?Qu¨¦ pesados!
Tengo deformada la visi¨®n de la realidad, veo triple, no entiendo nada. En el primer y cansino debate entre los que aspiran a mantener o a pillar las llaves del reino, el moderador Campo Vidal se anticipaba al juicio de los mirones y nos contaba que lo que est¨¢bamos viendo era magn¨ªfico, intens¨ªsimo, apasionante y no s¨¦ qu¨¦ m¨¢s euforizantes calificaciones. Vale. Cuesti¨®n de opiniones interesadas. Pero despu¨¦s del segundo y tambi¨¦n olvidable combate entre estos dos actores gris¨¢ceos y previsibles, leo en los peri¨®dicos que ha sido espectacular, tenso, Hitchcock puro. Y deduzco ante testimonios tan l¨²cidos que yo he visto otra pel¨ªcula, sin pizca de gracia, reiterativa, mal escrita, abarrotada de gui?os a la clientela, de farragosos gr¨¢ficos y de presuntos golpes de efecto. Se lo tengo que contar a mi psiquiatra, no vaya a haber perdido definitivamente la olla, aunque dudo que nadie me pueda convencer de que ese debate era como asistir al duelo entre Olivier y Caine en La huella o a la pelea de Clay y Foreman en Kinsasha.
El nivel de los insultos me parece ¨ªnfimo. Presuponer que uno de ellos miente o dice la verdad continuamente no se lo creen ni los ni?os. Tampoco la c¨®mica certidumbre de Rajoy de que en el centro de este pa¨ªs est¨¢ el PP. Qu¨¦ man¨ªa la de la derecha con proclamarse centrista y liberal. Ni al tah¨²r m¨¢s acorralado y lerdo se le ocurre culpar al chico de la mirada honesta de apoyar la movida de Irak y de haber intentado impedir los juicios del 11-M. Lo de aprendiz de brujo y lo de ciclista es algo m¨¢s sofisticado.
Conmovedora la seguridad de Zapatero de que los perdedores y los parias no se sentir¨¢n solos y desamparados si ¨¦l gana. Alguien deber¨ªa convencer a Rajoy de que se olvide de su enigm¨¢tica ni?a, que cambie el rollo por gemelos o trillizas. Me pongo malo cada vez que escucho el melifluo "buenas noches y buena suerte". S¨®lo quedaba bien en la nicot¨ªnica boca de Edward Murrow.
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