El fil¨®sofo de la m¨²sica pop
Se ha transformado en un m¨²sico popular de oficio, pero Santiago Auser¨®n (Zaragoza, 1954) mantiene intacta su pasi¨®n por la filosof¨ªa, en la que sigue trabajando, investigando incansable la relaci¨®n entre el pensamiento y el sonido. En el tiempo que le deja libre la lectura de Homero, se sube al escenario con 24 m¨²sicos, con los que desarrolla un espect¨¢culo basado en los temas de su carrera, en una gira que le ha llevado por diferentes teatros y con los que ha grabado un disco-DVD, Canciones de Santiago Auser¨®n con la Original Jazz Orquesta de Barcelona.
Ha pasado una semana en un balneario descansando del agotamiento que provocan los bolos y la tensi¨®n del disco reci¨¦n terminado, pero esta ma?ana llega a Ciudad Real con las gafas de sol puestas y como una moto. Rueda de prensa, comida y actuaci¨®n con 24 m¨²sicos. Al d¨ªa siguiente, el mismo programa en Guadalajara. Auser¨®n mantiene su aspecto de eterno adolescente y un nivel de fama que le permite pasear por la calle sin ser molestado, pese a ser requerido por fans que quieren fotografiarse con ¨¦l. Su relaci¨®n con el Taller de M¨²sicas de Barcelona surgi¨® de manera casual. La orquesta celebraba su 25? aniversario y su director, Enric Palomar, encarg¨® un arreglo de La negra flor. Cuando le preguntaron si la quer¨ªa cantar, les dijo que s¨ª, que cumpl¨ªa los mismos a?os que ellos en el negocio y que le gustar¨ªa celebrarlo en su compa?¨ªa. "Fui a un ensayo y me encontr¨¦ que las cosas funcionaban de una manera que yo no estaba acostumbrado: gente que obten¨ªa el rendimiento m¨¢ximo de un encuentro y pillaban el tema a la primera lectura. Aquello nos dej¨® muy buena sensaci¨®n a todos. La idea de Enric (Palomar) era arreglar todo mi repertorio y al a?o siguiente me propusieron interpretarlo en la plaza de la Catedral, en Barcelona, y me pareci¨® un reto divertido. All¨ª presentamos diez temas, las canciones de Radio Futura las conoce todo el mundo, pero algunas de Juan Perro iban con arreglo tirando a culto. Fue una experiencia muy c¨¢lida, la orquesta hizo vibrar a la gente y ah¨ª nos convencimos de que hab¨ªa que darle continuidad". Enric Palomar, con el que a estas alturas ya le une una buena amistad, ha llevado siempre la iniciativa de los arreglos y para Auser¨®n eso ha sido un regalo: "Me divierto con mis canciones de una manera que no hab¨ªa hecho antes, me he encontrado como en un paisaje distinto". Pero, como siempre que est¨¢ en una cosa, Auser¨®n quiere el extremo contrario y, en este caso, ya piensa en llevar en paralelo a la big band un formato peque?o que le permita explorar el repertorio nuevo. Se le han pasado cinco a?os haciendo colaboraciones, primero con su hermano Luis, con el que mont¨® un repertorio de cl¨¢sicos del rock de versiones en castellano -"cre¨ªamos que era un disquito de versiones y seis meses de trabajo, pero pasaron tres a?os"-, y luego se meti¨® en lo de taller. "Quer¨ªa trabajar en mi repertorio nuevo, pero he dejado que las cosas vinieran as¨ª porque algo querr¨¢ decir. Adem¨¢s, la situaci¨®n me permite reflexionar. Hemos aprendido a traducir a los Beatles, Jimi Hendrix y Dylan y no lo hemos hecho mal, que luego hab¨ªa que reflexionar sobre nuestro repertorio, pues me parece bien, pero ahora necesito ver c¨®mo se comportan las nuevas canciones. Estoy un poco intrigado y con nervios".
"No falta creatividad. Hay una obstrucci¨®n social hacia toda la producci¨®n nueva que no tenga el 'marketing' hecho. El que est¨¢ creando e intenta difundir su obra tiene ante s¨ª un muro"
"En Inglaterra, el pop y el rock son una potencia, y por eso se han ganado el respeto de la sociedad y la reina les pone medallas. Yo s¨®lo pido que los juglares tengamos sitios para tocar"
PREGUNTA. ?En qu¨¦ direcci¨®n musical se va a mover esta vez?
RESPUESTA. He trabajado con gente que pone el list¨®n muy alto. Cuando escucho los arreglos de Enric en mis canciones se me plantea ad¨®nde tengo que llevar un tema para que pueda seguir mejorando. De momento, guardo diez maquetas y una carpeta amplia de letras bastante perfiladas y m¨²sicas iniciadas junto con otra de letras rechazadas, pero ignoro la pinta que tiene eso porque como trabajo sin grupo y sin enchufar, con una guitarra ac¨²stica, un cuaderno y un l¨¢piz, pues suena bastante a blues en castellano, una cosa ablusada, a medio camino de la experiencia sonera, algo entre La Habana y Nueva Orleans.
P.?Y no corre el riesgo de dispersarse?
R. Estoy corriendo todos los riesgos de la dispersi¨®n o el diletantismo y, naturalmente, no me gustar¨ªa quedarme en eso, pero uno no siempre es due?o de lo que el destino decide. No me gustar¨ªa quedarme en el diletantismo, pero estoy disfrutando y la cuesti¨®n es que me muevo en una especie de taller triangular que me lleva fatalmente de la letra a la m¨²sica y de la m¨²sica a la reflexi¨®n. Me he transformado en m¨²sico popular de oficio pero sigo manteniendo la vocaci¨®n de estudiante de filosof¨ªa. Eso es lo que quer¨ªa hacer cuando la movida madrile?a me arrastr¨® en otra direcci¨®n, pero estudio cada vez que puedo, lo que pasa es que eso se encuentra integrado en mi taller de trabajo, hay una serie de anotaciones y lecturas que tienen que ver con la reflexi¨®n sobre nuestra m¨²sica, la situaci¨®n en la cultura espa?ola y la estrategia a seguir para sacar la cabeza hacia delante.
P. ?C¨®mo compagina todo eso?
R. A base de un insomnio galopante y de tratar de crear un horario ideal que no puedo cumplir. Al final siempre acabo por desplazar el objetivo inmediato de una semana a otra y, a veces, de un a?o a otro, pero cuando tengo una cosa voy inmediatamente a por ella, ya sea estudiar algo en la Biblioteca Nacional o terminar una canci¨®n, aunque me cueste sudor y l¨¢grimas.
P. ?Sigue escribiendo la tesis?
R. Claro, y no tengo ninguna prisa por acabar. La dirige Jos¨¦ Luis Pardo, que anualmente recibe un promedio de treinta o cuarenta p¨¢ginas como m¨¢ximo, y me ayuda a reorientarla o me se?ala lecturas convenientes. Me resulta muy ¨²til reservarme ese espacio de libertad para los ratos en los que no tengo obligaciones p¨²blicas y puedo continuar la lectura de Plat¨®n o revisar las notas sobre la m¨²sica y el sonido y el papel que ambos juegan en el pensamiento.
P. Los ritmos populares y los mestizajes han marcado su carrera.
R. En Radio Futura discut¨ªamos mucho en la furgoneta, intent¨¢bamos sonar como un grupo extranjero, pero s¨®lo desde el punto de vista de la calidad porque quer¨ªamos cantar en espa?ol. En las letras met¨ªa cu?as con historias rurales espa?olas, como El tonto Sim¨®n, no ¨ªbamos a ponernos a hablar de Billy el Ni?o o de h¨¦roes de otra ¨¦pica. Era el momento after punk pero hab¨ªa una corriente de m¨²sica muy potente con el reggae que ten¨ªa una cadencia muy pr¨®xima al vocalismo hispano y ah¨ª empez¨¢bamos a darnos cuenta de que ten¨ªa que haber una negritud que hablara espa?ol.
P. Y se march¨® a Cuba
R. En esa onda aterric¨¦ en La Habana y, claro, fue un shock. Nada m¨¢s llegar ves las caras de tu familia en negro y la expresi¨®n del Siglo de Oro con el deje y la picaresca cubanos. La m¨²sica ten¨ªa un poder de contaminaci¨®n tremendo. No he seguido viajando despu¨¦s de aquello porque ten¨ªa que desarrollar lo que aprend¨ª con los soneros, pero me toc¨® vivir un momento privilegiado.
P. Esa experiencia abri¨® nuevos caminos en su cabeza
R. Ellos definen su m¨²sica como una mezcla de Espa?a y ?frica pero entre medias se producen cantidad de matices de g¨¦neros, en una especie de abanico gradual de posibilidades, lo que posibilitaba abrir caminos en la nueva m¨²sica popular espa?ola. Imperios, califatos y taifas caen y pasan como si fuera una hoja de oto?o, pero hay un ritmito que est¨¢ ah¨ª dando guerra y pas¨¢ndose entre culturas, civilizaciones y lenguas.
P. ?El futuro de la m¨²sica pasa por las fusiones?
R. El mestizaje no es un proyecto, es un hecho y una confrontaci¨®n. Las fusiones musicales m¨¢s interesantes han surgido de situaciones de conflicto extremo como la explotaci¨®n de los negros esclavos o las relaciones de segregaci¨®n en Estados Unidos. Ser¨ªa ingenuo pretender que de un mestizaje benevolente, de nos comunicarnos todos con todos, pueda salir algo interesante, puede surgir una especie de sopa fr¨ªa y eso es en lo que estamos, en la apariencia de mestizaje de mezcla de colores. El futuro pasa por la decantaci¨®n de formas, algo as¨ª como elegir la vestimenta adecuada. La mezcolanza de hoy en d¨ªa es infinita, un chaval desde su ordenador puede jugar a mezclar patrones de la India y de Nueva York, pero el resultado no va a ser bueno si no hay un proceso de decantaci¨®n hacia una forma que cree fluidez r¨ªtmica, una armon¨ªa real, y que sea contagiosa. El futuro se cuenta en la decantaci¨®n de la variedad, no en la variedad por s¨ª misma, que es una fatalidad medi¨¢tica o un hecho inevitable de la aldea global.
P. ?D¨®nde busca ahora como m¨²sico?
R. Donde est¨¢ pasando algo que tenga valor po¨¦tico, el g¨¦nero me importa menos. Me atrae la sensaci¨®n de que pasan cosas que tienen fuerza expresiva y, hoy en d¨ªa, el terreno de la improvisaci¨®n se encuentra muy sano. Desde los setenta, con Pedro Iturralde se dieron cuenta de que la ¨²nica m¨²sica con poder suficiente como para carearse con la improvisaci¨®n internacional se deb¨ªa basar en el flamenco, porque hab¨ªa una r¨ªtmica y un comp¨¢s propios. Los m¨²sicos de jazz se pod¨ªan meter en comp¨¢s flamenco y entender c¨®mo funciona una buler¨ªa y una sole¨¢ y ser capaces de improvisar encima. M¨²sicos como Miles Davis o Marsalis han estado atra¨ªdos por el flamenco sin llegar a manejar su lenguaje, pero ahora ya tenemos en Espa?a una generaci¨®n de improvisadores que trabaja con soltura dentro de esos compases y que tiene lenguaje propio.
P. Para abrir caminos en la nueva m¨²sica popular espa?ola ha colaborado en la producci¨®n de diferentes proyectos musicales, el ¨²ltimo un disco de Tete Montoli¨² y Javier Colina ?Qu¨¦ le impulsa a moverse en esa direcci¨®n?
R. Nunca he tenido el prop¨®sito de enfrentarme a una carrera como productor. No tengo vocaci¨®n, pero lo he hecho porque las cosas ven¨ªan as¨ª. En el caso de Colina y Tete Montoli¨², no hice nada m¨¢s que poner un poco de pasta y asistir a las sesiones. En Radio Futura lo hice porque no quedaba m¨¢s remedio, o con Juan Perro, porque quer¨ªa hacer cosas, en un territorio que no estaba inventado. Hab¨ªa que probar y juntar a un tresero cubano con un guitarrista brit¨¢nico y ah¨ª nadie pod¨ªa proporcionarme claves.
P. Y cuando lleg¨® Compay Segundo.
R. Pues fue lo mismo. Me toc¨® producir la primera antolog¨ªa que abarca su obra completa porque nadie hab¨ªa grabado todo ese repertorio maravilloso.
P. En su honor hay que decir que fue el primero en descubrirle, antes incluso de que lo agarrase Ry Cooder.
R. De hecho, yo le di la antolog¨ªa. Ry no conoc¨ªa a Compay. Nos encontramos en la grabaci¨®n del primer disco de Carlos N¨²?ez. Le llev¨¦ dos discos, el que yo hab¨ªa grabado en La Habana, el primero de Juan Perro, y la antolog¨ªa que acababa de producir de Compay. ?l ya hab¨ªa estado en La Habana en el a?o 1976, pero no hab¨ªa hecho nada con m¨²sica cubana y ese d¨ªa me dijo que quer¨ªa volver all¨ª con Ali Farka Tour¨¦. Bueno, de aquella historia me queda el consuelo de que Compay me dijo poco antes de morir que mi disco era el caballo, los cubanos tienen una loter¨ªa china en la que el caballo es el n¨²mero 1.
P. ?Qu¨¦ hay que hacer para vender tantas copias como vendi¨® Buena Vista Social Club?
R. Faltan multinacionales soportadas por un ej¨¦rcito como el de Estados Unidos para llegar a vender millones de copias. Ya lo dec¨ªa Victor Hugo, el triunfo de las letras s¨®lo se sostiene sobre un triunfo de las espadas. Me parece una l¨¢stima reducir la visi¨®n de las relaciones entre la sociedad y la cultura a esos esquemas, pero parecen tan probados que ser¨ªamos incautos si no los tuvi¨¦semos en cuenta.
P. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando en el mundo de la m¨²sica? ?C¨®mo es que Auser¨®n tiene que autoproducirse?
R. Hay gente de las compa?¨ªas discogr¨¢ficas que me han ayudado a sostener mi prop¨®sito durante mucho tiempo, lo que sucede es que siendo incluso tipos, en el caso de alguno de ellos, de lo m¨¢s amables y perceptivos, el di¨¢logo o la posibilidad de hacer negocio de un prop¨®sito art¨ªstico como el m¨ªo se ha demostrado inviable desde su punto de vista. Creo que puedo ofertar una mercanc¨ªa razonablemente honesta aunque no sea un pelotazo de ventas, un producto con relativas aspiraciones culturales puede llegar a hacerse p¨²blico y las compa?¨ªas por la crisis de formatos que sufren no son capaces de percibirlos. Andan muy preocupados por las cifras de ventas decrecientes, la rentabilidad inmediata y la financiaci¨®n de sus estructuras. He dialogado con personas interesantes pero he llegado a un punto de mi carrera en que resulta inviable pactar cosas, ellos miran en una direcci¨®n y yo en otra. Sin necesidad de meterse con nadie, me veo obligado a autoproducir mi disco y difundirlo por los medios que pueda.
P. ?La huella sonora supone un intento de controlar todas las facetas de su carrera?
R. S¨®lo me falta poner la manta en Preciados. La Huella Sonora es nuestra oficina, que lleva tiempo haciendo cosas y que tiene experiencia en el medio, y ahora hemos decidido invertir todos los esfuerzos que provienen del directo en dise?ar una plataforma digital interesante en la que podamos sostener el di¨¢logo con los aficionados m¨¢s activos. Vamos a tratar desde la p¨¢gina lahuellasonora.com de proponer el producto de acuerdo con el taller de m¨²sica (tallerdemusica.com), pero estamos abiertos a todas las posibilidades.
P. Las discogr¨¢ficas tiran de fondo de cat¨¢logo y se imponen los trabajos en directo y las recuperaciones de grandes ¨¦xitos frente a la grabaci¨®n de temas nuevos. ?Cree que falta creatividad?
R. No, no falta creatividad. Hay una obstrucci¨®n social hacia toda la producci¨®n nueva que no tenga el marketing hecho. El que tiene una obra detr¨¢s puede reeditarla variando los formatos pero el que est¨¢ creando su obra e intenta difundirla tiene ante s¨ª un muro inamovible.
P. ?C¨®mo ve la m¨²sica espa?ola?
R. Mejor que nunca. Hay m¨¢s m¨²sicos y mejores y estamos acerc¨¢ndonos a un nivel comparable al de mercados m¨¢s hechos. Sin embargo, los m¨²sicos pagan locales de ensayos que cuestan 1.000 euros y dar un concierto en un club les cuesta dinero, tienen que aportar una cantidad hasta que la cubra el cupo de las copas. Estamos en una situaci¨®n absurda, dilapidando un capital enorme. La actualidad no recoge lo que sucede musicalmente en Espa?a. Si potenci¨¢ramos el fondo de la olla de lo que est¨¢ ocurriendo podr¨ªamos llegar a tener un mercado muy creativo. En Inglaterra, el pop y el rock son una potencia, y por eso se han ganado el respeto de la sociedad y la reina les pone medallas, pero bueno, yo s¨®lo pido que los juglares tengamos sitios para tocar.
P. ?Qu¨¦ ocurre entonces con la m¨²sica de las nuevas bandas?
R. El talento joven se est¨¢ malgastando. Ha dejado de ser un objetivo publicitario y ya ni la pol¨ªtica necesita asociarse con el rock. El problema est¨¢ en que tengamos un conocimiento, pero si en la ense?anza se descartan las humanidades, el problema es mucho m¨¢s grave, para qu¨¦ nos vamos a quejar porque no hay locales si en la ense?anza no se tiene en cuenta nuestra historia. Es tan chungo el asunto que no creo que se sostenga. Habr¨¢ un momento en que tengamos que plantarnos: mire usted, ni todos los tomates transg¨¦nicos ni todas las canciones producidas desde un despacho. Es el mismo problema, es un problema nutritivo, se busca un careto para que cante ficciones y eso habr¨¢ que desmontarlo. Tenemos que adoptar posturas p¨²blicas en relaci¨®n con una exigencia de las calidades que nos conciernen, es una cuesti¨®n de supervivencia. -


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