La cr¨ªtica se disfraza de humor

En la hipercontrolada televisi¨®n cubana, los mi¨¦rcoles es un d¨ªa de gracia. El programa humor¨ªstico Deja que yo te cuente mete, entre col y col, lechuga; pol¨ªtica, a poder ser, pero camuflada. Uno de sus protagonistas es el profesor Mentepollo, un cient¨ªfico de la vida que no entiende por qu¨¦ los cubanos se quejan de no poder viajar: si uno coge el mega autob¨²s de pasajeros urbano que los cubanos llaman camello, uno se siente en el oriente lejano y no s¨®lo por la joroba del veh¨ªculo, sino por el calor que se pasa y el olor con que uno baja debido a la molotera. Adem¨¢s, dice Mentepollo, s¨®lo tienes que mirar por la ventanilla para ver el desierto.

Este investigador alardea de ser muy riguroso y tiene estudiados al detalle los cargos de direcci¨®n. El m¨¢s alto es el de gerente asociado a empresas mixtas y hoteles de turismo internacional, entre otros lugares donde revolotea el CUC, la divisa local equivalente al d¨®lar. Lo peor que le puede pasar a un gerente, explica el profesor Mentepollo, es que lo sancionen: pierde el estatus, la calderilla y queda fulminantemente rebajado al puesto de director de cualquier empresa nacional.

Otro personaje del programa es Lindoro Incapaz, que dirige una empresa de servicios a la poblaci¨®n y tiene las ideas m¨¢s peregrinas, como celebrar la fiesta de fin de a?o en mayo para que "cuadre" el presupuesto, o poner a disposici¨®n de los trabajadores los recursos que no posee. Es tan entusiasta como incompetente y siempre revolotea. En el ¨²ltimo cap¨ªtulo, sin ir m¨¢s lejos, invent¨® un concurso de baile intertalleres para levantar la moral productiva de los trabajadores, y como era una actividad priorizada los empleados deb¨ªan practicar en el horario de atenci¨®n al p¨²blico.

El programa se emite despu¨¦s de las noticias, en horario de m¨¢xima audiencia, y hay veces que el choteo es tan bravo que cuando acaba la gente se llama por tel¨¦fono: "?Oye, esta vez s¨ª lo quitan!".