V¨¦rtigo de la derrota
La metabolizaci¨®n de los resultados del 9-M por los partidos est¨¢ siendo tan lenta no s¨®lo por el desajuste entre las expectativas albergadas y el posterior escrutinio. Tambi¨¦n las ambiguas tendencias apuntadas en las urnas multiplican las interpretaciones posibles. La decepci¨®n de los dirigentes del PP el mismo d¨ªa de los comicios -el balc¨®n de G¨¦nova parec¨ªa el Huerto de los Olivos- se debi¨® en gran medida a la pulsi¨®n del ahora o nunca creada por los ag¨®nicos profetas de la ruptura de Espa?a y la capitulaci¨®n ante ETA en el caso de que Zapatero -el presidente accidental- no fuese arrojado a patadas de un poder ileg¨ªtimamente conquistado gracias al atentado terrorista del 11-M.
La campa?a period¨ªstica para forzar la dimisi¨®n de Rajoy responde a luchas internas del Partido Popular
Esa actitud cercana al p¨¢nico impidi¨® valorar a Rajoy y compa?¨ªa algunos mensajes enviados por el cuerpo electoral que les permitir¨ªan modificar una lectura exclusivamente derrotista de las elecciones y afrontar la actual legislatura con un estado de ¨¢nimo menos catastrofista. El incremento de los votos (en t¨¦rminos absolutos y relativos), el ligero acercamiento al PSOE tanto en n¨²mero de diputados como de sufragios, la consolidaci¨®n al alza en las plazas fuertes de las comunidades valenciana y madrile?a o los avances en Andaluc¨ªa y Castilla-La Mancha dan a los populares la posibilidad de mirar al futuro sin ataques de histeria. Y aunque los propios errores les hayan desterrado por tiempo indefinido de Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco, la actual fortaleza de los socialistas en ambos territorios siempre estar¨¢ amenazada por las fuerzas nacionalistas.
Junto a la frustraci¨®n por haber perdido la postrera oportunidad de salvar a Espa?a o el ¨²ltimo tren para ocupar el poder, la noche triste del 9-M activ¨® en el PP los t¨ªpicos mecanismos de la lucha entre facciones y ambiciones personales que desgarraron en su d¨ªa a Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico y al Partido Comunista. Al d¨ªa siguiente de las elecciones, una feroz operaci¨®n combinada de televisi¨®n, radio y prensa escrita -Telemadrid, la radio de los obispos y El Mundo- lanzada para responsabilizar exclusivamente a Rajoy de la derrota y exigir su dimisi¨®n trat¨® de abrirle el hueco a la persona destinada a sustituirle como presidente del PP y candidato en las elecciones de 2012. La figura de Esperanza Aguirre en tanto que beneficiaria de la maniobra -emprendida por hacedores de reyes que hab¨ªan jurado hasta la v¨ªspera lealtad eterna a Rajoy- era demasiado visible como para no ser detectada por los dem¨¢s barones regionales del PP y por la propia v¨ªctima, que anunci¨® de inmediato su prop¨®sito de seguir al frente del partido. Aunque el burdo dise?o del plan y la descort¨¦s premura para derribar a Rajoy y entronizar en su lugar a la lideresa -como se denomina a s¨ª misma la presidenta de Madrid, mascar¨®n de proa de un codicioso buque corsario tripulado por arribistas- hiciese naufragar la tentativa, el v¨¦rtigo de la derrota puede multiplicar ese tipo de luchas sucesorias cainitas dentro del PP a lo largo de la legislatura. -
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