PunchDrunk: teatro de inmersi¨®n
Son "lo ¨²ltimo de lo ¨²ltimo" del teatro brit¨¢nico. Felix Barret (director art¨ªstico), Maxine Doyle (core¨®grafa), Robin Harvey (dise?ador de espect¨¢culos) y Colin Marsh (productor) se conocieron en la escuela de Arte Dram¨¢tico de Exeter, al suroeste de Inglaterra, y crearon PunchDrunk. Sus espect¨¢culos han sido definidos como "teatro f¨ªsico" porque est¨¢n a caballo entre la danza, la performance y la instalaci¨®n, aunque tambi¨¦n hay texto. Ellos los llaman "teatro de inmersi¨®n" o "asalto a los sentidos". PunchDrunk elige espacios desiertos o abandonados y trabaja con un sentido cinematogr¨¢fico del detalle y la atm¨®sfera para sumergir al p¨²blico en el universo de cada montaje. Se trata, dice Felix Barret, de "volver a jugar como ni?os, redescubrir el sentido de la anticipaci¨®n, explorar lo desconocido con esp¨ªritu de aventura". Comenzaron en 1999 con ocupaciones puntuales en funci¨®n ¨²nica. Ten¨ªas que llamar a un n¨²mero de tel¨¦fono, te citaban y te conduc¨ªan a un lugar desconocido. Su debut fue una versi¨®n radical y concentrada de El jard¨ªn de los cerezos en una vieja mansi¨®n de Pennsylvania Road, en Exeter. Al a?o siguiente fusionaron Edipo Rey y Ant¨ªgona, que ofrecieron, bajo el t¨ªtulo de The House of Oedipus, en un inmenso jard¨ªn victoriano de Pinhoe (Devon): otra casa en ruinas, Poltimore House, cubierta por la hiedra, era el palacio del rey ciego de Tebas. ?C¨®mo consiguen los permisos, en la reglamentad¨ªsima Inglaterra, para trabajar en lugares p¨²blicos que pueden venirse abajo en cualquier momento? Misterio. Tambi¨¦n hay golpes de suerte: un millonario, Arne Maynard, vio The House of Oedipus y en 2002 les encarg¨® montar Midsummer Night Dream para una fiesta de verano en su casa de Parsons Drove, en Norfolk. En diciembre de 2003 pegaron el salto a Londres, y a lo grande: una escuela del siglo XIX -el Beaufoy Building, en Kennington- acogi¨® Sleep No More, una versi¨®n de Macbeth con est¨¦tica de pel¨ªcula de Hitchcock de los a?os treinta: 14 actores y bailarines, m¨²sica en directo y cantantes de jazz, todo ello al servicio de una narrativa on¨ªrica y atomizada. Sleep No More fue su lanzamiento en la capital inglesa. En 2004, nuevo espacio y nuevo ¨¦xito, esta vez por partida doble: en la planta baja de una destiler¨ªa, The Old Seager, en Deptford, en el East End, Ariel guiaba a los espectadores como si fueran la tripulaci¨®n del barco naufragado de The Tempest; en la planta superior pod¨ªan ver Chair, un homenaje al mundo de Ionesco a partir de la vieja pareja protagonista de Las sillas. En octubre de 2006, el National Theater coprodujo Faust, el proyecto m¨¢s ambicioso de PunchDrunk, que agot¨® entradas durante tres meses y hubo de prorrogarse hasta marzo. El boca a oreja fue veloc¨ªsimo. La cita era en una f¨¢brica de az¨²car de cinco pisos, en el 21 de Wapping Lane (East End, en Tobacco Dock). Un miembro de PunchDrunk reparte m¨¢scaras como las que usaban los invitados a la misteriosa fiesta de Eyes Wide Shut, de Kubrick. Los espectadores suben en un montacargas. En cada planta bajan seis. El espect¨¢culo dura tres horas, en dos ciclos de noventa minutos. De la oscuridad brotan deslumbrantes escenarios on¨ªricos. El laboratorio del viejo Fausto, y un campo de ma¨ªz con un siniestro espantap¨¢jaros en el centro, y la calle principal de una peque?a ciudad americana. Farolas solitarias, tiendas abiertas pero vac¨ªas. Ecos de Stephen King, de Lynch, de Edward Hopper. Un cine, The Temple, donde proyectan Sed de mal, de Welles. Un diner, en el que Mefisto es un camarero que sirve la poci¨®n rejuvenecedora. Y, al final, un motel solitario. En una habitaci¨®n se encuentran por primera vez Fausto y Gretchen; en la siguiente, un grupo de m¨¢scaras rodea a la muchacha abandonada, que arrastra a su cama a un espectador y llora en sus brazos. No hay continuidad narrativa, como si todo pasara en tiempos alternos. La noche de Walpurgis tiene lugar en un club nocturno, donde se agita un grupo de adolescentes enfebrecidas, y el infierno de Mefisto est¨¢ en el s¨®tano, un honky tonk del profund¨ªsimo Sur. No es teatro, no es danza, no es cine, no es un sue?o y es todo a la vez: es PunchDrunk.
?Qui¨¦n se anima a montar aqu¨ª una aventura similar? -
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