Las y los ratas y ratos
Me entero de la memorable noticia por la prensa: los c¨¦lebres dibujos de Pilar¨ªn Bay¨¦s ser¨¢n llevados al cine. La pel¨ªcula -de animaci¨®n- se llamar¨¢ El ratol¨ª que escombrava l'escaleta y ser¨¢ una adaptaci¨®n del conocido cuento de los hermanos Grimm, que los ni?os catalanes conocimos como La rateta que escombrava l'escaleta y los ni?os castellanos como La ratita presumida. Para m¨ª es un cuento moderno y feminista, una especie de Madame Bovary infantil, protagonizado por una rata que -de acuerdo- tal vez de manera err¨®nea se enamora del gigol¨® equivocado, pero que no se conforma con un marido aburrido. Desde luego, Pilar¨ªn Bay¨¦s no debe de verlo as¨ª.
En la historia original, la ratita se encuentra una moneda barriendo. Y en lugar de ponerla en un plan de pensiones la utiliza para comprarse un lazo para la cola. Una vez se lo ha puesto, espera a sus pretendientes. Y, en un alarde de feminismo sin precedentes, antes de aceptarlos, les pregunta c¨®mo se comportar¨¢n una vez casados. Pero todos ellos le contestan vulgaridades y, al final, la ratita elige al gato. Al embaucador. Al ¨²nico que le susurra con voz dulce que la tratar¨¢ como a una reina. Ella le cree y se casa con ¨¦l. El gato, naturalmente, se la come.
Est¨¢ bien que una pel¨ªcula ense?e que no hay que rechazar a nadie por su origen o el color de su piel
Esta historia me parece ejemplar. Es la historia de la Juani de Bigas Luna. O la de Bel¨¦n Esteban. La chica de barrio vistosa que no se conforma con su destino y usa el dinero para operarse las tetas. Pero Pilar¨ªn Bay¨¦s no debe de verlo as¨ª. Por eso le ha cambiado el sexo. Porque no es correcto -supongo- que una ratita barra y sea presumida. El solo hecho de que un roedor de sexo femenino limpie la escalera y tenga predilecci¨®n por los afeites es incorrecto. En cambio, la misma acci¨®n se convierte en correcta si la realiza un roedor de sexo masculino. Pero, desde luego, en esta adaptaci¨®n hay m¨¢s cambios. Las pretendientas a las que el rat¨®n repudia son (atenci¨®n): una rata inmigrante suramericana (?oh!, ?qu¨¦ fuerte!), a una camella ¨¢rabe (y cuando digo camella digo hembra del camello y no digo vendedora de sustancias prohibidas), a una pata de color negro y a una gallina gitana. Naturalmente, alega motivos racistas para rechazarlas.
No me parece nada mal que los ni?os aprendan a trav¨¦s de una pel¨ªcula que no hay que rechazar pretendientes por el color de piel o por el origen. Pero entonces, ?por qu¨¦ adaptar la historia de los hermanos Grimm? Esta historia no quiere explicarnos esto. Quiere explicarnos una pasi¨®n humana que no tiene nada que ver con el racismo. ?Por qu¨¦ no inventar un cuento nuevo, si queremos hablar de racismo? Pues porque si adaptas un cuento cl¨¢sico quedas mucho m¨¢s guay y enrollado.
Cada vez que algun director creativo quiere adaptar Romeo y Julieta me pongo a temblar. "Ya est¨¢", me digo. Otro que querr¨¢ adaptar la obra a nuestros d¨ªas y, por tanto, har¨¢ que los Capuletos sean payos y los Montescos gitanos. A todos los que ya no pueden m¨¢s con la correcci¨®n les recomiendo que lean el libro Contes per a nens i nenes pol¨ªticament correctes, de James Finn Garner, traducido por Quim Monz¨® y Maria Roura. Aunque les advierto que deben darse prisa. Pronto dejar¨¢n de ser humor para convertirse en realidad.
moliner.empar@gmail.com
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