Inagotable Todorov
Tuvo suerte. Eso es lo que dice Tzvetan Todorov para referirse a los cuarenta a?os que lleva trabajando como investigador cient¨ªfico. No tiene que ense?ar, no es un personaje p¨²blico. Su trabajo consiste exclusivamente en leer y escribir. As¨ª que se considera un privilegiado, por su libertad y disponibilidad.
Todorov naci¨® en Sof¨ªa, Bulgaria, en 1939. Se fue a Par¨ªs a finales de los a?os cincuenta. Ya trabajaba entonces en cuestiones relacionadas con la filosof¨ªa del lenguaje, con su materialidad, sus formas y estructuras. Se nacionaliz¨® franc¨¦s en 1963 y fij¨® su residencia en Par¨ªs, donde desde 1987 dirige el Centro de Investigaciones sobre las Artes y el Lenguaje del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS). Del lenguaje y los signos pas¨®, en los sesenta, a la historia. Se meti¨® de lleno en la conquista de Am¨¦rica, y m¨¢s adelante abord¨® la Segunda Guerra Mundial.
"Si asociamos la verdad del islam a lo que predican los islamistas le hacemos un inmenso favor a Bin Laden"
Leer y escribir como gran pasi¨®n. Con el tiempo nada parece resultarle ajeno a este investigador social y fil¨®sofo, y su inagotable curiosidad lo arrastra por caminos muy diferentes. Basta ver sus libros m¨¢s recientes. En estos d¨ªas se publica Sobre 'Vida y destino', donde aborda la novela de Vasili Grossman, y en mayo saldr¨¢ El esp¨ªritu de la Ilustraci¨®n. Hace unos meses aparecieron sus ensayos Elogio del individuo (donde analiza la pintura flamenca del Renacimiento) y Los aventureros del absoluto, donde se ocupa de Oscar Wilde, Rainer Maria Rilke y Marina Tsviet¨¢ieva, y su contribuci¨®n al volumen colectivo Frente a la raz¨®n del m¨¢s fuerte. Al catal¨¢n se ha traducido La literatura en perill. Todos estos t¨ªtulos los edita Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores.
PREGUNTA. ?C¨®mo se le ocurri¨® dejar Sof¨ªa y trasladarse a Par¨ªs?
RESPUESTA. A finales de los cincuenta, las posibilidades que hab¨ªa en Bulgaria eran las de hacer carrera en el partido comunista o dedicarse a la vida privada. Las imposiciones y las concesiones empezaban al trabajar. La vida de estudiante era f¨¢cil.
P. As¨ª que decidi¨® marcharse...
R. Un pariente que ten¨ªamos en Canad¨¢ nos hizo a los j¨®venes de la familia una propuesta, mantenernos unos a?os en el extranjero como estudiantes. ?Pod¨ªa mudarme a cualquier parte! El sue?o de irme a Par¨ªs ten¨ªa un poco de clich¨¦, por lo de la chan?on, Montand, Piaf... All¨ª baj¨¦ del tren un d¨ªa a las seis de la ma?ana con una maleta y una peque?a asignaci¨®n mensual que me iba a permitir tener una vida modesta.
P. ?Sab¨ªa entonces a lo que iba a dedicarse?
R. No quer¨ªa ser novelista ni poeta, y sin embargo quer¨ªa hablar de literatura. En Bulgaria lo hab¨ªa hecho. Eso s¨ª: sin entrar en la parte ideol¨®gica. Me hab¨ªa ocupado del car¨¢cter material de la literatura, de su car¨¢cter verbal. Me concentr¨¦ en hacer estudios formales, de esa manera no ten¨ªa que transgredir los principios del marxismo-leninismo. Supongo que si hubiera querido contactar con escritores lo hubiera tenido f¨¢cil, pero no encontraba a nadie que se ocupara de este tipo de cosas. Hasta que me hablaron de Gerard Genette, que hab¨ªa publicado un libro sobre los formalistas rusos. Y se convirti¨® en mi hermano mayor, el hombre que me gui¨®, que me llev¨® a Barthes y de ah¨ª a la revista Tel Quel, la que dirig¨ªa Phillipe Sollers. Me matricul¨¦ para hacer mi tesis, tuve que quedarme unos a?os m¨¢s, empec¨¦ a escribir en franc¨¦s.
P. ?Qu¨¦ relaci¨®n tuvo con los intelectuales occidentales? Muchos simpatizaban entonces con el comunismo.
R. Estuve m¨¢s cerca del estructuralismo, que surgi¨® justamente como una alternativa al pensamiento marxista. No todo obedec¨ªa a causas econ¨®micas, pensaban pensadores como Levi Strauss, las superestructuras tambi¨¦n contaban, las relaciones de parentesco, los mitos...
P. Pero tambi¨¦n entre los estructuralistas hab¨ªa marxistas, como Althusser.
R. Lo que para m¨ª fue entonces un misterio era que gente que consideraba libre e inteligente simpatizara con un r¨¦gimen del que yo hab¨ªa huido. En Par¨ªs no hab¨ªa hambre sino abundancia; no exist¨ªa un Estado represivo, hab¨ªa libertad. As¨ª que me produc¨ªa la mayor de las perplejidades que algunos defendieran un sistema totalitario.
P. ?Por qu¨¦ se dedica en 1967 a estudiar la conquista de Am¨¦rica?
R. Llevaba ya quince a?os en Francia, me hab¨ªa casado. En 1963 me hice ciudadano franc¨¦s y, aunque no sea marxista, creo que el ser determina la conciencia. Es decir, yo ya no viv¨ªa con la conciencia de un joven b¨²lgaro. Ya pod¨ªa ocuparme de todo, pod¨ªa hablar de todo lo que habla la literatura. Me hab¨ªa liberado de mis cadenas, ya no era necesario que tratara s¨®lo de la construcci¨®n, del estilo, de la forma.
P. Y eligi¨® el M¨¦xico de la conquista...
R. Cuando empec¨¦ a leer a Bernal D¨ªaz descubr¨ª que me hablaba del encuentro con el extranjero, con el extranjero absoluto, y que me contaba lo que significa aprender a vivir con los otros, con lo diferente. En la aventura de la conquista de Am¨¦rica participaron unos personajes impresionantes que se encontraron de pronto frente a una realidad extraordinaria, totalmente nueva.
P. Y a la que ten¨ªan que someter al precio que fuera...
R. Es apasionante lo que hizo Cort¨¦s. Se impuso con 120 soldados a un rival que ten¨ªa 20.000. Mi contribuci¨®n para desvelar ese enigma tiene que ver con la semi¨®tica. Cort¨¦s manejaba los signos con m¨¢s eficacia que Moctezuma.
P. ?Y eso qu¨¦ quiere decir?
R. Todos los espa?oles buscaban en Am¨¦rica una sola cosa: el oro. Cort¨¦s fue m¨¢s prudente. Decidi¨® no avanzar hasta que no tuviera un int¨¦rprete. Y apareci¨® entonces la Malinche. Aprendi¨® espa?ol, y le fue traduciendo lo que hablaban los otros, los desconocidos. Cort¨¦s supo entonces que esperaban el regreso de un dios, Quetzalc¨®atl, y decidi¨® instrumentalizar el mito present¨¢ndose como un enviado suyo. Los hizo creer lo que ellos quer¨ªan creer. Actuaba como un pr¨ªncipe moderno.
P. En uno de sus libros se ocupa del arte flamenco en la ¨¦poca del Renacimiento. ?Qu¨¦ ten¨ªan en com¨²n Campin y Cort¨¦s?
R. El mundo del siglo XV es el que descubre que el individuo tiene que tomar las riendas de s¨ª mismo. Ya no ocurre como en la Edad Media, donde el individuo no exist¨ªa y era s¨®lo el reflejo de algo que estaba por encima de ¨¦l, un tipo gen¨¦rico, sin relieves. Y eso ocurr¨ªa tambi¨¦n en el mundo de Moctezuma. Y as¨ª como Campin empez¨® a pintar a los hombres concretos de su tiempo, Cort¨¦s participaba tambi¨¦n de la idea de que el mundo merece ser conocido por lo que es. Quiso mirar el mundo que ten¨ªa delante de los ojos. Ya no se trataba de la vaca como idea, hab¨ªa vacas concretas, como las que pint¨® Campin. Es la modernidad.
P. Cort¨¦s y Campin, pero tambi¨¦n ha abordado la guerra de Irak...
R. Hoy el mayor enemigo de las democracias occidentales es el terrorismo islamista. Pero no soy amigo de plantear las cosas de esa manera. El terrorismo tiene que ser combatido de manera implacable, y eso lo saben muy bien los espa?oles, que lo siguen padeciendo. Pero no conviene crear un gran enemigo, ya sea ¨¦ste el islam o los pa¨ªses isl¨¢micos. Es necesario separar muy claramente las distintas cuestiones: las medidas policiales, el control de internet, la infiltraci¨®n en las redes islamistas... El enemigo de ahora es m¨¢s peligroso, y lo es porque no emplea fuerzas convencionales.
P. ?C¨®mo combatirlo entonces?
R. El terrorismo no puede prosperar salvo en aquellos lugares donde existe un ambiente favorable. Es algo que est¨¢ en la mente de las personas. Por eso es tan importante el combate ideol¨®gico, Europa tiene que dar esa batalla en primer plano.
P. ?Por qu¨¦ Europa?
R. Porque Estados Unidos ha cometido demasiados errores. Ah¨ª est¨¢n Guant¨¢namo, Abu Ghraib, Bagram. Son justamente este tipo de realidades las que terminan por producir un entorno que simpatiza con los terroristas, que los protege, los financia, les facilita la log¨ªstica que necesitan. Es necesario salirse de una representaci¨®n maniquea del enemigo.
P. Esa representaci¨®n maniquea sirve a veces para movilizar a la propia poblaci¨®n contra el enemigo.
R. Creo que en este caso m¨¢s que combatirlo lo refuerzan. Si asociamos la verdad del islam a lo que predican los islamistas le hacemos un inmenso favor a Bin Laden. La mayor¨ªa de las v¨ªctimas del terrorismo islamista son musulmanes. Es muy importante matizar, distinguir, observar el mundo concreto y comprender su diversidad. Como hizo Cort¨¦s.
P. No se afin¨® mucho a la hora de justificar la invasi¨®n de Irak, ?derrocar a un dictador, armas de destrucci¨®n masiva, redes terroristas...?
R. El peligro m¨¢s grave es el de entrar en una espiral de acci¨®n y reacci¨®n que saque las cosas cada vez m¨¢s de quicio. En el atentado de las Torres Gemelas hubo 3.000 muertos. Son 300.000 las v¨ªctimas que han ca¨ªdo en Irak, y la guerra no ha acabado. Creo que ser¨ªa una cat¨¢strofe, una ruina, que EE UU invadiera Ir¨¢n. Una cat¨¢strofe de la que tardar¨ªamos d¨¦cadas en recuperarnos. -
Elogio del individuo. Traducci¨®n de Noem¨ª Sobrequ¨¦s. 2006. 304 p¨¢ginas. 25 euros. Frente a la raz¨®n del m¨¢s fuerte. Susan George, Sami Na?r, Ignacio Ramonet y Tzvetan Todorov. 2005. 151 p¨¢ginas. 13 euros. En mayo se publicar¨¢ El esp¨ªritu de la Ilustraci¨®n. Traducci¨®n de Noem¨ª Sobregu¨¦s. En octubre se editar¨¢ Vivir en el fuego. Confesiones. Marina Tsvet¨¢ieva. Con edici¨®n y pr¨®logo de Tzvetan Todorov. Traducci¨®n de Selma Ancira. Y en 2009, Elogio de lo cotidiano. Tzvetan Todorov. Todos en Galaxia Gutenberg/C¨ªrculo de Lectores.
Sobre 'Vida y destino'. Incluye textos de Vasili Grossman, Tzvetan Todorov y Efim Etkind. Traducci¨®n de Isabel Margel¨ª. 2008. 106 p¨¢ginas, 11,50 euros. Los aventureros del absoluto. Tzvetan Todorov. Traducci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Ridao. 2007. 300 p¨¢ginas. 19,50 euros. La literatura en perill. Traducci¨®n de Isabel Margel¨ª. 2007. 101 p¨¢ginas. 17,50 euros.
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