Patti Smith cogi¨® su guitarra
La artista arranca a cantar en la Mir¨® de Mallorca, donde expone fotos
A ciertas alturas de su biograf¨ªa los mitos como Patti Smith -"El arte es mi trabajo. A los ocho empec¨¦ a escribir. Llevo 50 a?os en ello", dijo-, se permiten sostener: "Habl¨¦ a una cabra, la cabra me mir¨®, le pregunt¨¦ y le di las gracias por dejarme captar una foto y repetir sin moverse".
La llamada madre del punk consign¨® entonces en su Polaroid una quieta y casi religiosa estampa en un rinc¨®n de ?frica. Ahora expone 33 im¨¢genes impresas en gelatina de plata, en la fundaci¨®n Pilar i Joan Mir¨® de Mallorca. En el enorme cubo blanco de Rafel Moneo las fotos parecen sellos, exvotos: son del tama?o de una caja de tabaco.
La creadora de Horses fue prolija y amable en las respuestas en la rueda de prensa. Al final se levant¨®, tom¨® por sorpresa la guitarra y, a palo seco, sin micro ni banda, desali?ada y nada diva, regal¨® una canci¨®n y la explic¨® en el auditorio de madera de la Mir¨®. All¨ª estaban decenas de seguidores, pintores, poetas, arquitectos, viejos roqueros.
La cantante habl¨® y actu¨® tras disparar su artefacto Polaroid, simple, "para ni?os", ante los ¨²ltimos cuadros inacabados y grafitos de Mir¨®, "muy abstractos". Se fij¨® en los pinceles -"me interesan las herramientas de trabajo de los autores"-, en el aire del estudio que levant¨® Josep Llu¨ªs Sert y anot¨® la presencia del libro de lectura de taller del pintor catal¨¢n: Cartas a Theo.
Patti Smith agot¨® el papel para llenar anoche el aforo de m¨¢s de 800 butacas del nuevo Teatro Principal de Palma y hoy repetir¨¢ recital con su grupo, tambi¨¦n sin entradas en la taquilla. Act¨²a en el festival Alternatilla en cinco ciudades de Mallorca.
Las fotos que muestra en la Mir¨® son "las que ten¨ªa en el caj¨®n; mand¨¦ las que me gusta mirar". Los positivos trazan el itinerario de momentos y meditaciones: miradas por los escenarios de literatos, pintores, artistas, encuadres de arquitecturas, estatuas y tumbas, iglesias, entre ellas la Sagrada Familia de Barcelona y s¨ªmbolos de paz. "Entre mis fotograf¨ªas y mis canciones hay una conexi¨®n org¨¢nica".
En la exposici¨®n, fotos de las zapatillas de Nureyev, de la m¨¢quina de escribir de Herman Hesse, de la cama y la habitaci¨®n de Virginia Woolf y de la de Vanessa Bell. Una cruz de dos arrugas en las s¨¢banas, otra cruz entre la bruma del atardecer y el humo. Todo son "las im¨¢genes de m¨ª misma".
"Mis fotos son lo que quiero ver. Pude entrar en la habitaci¨®n prohibida de Virginia Woolf porque hab¨ªa trabajado para la fundaci¨®n. Me quedaban dos placas de la Polaroid y poca luz. Entonces cerr¨¦ los ojos un minuto y prepar¨¦ el disparo para no fallar. Pens¨¦ en Virginia y le ped¨ª ayuda".
Por cuatro veces cit¨® la muerte de su marido, motivo por el que call¨® desde 1979 hasta 1995 y tom¨® la m¨¢quina de retratar para expresarse. Ma?ana al atardecer recitar¨¢ versos ante la celda de Chopin y George Sand en el claustro de la Cartuja de Valldemossa.
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