Jos¨¦ Carlos Plaza retoma el sue?o perdido de Bergman
El director recupera el clima on¨ªrico de 'Sonata de oto?o'
Puede sonar a excesivo, pero lo cierto es que el director teatral Jos¨¦ Carlos Plaza ha recogido el testigo al mism¨ªsimo Ingmar Bergman para poner en pie el sue?o que el cineasta sueco no pudo llevar a cabo con Sonata de oto?o, la pel¨ªcula que hizo en 1978 y que siempre consider¨® fallida.
Bergman la imagin¨® como un sue?o, pero la actriz Ingrid Bergman se la convirti¨® en una pesadilla. Plaza ha recogido los deseos que tuvo inicialmente el creador de El s¨¦ptimo sello y los ha llevado al escenario, aunque Sonata de oto?o nunca se concibi¨® como una pieza teatral, a pesar de que Bergman se ve¨ªa a s¨ª mismo sobre todo como un hombre de teatro.
"Deb¨ªa haber prescindido del ambiente realista", dijo el autor sueco
Interpretada por cuatro actores, entre los que est¨¢ Marisa Paredes, Sonata de oto?o se estren¨® el martes en el teatro Palacio Vald¨¦s de Avil¨¦s. El p¨²blico, que guard¨® un silencio casi sagrado durante la representaci¨®n, la acogi¨® con ovaciones.
Plaza cuenta, como Bergman confes¨® en sus memorias -Im¨¢genes (Tusquets 1992)-, que Sonata de oto?o no fue lo que ¨¦l hab¨ªa querido. La hab¨ªa imaginado como un sue?o alejado de los escenarios realistas que terminaron por marcar la pel¨ªcula. Para su puesta en escena, Plaza ha recuperado las palabras del director sueco, que escribi¨®: "Posiblemente ¨¦se fue el error; ten¨ªa que haber seguido siendo un sue?o. No una pel¨ªcula de sue?os. Sino un sue?o cinematogr¨¢fico basado en cuatro, especialmente en dos personajes. Deb¨ªa de haber prescindido del ambiente realista y todo lo dem¨¢s. Nada de decorados engorrosos, cuatro caras en tres luces diferentes [de atardecer, de noche y de ma?ana]. As¨ª era como me imaginaba Sonata de oto?o".
En su montaje, Plaza ha creado un espacio de enso?aci¨®n, minimalista, y est¨¢ lleno de primeros planos a pesar de tratarse de teatro y en el que la iluminaci¨®n es un personaje m¨¢s.
Fue Ingrid Bergman la que se carg¨® el sue?o de Ingmar Bergman. La actriz, que no hab¨ªa trabajado hasta entonces con el director sueco y que no volver¨ªa a hacerlo m¨¢s (ni con ¨¦l, ni con nadie), lleg¨® al rodaje con los deberes hechos. Incluidos los del director. Sab¨ªa su papel milim¨¦tricamente y hab¨ªa decidido c¨®mo era su personaje, sus expresiones y actitudes. Ingmar Bergman se vio arrastrado, adem¨¢s, por las modas coloristas y realistas de la industria cinematogr¨¢fica estadounidense y su proyecto intimista, pensado seguramente en blanco y negro y en penumbras, se esfum¨®. Liv Ullman fue otra v¨ªctima, y tambi¨¦n ha reconocido su descontento con ese trabajo.
La obra nunca se llev¨® a escena. Entre otras cosas porque Bergman no ced¨ªa los derechos. Hace unos cinco a?os se hizo una excepci¨®n con la actriz argentina Zipe Lincovsky, amiga de Liv Ullman, que llam¨® a Plaza para montarla en Argentina. Se estren¨® con otra actriz porque Lincovsky, que encarnaba a la afamada pianista, se rompi¨® las dos mu?ecas en una ca¨ªda. Fue uno de los ¨¦xitos del teatro bonaerense.
Muchos productores se han estrellado intentando hacerse con los derechos. Jes¨²s Cimarro de Pentaci¨®n Espect¨¢culos lo ha logrado. Claro que a base de empe?os, arduas negociaciones y condiciones leoninas, lo cual no deja de tener m¨¦rito sobre todo trat¨¢ndose de una apuesta esc¨¦nica dif¨ªcil, nada amable y de alto riesgo. Plaza pens¨® en Marisa Paredes y Nuria Gallardo para el combate dial¨¦ctico entre Charlotte, una irresponsable madre que utiliza su carrera de gran pianista para huir de obligaciones familiares, y Eva, la torturada hija que no termina de perdonar, ni de perdonarse, el haberse sentido abandonada. Ambas son el n¨²cleo central del espect¨¢culo. Junto a ellas est¨¢n Chema Mu?oz (un sacerdote protestante casado con Eva) y Pilar Gil (hermana de Eva y con una grave enfermedad degenerativa). Y junto a ellos, y como es habitual, el equipo del director: Paco Leal (escenograf¨ªa e iluminaci¨®n), Mariano D¨ªaz (autor de la m¨²sica) y, por exigencias del gui¨®n, el figurinista Pedro Moreno ha dejado su sitio a la dise?adora Sybilla para los vestidos de Marisa Paredes.
El espect¨¢culo viajar¨¢ por distintas comunidades aut¨®nomas en los pr¨®ximos meses y en septiembre recalar¨¢ dos meses en el teatro Bellas Artes de Madrid para posteriormente continuar con su gira nacional.
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