Por un pa¨ªs m¨¢s libre
El socialista Ceferino D¨ªaz ha insinuado en el diario EL PA?S que la lentitud del cambio pol¨ªtico en Galicia hunde sus ra¨ªces en el fraguismo. La desmotivaci¨®n generada durante la era de Fraga Iribarne est¨¢ lastrando el cambio, vino a decir Cefe. ?Conclusi¨®n? No se discute, ni siquiera por los socialistas, que todo va despacio, sino que ya se buscan culpables. Y se buscan en el viejo PP.
Teniendo en cuenta que el entra?able pol¨ªtico de Escair¨®n es una persona sensata, quiz¨¢ habr¨ªa que pensar que su respuesta al incisivo periodista Daniel Salgado es m¨¢s bien una salida por la tangente que una firme convicci¨®n. Seamos sinceros: para bien o para mal, el cambio en Galicia va como va por la responsabilidad de quienes gobiernan y, ya en menor medida, de los gobernados reticentes a la renovaci¨®n y a que corra el aire.
Si Touri?o y Quintana no entienden que est¨¢n llamados a pilotar un gran cambio, habr¨¢n defraudado
?Se imagina alguien a Felipe Gonz¨¢lez en el 82 ech¨¢ndole la culpa de su ya hist¨®rico cambio a Franco? Si en la Xunta no hay m¨¢s cambio es porque no se quiere que lo haya, lo cual puede responder a varias motivaciones: el temor a despertar a los gallegos anestesiados por el fraguismo, el convencimiento de que Galicia no quiere grandes cambios, y la edad de una clase dirigente, a la que Fraga quem¨® en el banquillo como Gento a Manol¨ªn Bueno. Pero si falta ilusi¨®n no es por culpa de Fraga, sino de los que ejercen ahora el poder, a menudo del brazo de quienes engordaron con Fraga, al tiempo que lo complacieron.
Una se?al clara de todo ello es la ausencia de emergentes en la sociedad gallega y la falta de transparencia, empezando por la pol¨ªtica de comunicaci¨®n, donde el bipartito reedita las viejas recetas de P¨¦rez Varela, creyendo que as¨ª puede comprar voluntades. Si en esta Galicia de ahora hay personas, empresarios y creadores libres es porque se buscan la vida, muchas veces fuera, pero no porque se impulse la Galicia de las oportunidades desde el Gobierno. Al contrario, ¨¦ste asume a veces el papel de ¨¢rbitro casero, siguiendo el mal ejemplo de los trencillas que hac¨ªan ganar al Real Madrid con Franco.
Los gallegos deben saber que con sus impuestos y los fondos que transfieren a Galicia el Estado y la Uni¨®n Europea se les conceden prebendas a los mismos de siempre, en vez de sentar las bases de una verdadera sociedad democr¨¢tica y libre. Las cuatro cosas con que pueden maquillar su gesti¨®n el PSOE y el BNG, donde tambi¨¦n hay gente eficaz, no son suficientes ni compensan el conservadurismo de los m¨¢s timoratos.
El problema es serio porque el PP a¨²n no se ha renovado lo suficiente para volver como alternativa. Y el hecho de que haya en Galicia l¨ªderes pol¨ªticos modernos, que los hay -N¨²?ez Feij¨®o y Anxo Quintana triunfaron en el debate televisado-, no quiere decir que lo que subyace lo sea. Bastar¨ªa un vistazo a las fotos de quienes rodean a nuestros gobernantes para comprobar que pocas caras han cambiado en el influyente mundo de la econom¨ªa financiera y empresarial.
Del mismo modo que no hace falta mirar a Madrid para ver un buen debate televisado -Feij¨®o, Touri?o y Quintana no act¨²an peor que Zapatero y Rajoy-, s¨ª es menestar hacerlo, por ejemplo, para encontrar las claves del cambio econ¨®mico. Gonz¨¢lez, Boyer, Solchaga, Solbes y sus pol¨ªticas liberalizadoras dieron pie, es verdad, a algunos esc¨¢ndalos sonados, pero m¨¢s all¨¢ de sus errores sentaron las bases de una modernizaci¨®n econ¨®mica que ahora tiene problemas pero que ha levantado este pa¨ªs, dando bienestar a sus ciudadanos. Y como los grandes proyectos los acometen grandes personas, por eso surgieron en Espa?a nuevos protagonistas en la banca, los grupos econ¨®micos y los medios de comunicaci¨®n.
Si Touri?o y Quintana no entienden que ellos est¨¢n llamados a pilotar y promover un gran cambio pol¨ªtico, econ¨®mico y social en Galicia -equiparable al de la era Gonz¨¢lez en Espa?a- habr¨¢n defraudado a quienes, con sus votos, propiciaron que terminase el fraguismo. Todo parece indicar que el 9-M toca apostar por m¨¢s cambio, al menos en Galicia. Por eso ser¨¢ tan importante ver qu¨¦ tecla hay que pulsar para que ese cambio avance y no se detenga por ninguna desmotivaci¨®n del pasado. Seguro que as¨ª Galicia saldr¨¢ ganando. xeira@mundo-r.com
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