Desbloqueo en el TC

El Tribunal Constitucional (TC) ha dado un paso importante hac¨ªa su normalizaci¨®n, al rechazar el recurso del Partido Popular contra la reforma de la ley org¨¢nica de ese tribunal en lo relativo a la pr¨®rroga del mandato de su presidente en determinadas circunstancias. La reforma garantizaba la prolongaci¨®n del mandato de su presidenta, Mar¨ªa Emilia Casas, hasta su relevo como magistrada y la renovaci¨®n parcial del tercio de sus magistrados correspondiente al Senado, que legalmente debi¨® realizarse en diciembre pasado.

El recurso fue un episodio m¨¢s de la batalla planteada por el PP contra el nuevo Estatuto de Autonom¨ªa de Catalu?a, y su efecto m¨¢s nefasto fue desestabilizar a este ¨®rgano y envenenar sus relaciones internas. Tampoco la reforma promovida por el Gobierno se concibe al margen de esa batalla, si bien tal reforma, como ha corroborado ahora el Constitucional, s¨®lo hace legal lo que ya era costumbre en la vida interna del tribunal, y que tiene toda su l¨®gica: hacer coincidir el cambio en la presidencia con la renovaci¨®n, para evitar disfunciones.

Esta sentencia tambi¨¦n avala la constitucionalidad de otro de los puntos de la reforma cuestionado por el PP: la participaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas en la designaci¨®n de candidatos entre los que la C¨¢mara alta elija luego a los cuatro designados. Despejado tambi¨¦n ese obst¨¢culo, un efecto del pronunciamiento del TC ser¨¢ acelerar la designaci¨®n de los cuatro magistrados correspondientes al Senado, bloqueada desde diciembre.

La f¨®rmula no s¨®lo va en la l¨ªnea deseable de reforzar el car¨¢cter territorial del Senado, sino que es an¨¢loga a la establecida en la anterior legislatura, a instancias del PP, en el proceso de elecci¨®n parlamentaria del Consejo General del Poder Judicial: dar participaci¨®n a los jueces en la preselecci¨®n de candidatos que deben cubrir las 12 vocal¨ªas de planta judicial.

Lamentablemente, la decisi¨®n, aprobada por cinco contra tres magistrados, reproduce la divisi¨®n ideol¨®gica que viene lastrando la credibilidad del TC en los ¨²ltimos tiempos. Remueve, en todo caso, uno de los obst¨¢culos que se opon¨ªan a su renovaci¨®n, y facilita con ello las negociaciones entre partidos necesarias para desbloquear la situaci¨®n.