Cuatro a?os de sequ¨ªa, ning¨²n corte al consumo
Los valencianos creen que el agua es un problema pero no les afecta - 2/3 del agua de Alicante se saca del mar
"?Cu¨¢l es, a su juicio, el principal problema que existe en la Comunidad Valenciana?". El primero, la inmigraci¨®n; el segundo, el agua. ?sta es la respuesta mayoritaria de los valencianos en una encuesta publicada por este peri¨®dico con ocasi¨®n del Nou d'Octubre pasado. "?Y cu¨¢l es el problema que a usted, personalmente, le afecta m¨¢s?". La vivienda, la sanidad, la inmigraci¨®n, la inseguridad ciudadana..., y s¨®lo en octavo lugar, el agua. Sirva la diferencia de rango entre ambas contestaciones como ejemplo de la distancia que separa la percepci¨®n social del problema h¨ªdrico y la realidad que viven los ciudadanos. O marca la distancia entre el ruido pol¨ªtico en torno a la gesti¨®n del agua y el hecho de que tras cuatro a?os seguidos de una de las peores sequ¨ªas de la historia no haya habido cortes en el suministro urbano. El agua sigue saliendo de los grifos, y seguir¨¢ corriendo por las canalizaciones este verano, de nuevo seco.
La Comunidad Valenciana est¨¢ acostumbrada a vivir ciclos de sequ¨ªa, pero hace tiempo que el paisaje urbano veraniego no incluye camiones cubas abasteciendo a la poblaci¨®n. Las hemerotecas recuerdan cortes en el suministro en 1983 y 1984, y tambi¨¦n en 1995 y 1996 en poblaciones de Alicante. Pero desde 2005, con precipitaciones por debajo de la media y r¨¦cords hist¨®ricos de disminuci¨®n de entrada de agua en embalses, no los ha habido. La sequ¨ªa, sin embargo, s¨ª ha obligado a aplicar fuertes restricciones en la agricultura, que es la mayor consumidora de agua. El campo se ha llevado la peor parte en el reparto de los recursos disponibles, especialmente en el sur de Alicante, dependiente de las escasas reservas del Segura y de trasvases desde el Tajo. Se han perdido cosechas, se han arrancado ¨¢rboles.
Los agricultores han sido precisamente el principal escudo, o excusa, para mantener encendida la pol¨¦mica por la derogaci¨®n del trasvase del Ebro. La Generalitat y el PP lo han convertido en la soluci¨®n a todos los males h¨ªdricos y en uno de los principales alegatos contra el Gobierno socialista. Negar a la Comunidad Valenciana el agua del Ebro equivale a condenarla al estancamiento econ¨®mico, afirma el PP. Eliminado del programa popular de las pasadas elecciones generales, el Gobierno auton¨®mico vuelve a agitar con fuerza la bandera del trasvase en las ¨²ltimas semanas a ra¨ªz de la propuesta de la Generalitat de Catalu?a de transferir agua del Segre, afluente del Ebro, a Barcelona, que teme cortes del consumo humano en oto?o.
Una situaci¨®n que no se plantea en ninguna ciudad valenciana. A pesar de los peores augurios lanzados por el PP y de que la Generalitat no ha incentivado el ahorro urbano ni ha pedido tan siquiera que se restrinjan baldeos y el llenado de piscinas, la realidad es tozuda: hay agua para las poblaciones y el turismo, y los recursos, aunque no llueva, han aumentado en los ¨²ltimos a?os. Han permitido hasta ahora plantar cara a la sequ¨ªa.
La clave est¨¢, a juicio del presidente de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car (CHJ), Juan Jos¨¦ Moragues, en los importantes cambios introducidos en la gesti¨®n h¨ªdrica, y en la distribuci¨®n del agua a partir de una "planificaci¨®n anual" que reserva ya de entrada los recursos para el abastecimiento urbano del a?o siguiente. Al reparto ordenado del agua almacenada sin esperar a que caiga del cielo se han unido inversiones millonarias para no perderla en infraestructuras obsoletas, compensar las restricciones a la agricultura con pozos o recursos depurados, y con la modernizaci¨®n del regad¨ªo. Una pol¨ªtica que ha logrado la aceptaci¨®n de los regantes, lo que es "tremendamente importante", y tambi¨¦n de los usuarios urbanos. Prueba de ello es que en las m¨¢s de 30 comisiones de sequ¨ªa celebradas en la CHJ "todo se ha aprobado por asentimiento salvo alguna abstenci¨®n", destaca Moragues.
Parad¨®jicamente, el Consell, al tiempo que clama por el Ebro, ha incrementado sus esfuerzos y ha generado, seg¨²n sus propios datos, agua reutilizada por m¨¢s de 175 hect¨®metros c¨²bicos, lo que equivale a medio trasvase. Otro trasvase largo (380 hect¨®metros) afirma haber ganado el Gobierno, especialmente con el Programa Agua, que combina la modernizaci¨®n, reutilizaci¨®n y desalaci¨®n. Son en parte obras que de haberse ejecutado cuando se proyectaron, por ejemplo en el plan hidrol¨®gico del J¨²car en 1998, con el Gobierno del PP, permitir¨ªan tener los embalses "casi llenos", abunda Moragues.
Los habitantes de Valencia y su ¨¢rea metropolitana, de Sagunto y Castell¨®n tienen agua garantizada, as¨ª como el resto de localidades de las dos provincias. En el Vinalop¨®, las poblaciones y los agricultores tiran de pozo, de un acu¨ªfero extenuado que espera agua del J¨²car por medio del trasvase que est¨¢ en construcci¨®n y ha generado otra guerra del agua al cambiar los socialistas el trazado del proyecto.
La tuber¨ªa ha quedado desvinculada de las localidades costeras de la provincia de Alicante que a¨²n se abastecen del acu¨ªfero del Vinalop¨® y empiezan a consumir agua desalada. El Gobierno ha apostado por construir plantas en la costa mediterr¨¢nea, y algunas ya aportan recursos que han evitado cortes de suministro durante la sequ¨ªa. A pesar de que el Consell celebr¨® la inauguraci¨®n de la planta de Alicante I en octubre de 2003, construida por el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, en su af¨¢n de fiarlo todo a la carta del trasvase del Ebro se ha embarcado en una dura lucha contra el agua obtenida del mar. El ex consejero Esteban Gonz¨¢lez Pons bautiz¨® las plantas como "nucleares del mar", y el boicoteo por todos los medios administrativos y legales posibles a la de Torrevieja alcanz¨® hace unos d¨ªas una cota insospechada al afirmar un diputado provincial del PP que beber agua desalada puede provocar "atrofia testicular". La desaladora de Alicante II est¨¢ terminada y a la espera de la autorizaci¨®n ambiental integrada del Consell.
El caso es que un 30% del agua que beben los alicantinos procede del mar, gracias en parte a que el Gobierno murciano de Jos¨¦ Ram¨®n Valc¨¢rcel no ha tenido inconveniente en defender el trasvase del Ebro y apoyar la construcci¨®n de las f¨¢bricas del mar. "Sin las desaladoras estar¨ªamos perdidos, la situaci¨®n ser¨ªa mucho peor", asegura al respecto Jaime Salinas, director de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, que suministra agua potable a 79 municipios, incluidos 34 de Alicante, entre los cuales se cuenta la propia capital, Crevillent, Elche, Orihuela, Torrevieja o Sant Vicent del Raspeig. El organismo ya mezcla agua del r¨ªo Taibilla y del trasvase del Tajo con la desalada de las dos plantas de San Pedro del Pinatar en Murcia y la de Alicante I. Este verano un tercio del agua ser¨¢ continental y dos tercios desalados.
Aunque la Mancomunidad prev¨¦ sumar hasta 166 hect¨®metros c¨²bicos anuales de desalaci¨®n en 2010, la demanda actual depende en un 46% del trasvase Tajo-Segura, que Castilla-La Mancha pretende eliminar y que est¨¢ al l¨ªmite con la peor sequ¨ªa desde 1912. "Si no llueve en la cabecera del Tajo, el abastecimiento del tercer trimestre del a?o no est¨¢ garantizado", advierte el comisario de Aguas de la Confederaci¨®n del Segura, Manuel Aldeguer. Las garant¨ªas de agua a la costa alicantina a¨²n son fr¨¢giles, pero de momento, sigue escapando a los cortes de suministro.
El Ebro desata otra 'guerra' del agua en Catalu?a
La extrema sequ¨ªa que padece Catalu?a ha desatado una nueva guerra por el agua del Ebro. La ciudad de Barcelona y su ¨¢rea metropolitana se nutren de pozos y de cauces menores, el Ter y el Llobregat. El retraso en la construcci¨®n de desaladoras que aumenten los recursos, adem¨¢s de la falta de previsi¨®n de los gobiernos catalanes, han dejado las reservas al l¨ªmite. La Generalitat catalana estima que como mucho habr¨¢ agua sin cortes hasta el oto?o, aunque antes llegar¨¢n suministros por barco.En esta tesitura, el consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, ha destapado la caja de Pandora al proponer un trasvase del Segre, el mayor afluente del Ebro, al Llobregat.El proyecto ha desatado cr¨ªticas cruzadas entre provincias y comunidades aut¨®nomas, ha creado roces dentro gobierno tripartito de socialistas, ICV y ERC, y con el Gobierno central.Los partidos del gobierno catal¨¢n rechazaron el trasvase del Ebro derogado por el Ejecutivo socialista en 2004, pero ahora al menos socialistas e ICV ven como mal menor echar mano del r¨ªo temporalmente.Al proyecto se oponen CiU y el PP catal¨¢n, al igual que el Gobierno central, con las competencias sobre el Ebro y sus afluentes. Los populares valencianos, mientras, han aprovechado la ocasi¨®n para denunciar la supuesta cesi¨®n del Gobierno ante los socialistas catalanes y de afearles su apuesta, ahora, por un trasvase.Esta nueva guerra por el Ebro ha dado alas a la Generalitat en su enfrentamiento permanente con la pol¨ªtica h¨ªdrica del Ministerio de Medio Ambiente. Sin embargo, la situaci¨®n en la Comunidad Valenciana es bien diferente a la que atraviesan Barcelona y su ¨¢rea metropolitana. Los municipios valencianos no est¨¢n tan pendientes del cielo como los catalanes.Manuel Aldeguer, comisario de Aguas en la Confederaci¨®n del Segura, lo resume as¨ª: "Aqu¨ª hemos hecho los deberes hace tiempo. Tradicionalmente siempre falta agua, y se han venido buscando y aplicando diversas soluciones". Cita como ejemplo la perforaci¨®n de pozos, la firma de acuerdos con regantes para la cesi¨®n de agua o pol¨ªticas de ahorro concretas que tambi¨¦n se aplican en el ¨¢mbito del J¨²car. "Es un tema muy complicado que requiere previsi¨®n", puntualiza. En el mismo sentido se manifiesta Adri¨¢n Baltan¨¢s, director de Acuamed, quien responsabiliza al PP de la situaci¨®n en Catalu?a. "Si el PHN del PP no se hubiera centrado exclusivamente, y con tanto protagonismo en el trasvase del Ebro, hubieran proyectado desaladoras como la del Llobregat, y ahora ya estar¨ªan dando agua". La falta de agua "no es un problema aislado", por lo que no puede reducirse la soluci¨®n al trasvase del Ebro. Baltan¨¢s es muy cr¨ªtico con la Generalitat valenciana, a la que acusa de no hacer "nada" en pol¨ªticas de ahorro y sensibilizaci¨®n. "Parece que piensen que cuanto peor sea la situaci¨®n, mejor para ellos para reivindicar el trasvase del Ebro", afirma.
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