Relato de una persecuci¨®n
Un hombre persigue a otro al que no llegar¨¢ a ver nunca. Lo sabe todo sobre ¨¦l, y sin embargo es un desconocido: alguien que habla otra lengua, que vive en otro continente, casi en otra ¨¦poca de la historia del mundo, que practica otra religi¨®n, por la que considera l¨ªcito sacrificar no s¨®lo la propia vida, sino tambi¨¦n la de cualquiera. El perseguidor y el perseguido tienen algo en com¨²n: la capacidad de un empe?o obsesivo. El uno trabaja en una oficina del bajo Nueva York desde la que se divisan muy cerca las Torres Gemelas. El otro vive o ha vivido en desiertos, en casas de tierra, en cuevas. El perseguidor ama casi obscenamente los placeres de la vida, los restaurantes, los trajes caros, la cerveza, los deportes, el amor de las mujeres. Est¨¢ casado, pero hace tiempo que no vive con su mujer, y se reparte entre varias amantes simult¨¢neas, a cada una de las cuales le promete que se divorciar¨¢ pronto y se casar¨¢ con ella. El perseguido tiene cuatro esposas y diecisiete hijos; si cerca de ¨¦l empieza a sonar una m¨²sica se tapa los o¨ªdos para no o¨ªrla, porque seg¨²n un precepto extremo de su fe la m¨²sica es "la flauta del demonio". Durante a?os el perseguidor traza obstinadamente los itinerarios de su presa sobre mapas de pa¨ªses en los que ¨¦l no ha estado nunca, y que imaginar¨¢ sobre todo como territorios desiertos, espacios en blanco punteados por nombres de pronunciaci¨®n imposible: Arabia Saud¨ª, Sud¨¢n, Afganist¨¢n.
'The Looming Tower': el relato del perseguidor se entrecruza con el del perseguido que todav¨ªa sigue libre
Literatura como sobria verdad es lo que hace Lawrence Wright contando lo incre¨ªble y sin embargo sucedido
El mundo cuya destrucci¨®n le obsesiona es igualmente fabuloso para el perseguido, Osama bin Laden, que s¨®lo conoce lugares regidos por el islam m¨¢s rigorista. La Historia es una lucha intemporal entre musulmanes e infieles; un presente eterno en el que las invasiones de los Cruzados se confunden con la llegada de las tropas americanas a Arabia Saud¨ª en 1990, en v¨ªsperas de la primera guerra del Golfo; en el que la p¨¦rdida de Al Andalus o la derrota de los turcos frente a Viena en 1683 o la guerra de los Seis D¨ªas de 1967 forman parte de un mismo drama indeleble. De una manera peculiar, los dos hombres est¨¢n solos entre los suyos: los a¨ªsla la intensidad de su obsesi¨®n. El perseguidor, John O'Neill, jefe de la oficina del FBI en Nueva York desde 1997, est¨¢ convencido de que es urgente acabar con ese islamista estrafalario que ha lanzado una amenaza apocal¨ªptica contra Estados Unidos desde una gruta en Afganist¨¢n, pero no logra que nadie le haga caso, e incluso advierte que su vehemencia llega a convertirse en un obst¨¢culo para su carrera. El otro, el perseguido, ha visto con sus propios ojos c¨®mo uno de los grandes poderes de la Tierra era abatido en Afganist¨¢n; c¨®mo guerreros musulmanes fervientes expulsaban a los invasores sovi¨¦ticos y arruinaban su imperio. Ha o¨ªdo milagros, los ha difundido ¨¦l mismo: balas que atravesaban las ropas sin herir los cuerpos; m¨¢rtires que en el momento de morir difund¨ªan un aroma de rosas y de miel en medio del desierto, se?al de que estaban ingresando en el Para¨ªso. En las cuevas donde se refugia y desde donde organiza a los suyos, con la doble ayuda de un texto sagrado escrito en el siglo VII y de las ¨²ltimas tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n, concibe el episodio m¨¢s glorioso del drama que lleva durando casi mil quinientos a?os: una guerra santa de extensi¨®n planetaria, que acabar¨¢ con el poder de Estados Unidos, y por lo tanto del Occidente infiel, igual que en otros tiempos ej¨¦rcitos musulmanes apenas reci¨¦n salidos de Arabia acabaron con el imperio de los persas, o que en 1453 hicieron que se desplomara Bizancio.
La historia es inveros¨ªmil: en Nueva York, en Washington, John O'Neill no lograba que se la creyera nadie. La cuenta con detalle, y con un talento narrativo que dar¨¢ envidia a cualquier novelista, Lawrence Wright en un libro que yo he encontrado por azar y me ha apartado de cualquier otra lectura estos d¨ªas, y casi de cualquier otra tarea, The Looming Tower: el relato del perseguidor que adivin¨® lo que se acercaba y no pudo evitarlo se entrecruza con el del perseguido que concibi¨® el plan m¨¢s temerario y logr¨® llevarlo a cabo y todav¨ªa sigue libre y oculto a pesar de que es el hombre m¨¢s buscado del mundo y de que no hay nadie en todo el planeta que no conozca su cara. Lawrence Wright empez¨® a escribir un art¨ªculo en 2001 para The New Yorker sobre el atentado del 11 de septiembre y poco a poco se vio arrastrado por su investigaci¨®n hacia el interior de una trama alucinante de la que s¨®lo emergi¨® cinco a?os m¨¢s tarde con un libro de quinientas p¨¢ginas; exhausto, imagina uno, trastornado por la experiencia del conocimiento y de la escritura. El libro se public¨® hace dos a?os. El a?o pasado gan¨® el Premio Pulitzer. Su fuerza tremenda es el relato de los hechos y de sus or¨ªgenes, de los procesos mediante los cuales hombres comunes eligen matar y morir en nombre de delirios arcaicos; y de c¨®mo las ideas m¨¢s dementes llegan a convertirse paso a paso en actos que cambian el curso del mundo y que pod¨ªan haberse evitado. En 2001 s¨®lo hab¨ªa siete agentes en el FBI que hablaran ¨¢rabe. Un a?o antes la CIA estaba al tanto de que dos activistas de Al Qaeda buscados por la oficina de John O'Neill hab¨ªan entrado en Estados Unidos, pero nadie se molest¨® en comunic¨¢rselo. Alertado por un soplo, un miembro del FBI sugiri¨® a la direcci¨®n que conven¨ªa investigar la presencia reciente de alumnos sospechosos en escuelas de vuelo: pero hab¨ªa poco personal, y demasiadas escuelas, y la investigaci¨®n qued¨® en nada.
El a?o pasado, en su rese?a cuidadosa y esc¨¦ptica de la ¨²ltima novela de Don DeLillo, Falling man (Hombre del salto en Espa?a), Andrew O'Hagan, que es un novelista excelente, apuntaba que no tiene mucho sentido inventar una ficci¨®n cuando el simple relato de los hechos ya posee en s¨ª mismo toda la fuerza dram¨¢tica y simb¨®lica que le pedimos a la literatura. Y es verdad que en esa novela hay un desequilibrio grande entre el br¨ªo de su parte de cr¨®nica y la languidez de los personajes inventados, vagos como sombras. Dec¨ªa O'Hagan que la mejor literatura sobre el 11 de septiembre est¨¢ en las p¨¢ginas del informe de la comisi¨®n oficial. Literatura como sobria verdad es lo que hace Lawrence Wright contando lo incre¨ªble y sin embargo sucedido, envolvi¨¦ndonos en una historia que no es menos angustiosa porque conozcamos su desenlace transitorio, trazando personajes que ya son memorables por haber vivido y actuado, cada uno con su nombre real, con su fracci¨®n del relato. En esta novela no hay un punto final, aunque s¨ª un exceso de simetr¨ªa que un escritor de ficci¨®n no hubiera podido permitirse. Cansado de una carrera en la que ya no ve¨ªa mucho porvenir, el perseguidor sin ¨¦xito, John O'Neill, abandon¨® el FBI y entr¨® a trabajar en agosto de 2001 como jefe de seguridad en las Torres Gemelas. Desapareci¨® sin rastro en la ma?ana del 11 de septiembre. -
The Looming Tower: Al-Qaeda and the Road to 9/11. Lawrence Wright. Knopf, 2006. Penguin, 2006. www.lawrencewright.com
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