Perplejos ante la guerra educativa
Expertos en ¨¦tica y pedagogos, desconcertados por la pol¨¦mica sobre Ciudadan¨ªa
El recrudecimiento de la guerra por Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa desconcierta a los expertos en ¨¦tica y a los pedagogos consultados por este peri¨®dico. El conflicto sobrevivi¨® a las elecciones y resurgi¨® el lunes pasado, d¨ªa de San Vicente Ferrer, con el anuncio del Consell de que los alumnos no tendr¨¢n que seguir el programa para aprobar la asignatura: bastar¨¢ con que hagan tres trabajos en ingl¨¦s sobre temas de libre elecci¨®n relacionados con la materia.
La Generalitat se mantiene alineada con la campa?a que la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica abanderada desde hace cuatro a?os. Esa es una de las cosas que deja perpleja a Adela Cortina, catedr¨¢tica de ?tica y Filosof¨ªa Pol¨ªtica de la Universitat de Val¨¨ncia y directora de la Fundaci¨®n ETNOR: "Los contenidos que establece el decreto de m¨ªnimos, que yo me he le¨ªdo por todas partes, son perfectamente asumibles por cualquier confesi¨®n religiosa que act¨²e sensatamente. Si uno se fija en el grueso, es dif¨ªcil pensar en alguien que no est¨¦ de acuerdo en que se forme en la autonom¨ªa, en la libertad, en la igualdad, en la solidaridad, en la no discriminaci¨®n... Se ha estado hablando de que era absolutamente relativista, pero yo no encuentro nada de eso en el decreto de m¨ªnimos".
"Podr¨ªa pedirse la objeci¨®n para la ense?anza sobre la evoluci¨®n"
"Cualquier religi¨®n puede asumir la asignatura", afirma Adela Cortina
"La escuela siempre ha formado en valores", dice la decana de Alicante
La formaci¨®n en valores, se?ala Rosabel Roig Vila, decana de la Facultad de Educaci¨®n de la Universidad de Alicante, "siempre ha estado presente en la escuela, por una cuesti¨®n b¨¢sica, para humanizarla". Durante el periodo de Gobierno del PP se opt¨® por el llamado modelo "transversal". El curr¨ªculo de los chavales recog¨ªa muchos de los actuales contenidos, pero impregnando el conjunto de clases. "Lo que ocurre es que aquel modelo fracas¨®", dice Cecilio Nieto, profesor de la misma universidad y de instituto, "lo cual era normal, porque cada profesor dedicaba su tiempo a intentar dar el programa de la asignatura, que ya es bastante".
Con la creaci¨®n de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa se trataba, afirma ?scar Barber¨¢, director de la Escuela de Magisterio de la Universitat de Val¨¨ncia, "no tanto de que los contenidos s¨®lo estuvieran ah¨ª como de que hubiese una oportunidad para hacerlos visibles. Un poco como ocurre con lengua. La lengua no se aprende s¨®lo en esa asignatura, sino que es el veh¨ªculo de todas. Pero hay un momento en que es importante que se fijen tanto sus contenidos como la reflexi¨®n sobre su uso en una materia concreta".
Los contenidos m¨ªnimos de Ciudadan¨ªa los establece el Ministerio de Educaci¨®n, dejando margen para que las comunidades aut¨®nomas los desarrollen y para que los centros privados los adapten a sus idearios. Yendo a lo fundamental, explica Pedro Li¨¦bana, profesor de la UNED y de un centro de Secundaria de Valencia, recogen "los principios b¨¢sicos de lo que son los derechos humanos, los derechos constitucionales, los derechos individuales, algunos derechos sociales y tambi¨¦n las obligaciones como ciudadanos".
Li¨¦bana opina que una de las funciones de la asignatura consistir¨ªa en fomentar la "coherencia social" en un pa¨ªs que no es el mismo que en 1978, el a?o en que se aprob¨® la Constituci¨®n. "Ahora hay varios millones de inmigrantes, procedentes de diversos lugares, en muchos casos sin conocimientos precisos sobre los derechos civiles espa?oles, y que en parte se han incorporado al sistema educativo. Yo creo que esta asignatura tambi¨¦n nace por la necesidad de amalgamar diversas creencias y diversas culturas, ofreciendo un conocimiento universal de una serie de valores".
Aunque la asignatura no incide excesivamente en la igualdad de g¨¦nero, dice Alicia Gil, coordinadora de la Fundaci¨®n Isonom¨ªa de la Universidad Jaume I de Castell¨®n, "s¨ª que plantea un ¨¢mbito familiar diferente, y esta es una de las cosas que m¨¢s preocupa a la Iglesia, en las relaciones entre los hombres y las mujeres. En el que se da cuenta de una realidad, y es que las mujeres estamos saliendo al espacio p¨²blico y abre la posibilidad de la entrada de los hombres en el mundo de los cuidados".
La posibilidad de que los alumnos aprueben preparando trabajos en aulas distintas de d¨®nde se est¨¢ impartiendo el programa ha sido, en parte, la escapatoria que el Consell ha encontrado para dejar de animar a la objeci¨®n de conciencia. El camino mucho m¨¢s arriesgado que abraz¨® en un primer momento, y que planteaba serios peligros: por una parte, los objetores no podr¨ªan terminar la Educaci¨®n Secundaria Obligatoria (ESO); por otra, se parec¨ªa a abrir la caja de Pandora. "Ese juego podr¨ªa prorrogarse en los padres para pedir la objeci¨®n de conciencia sobre la ense?anza de la evoluci¨®n. O sobre la ense?anza de la manipulaci¨®n gen¨¦tica. Aspectos cient¨ªficos que sociedades como la nuestra tienen ya instituidos y que tienen los contrapesos de los comit¨¦s de bio¨¦tica para regular si un experimento debe ser o no autorizado", afirma Li¨¦bana.
La alternativa de la Generalitat tampoco convence, sin embargo, a los entrevistados. "Me parece", dice Adela Cortina, "una salida desafortunada porque precisamente esta es una asignatura que se tiene que aprender de manera muy participativa: se trata de formar ciudadanos, y la clave de los ciudadanos es que se forman unos con otros".
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