Richard Widmark, actor, un cl¨¢sico de Hollywood
Un rostro inolvidable, icono del 'western' y el cine negro
Pocos actores representan la esencia del Hollywood cl¨¢sico como Richard Widmark. Un rostro inolvidable, icono del western y el cine negro durante los a?os cincuenta, referente ineludible de un cine ya desaparecido y part¨ªcipe de una legendaria generaci¨®n de actores que engrandeci¨® las pel¨ªculas estadounidenses tras la II Guerra Mundial. Hasta su jubilaci¨®n en 1991, Richard Widmark rod¨® m¨¢s de 70 filmes, interpret¨® a algunos de los villanos m¨¢s estremecedores de la historia del cine y comparti¨® pantalla con los actores y actrices m¨¢s grandes de su tiempo.
Protagoniz¨® filmes como 'Vencedores o vencidos', 'Lanza rota' o 'El ?lamo'
Widmark muri¨® el lunes, a los 93 a?os, tras una larga enfermedad, en su casa de Roxbury, Connecticut. Su muerte deja hu¨¦rfanos a todos los aficionados al cine cl¨¢sico. A todos quienes apreciaban a un actor a quien nunca import¨® el glamour y que jam¨¢s evit¨® los personajes agrios y convulsos.
Richard Widmark naci¨® en Sunrise, Minnesota, el 26 de diciembre de 1914. Como muchos de los actores de su generaci¨®n, se form¨® en la radio y en las tablas del teatro antes de asomarse a las pantallas de cine. El trabajo de su padre, viajante de comercio, propici¨® que creciese a lo largo del Medio Oeste estadounidense. Tras graduarse en Princeton, obtuvo una beca en el Lake Forest College de Illinois para dedicarse a la interpretaci¨®n, de la que ya no se separar¨ªa jam¨¢s. En 1938 har¨ªa su presentaci¨®n en la radio neoyorquina y participar¨ªa en diversos seriales como Stella Dallas, Front page farrell y Aunt Jenny's real life stories, y llegar¨ªa a Broadway en 1943 con la obra Kiss and tell, dirigida por George Abbott.
Su debut cinematogr¨¢fico no pudo ser m¨¢s arrollador: el personaje del desalmado asesino Tommy Udo en El beso de la muerte (1947) lo lanz¨® al estrellato; Widmark se mostr¨® como un actor incendiario y en la memoria cin¨¦fila permanece su rostro p¨¦treo, su mirada afilada y la g¨¦lida risa que incorpor¨® al personaje como se?a de identidad, as¨ª como la secuencia en la que, en el colmo de la maldad, ataba a una anciana a su silla de ruedas para m¨¢s tarde arrojarla por unas escaleras. Widmark obtendr¨ªa el Globo de Oro y la que ser¨ªa la ¨²nica candidatura al Oscar de su carrera, en otra muestra de la ins¨®lita ceguera de la Academia hollywoodiense. Despu¨¦s llegar¨ªan m¨¢s personajes de villano: La calle sin nombre y El parador del camino en 1948, y el memorable western Cielo amarillo (1949), en el que se med¨ªa con Gregory Peck. Widmark presion¨® a la Fox para que le permitiese encarnar a otro tipo de personajes y protagoniz¨® el drama aventurero El demonio del mar (1949), y m¨¢s tarde se estableci¨® por completo como una presencia ineludible del cine negro, de la mano de Elia Kazan, en P¨¢nico en las calles (1950), donde incendiaba la pantalla como un oficial m¨¦dico que buscaba desesperadamente a un asesino propagador de una plaga mortal.
M¨¢s de 20 pel¨ªculas dan forma a su carrera en la d¨¦cada de los cincuenta. Muchas de ellas obras maestras. Toda relaci¨®n ser¨¢ incompleta, pero cabe rese?ar el drama Un rayo de luz (Widmark, dem¨®crata confeso, interpretaba a un racista que atormentaba a un m¨¦dico negro, Sidney Poitier; ¨¦ste recordaba c¨®mo Widmark se disculpaba al finalizar el rodaje de cada secuencia); tambi¨¦n el thriller Niebla en el alma (1952), la apabullante Manos peligrosas (1953), de Samuel Fuller, y los westerns Lanza rota (1954), La ley del tali¨®n (1956) y Desaf¨ªo en la ciudad muerta (1958) y El ?lamo (1960), de John Wayne.
En 1961 llegar¨ªan dos cumbres en la carrera de Widmark: Dos cabalgan juntos, un impagable western de John Ford en el que formaba pareja con James Stewart, y el juicio de N¨²remberg -Vencedores o vencidos-; Widmark interpret¨® al fiscal Tad Lawson, implacable acusador de los reos nazis que respond¨ªan por sus atrocidades. Un trabajo que deber¨ªa mostrarse en todas las escuelas de interpretaci¨®n y al que la Academia de Hollywood releg¨® de modo inaudito.
Cierto es que durante los sesenta y los setenta la carrera de Richard Widmark decay¨® un tanto, como la de muchos otros actores de su generaci¨®n. Pese a ello, no se pueden olvidar sus prestaciones en otra obra maestra de John Ford, El gran combate (1964), o en el policiaco Brigada homicida (1968), del que en 1973 se realizar¨ªa una versi¨®n televisiva en la que Widmark reencarnaba al personaje del detective Madigan. Despu¨¦s llegar¨ªan filmes impropios de su talento, superproducciones como Monta?a rusa (1977), El enjambre (1978) y Contra todo riesgo (1984). Sin embargo, sus desva¨ªdos fotogramas eran engrandecidos por el carisma, el talento y el poder¨ªo de un actor monumental, que jam¨¢s hubo de recurrir a artificios ni aspavientos para permanecer en la memoria de cualquier amante de las salas oscuras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.