Sin listas ni censo electoral

Ni Jamenei, ni Ahmadineyad, ni Jatam¨ª, ni mucho menos Javier Solana, concurr¨ªan a las elecciones legislativas de ayer en Ir¨¢n. Sin embargo, sus im¨¢genes aparec¨ªan en algunas de las octavillas con las que los candidatos intentaron darse a conocer durante la semana de campa?a electoral que precedi¨® a los comicios. La prohibici¨®n de usar grandes carteles al estilo occidental y la ausencia de partidos pol¨ªticos formales, obligan a agudizar el ingenio para lograr que los votantes identifiquen a cada cual con sus ideas.

As¨ª, los seguidores del presidente Mahmud Ahmadineyad, agrupados bajo el curioso nombre de Agradable Aroma del Deber, optaron por colocar en su publicidad sendos retratos del l¨ªder supremo, el ayatol¨¢ Al¨ª Jamenei, y del propio Ahmadineyad. De igual modo, el ex negociador nuclear Al¨ª Lariyan¨ª, que encabezaba la lista en Qom del Frente Unido de los Fundamentalistas, opt¨® por mostrarse en compa?¨ªa del jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, con quien intent¨® sin ¨¦xito lograr una salida al contencioso at¨®mico. La Alianza Reformista utiliz¨® la imagen del ex presidente Mohamed Jatam¨ª.

Un mismo pol¨ªtico puede aparecer en varias listas electorales

El Agradable Aroma del Deber es el mejor ejemplo de la inexistencia de partidos. Hasta las municipales de diciembre de 2006, el grupo ni siquiera ten¨ªa un nombre. Se les conoc¨ªa como los Amigos de Ahmadineyad. Pero incluso con nombre y s¨ªmbolo, los grupos o tendencias son flexibles y apoyan a los candidatos que se identifican mejor con sus intereses en cada momento. As¨ª, un mismo pol¨ªtico puede aparecer en varias listas si consigue el apoyo de quienes las elaboran. Se trata sobre todo de una gu¨ªa para los votantes, que deben escribir a mano en las papeletas los nombres de su elecci¨®n.

La misma flexibilidad existe en cuanto al lugar de voto. Cada uno de los 43,7 millones de iran¨ªes que ayer ten¨ªan derecho al sufragio pudo hacerlo en el colegio electoral que le pillara m¨¢s a mano. Bastaba con presentarse con el shenasname (una especie de libro de familia individual, donde se pone el sello que prueba el voto) en alguna de las 45.000 mesas habilitadas en mezquitas, escuelas y otros centros oficiales.

En Teher¨¢n, que con cerca de 16 millones de habitantes alberga a una quinta parte de la poblaci¨®n de Ir¨¢n, los colegios situados en la mezquita de Alnavi o la huseiniya Ershad siempre aparecen concurridos.

Tampoco existe un censo electoral. "Puede votar todo aquel que haya cumplido 18 a?os y tenga el shenasname", explica el responsable del colegio electoral n¨²mero 701. En algunos centros visitados, el n¨²mero de esa libreta se introduce en un ordenador para comprobar que su titular no ha votado de antemano, pero el 701 es un centro m¨®vil, uno de los 40 autobuses que en Teher¨¢n se encargan de recoger el voto a la salida de las plegarias, en los hospitales o en los cuarteles donde los uniformados no pueden abandonar el servicio. Aqu¨ª, el n¨²mero del shenasname se apunta para su posterior tratamiento inform¨¢tico.