ante el Fenerbah?e