La Liga del Norte llama a las armas si no se cambian las papeletas
Los socios de Berlusconi piden que se cambie el dise?o, que creen enga?oso
Insurrecci¨®n de la Liga del Norte, los socios padanos de Silvio Berlusconi, contra las papeletas electorales. En su opini¨®n, el formato llama a enga?o y favorece el tongo. "?Cambien las papeletas o empu?aremos los fusiles contra la canalla romana!", truena el l¨ªder del norte, Umberto Bossi. Walter Veltroni, secretario general del Partido Democr¨¢tico, se indigna: "Las papeletas las hicieron ellos. Est¨¢n nerviosos, tienen miedo de perder". Berlusconi dispara: "Bossi tiene la salud que tiene" (sufri¨® un ataque cerebral). Y el centrista y cat¨®lico Casini considera todo un pacto de los grandes partidos para acabar con los peque?os.
Parece que se votar¨¢ por fin los d¨ªas 13 y 14, aunque la Liga insiste en reimprimir las papeletas para poner todos los s¨ªmbolos en fila vertical, dejando los de las grandes coaliciones, PDL y PD, destacados y uno al lado del otro. El dise?o actual, seg¨²n la Liga, es una maquinaci¨®n para confundir a los votantes.
Cambiar las papeletas, zanj¨® el ministro del Interior, Giuliano Amato, "ser¨ªa inconstitucional porque dar¨ªa a las coaliciones grandes mayor visibilidad y por tanto una ventaja inadmisible". Amato record¨® que las papeletas proceden de la ley electoral aprobada por la derecha.
En realidad, lo que esta nueva pol¨¦mica est¨¦ril parece indicar es que hay ya poca cosa nueva que decir y que nadie tiene segura la victoria. Con el pa¨ªs galopando el caballo de la crisis institucional y econ¨®mica, parece que todos dar¨ªan por bueno un empate. La confianza en las filas de Berlusconi va menguando a ojos vista, y las se?ales que llegan desde el PD no son mejores: Veltroni, hasta ahora templado y conciliador, ha subido el tono y la intensidad de sus ataques. Quiz¨¢ para movilizar a los indecisos, que los ¨²ltimos sondeos (esta semana, por ley, no se publican) cifran en un 30%.
Aunque las encuestas dan una media de siete puntos de ventaja al Pueblo de la Libertad sobre el centro-izquierda, en la coalici¨®n de Veltroni se habla de una distancia en torno a tres puntos. De cualquier forma, si hacer un pron¨®stico electoral es siempre una temeridad, mucho m¨¢s lo es cuando el sistema electoral se llama Porcellum y es una creaci¨®n italiana: proporcional, dif¨ªcil de entender, impredecible y ¨²nico en el mundo.
Obra magna del ex ministro de Reformas Institucionales Roberto Calderoli, connotado ultraderechista de la Liga, el sistema fue aprobado a toda prisa por Berlusconi con el obvio fin de garantizarle cinco a?os m¨¢s en el poder o, como alternativa, el caos. El propio Calderoli ha reconocido que el Porcellum es una porcata, es decir, una cerdada.
En la C¨¢mara, donde Berlusconi tiene en principio mayor ventaja, las cosas parecen sencillas: la lista m¨¢s votada recibe un premio de mayor¨ªa que otorga autom¨¢ticamente al ganador, aunque triunfe por un solo voto, un m¨ªnimo de 340 esca?os, es decir, el 54% de los 630 totales.
Pero el nudo gordiano es el Senado, que tiene menos representantes pero tanto poder como la C¨¢mara: decide sobre la confianza y la censura. El sistema de Calderoli establece que en el Senado el premio de mayor¨ªa se calcule con una base de proporcionalidad regional lo que dificulta formar mayor¨ªas s¨®lidas y convierte cualquier vaticinio en loter¨ªa. Adem¨¢s, el recuento es una tortura: 17 regiones tienen un endemoniado sistema de aplicaci¨®n del voto, mientras que otras tres, y los votos de la poblaci¨®n extranjera, tienen otros diferentes. As¨ª, en 2006, la mayor¨ªa absoluta de la Uni¨®n de la izquierda en la C¨¢mara, donde vota todo el censo, se convirti¨® en un empate en el Senado, que es elegido s¨®lo por los mayores de 25 a?os. Ahora, dicen, la historia podr¨ªa repetirse. Pero al rev¨¦s.
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