Los pactos facilitan pactos

Los pactos facilitan pactos. Eso lo saben todos los pol¨ªticos democr¨¢ticos del mundo. Cuando se negocia y se respetan acuerdos, por peque?os que sean, la confianza mejora y los interlocutores parecen habituarse a seguir acordando. Por eso es importante que la nueva legislatura se haya abierto esta semana con un cambio formal de clima.

Lo razonable ahora es que ese clima se concrete en algo que no admite la menor demora: la renovaci¨®n de los cargos del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial, que deber¨ªan haber cesado hace meses. Una renovaci¨®n que no ofenda a la inteligencia de los ciudadanos bas¨¢ndose, una vez m¨¢s, en lealtades partidistas, sino en la capacidad, el m¨¦rito y el criterio. En el caso del CGPJ est¨¢ claro que el deterioro de la Administraci¨®n de justicia no se resuelve con d¨®ciles incompetentes sino con especialistas, gente que sepa lo que hay que hacer para modernizar y agilizar todo ese obsoleto sistema y que est¨¦ dispuesta a trabajar mucho, a negociar entre s¨ª, con el funcionariado administrativo y con el Ministerio de Justicia, y que se comprometa a ofrecer resultados visibles sobre las oficinas judiciales, en un periodo de tiempo determinado. Eso es lo que necesita la familia de Mari Luz y lo que necesitan los ciudadanos, que no han olvidado todav¨ªa lo que ocurri¨® hace muy pocas semanas en un juzgado y en la Audiencia de Sevilla.

El presidente del Gobierno se ha comprometido a salir de la crisis con recetas socialdem¨®cratas

El reciente debate de investidura no permite predecir, sin embargo, si adem¨¢s de ese pacto, que es inexcusable, podemos pensar tambi¨¦n en otros posteriores, m¨¢s sustantivos. Si la renovaci¨®n de cargos se hace r¨¢pida y limpiamente, es posible que se abra una senda que sea posible transitar. De momento, no parece f¨¢cil.

El hecho de que la situaci¨®n econ¨®mica se haya convertido en el primer problema que deba afrontar el Gobierno puede, parad¨®jicamente, facilitar las cosas. El discurso de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero fue uno de los mejores que ha pronunciado hasta ahora en la C¨¢mara, m¨¢s maduro que nunca, y estuvo impregnado por un claro color socialdem¨®crata. El presidente del Gobierno se comprometi¨® varias veces a hacer frente a la crisis con instrumentos que, en ning¨²n caso, perjudiquen a los m¨¢s d¨¦biles de la sociedad. Ya no se trata de ampliar derechos o de abrir inciertos caminos. Ahora, el presidente del Gobierno tiene una tarea clara, directa y evidente: hacer frente a una dura crisis econ¨®mica sin recortar el Estado de bienestar (que en Espa?a es inferior al de la media europea) y sin da?ar a los sectores de la sociedad que est¨¢n m¨¢s desprotegidos. Sea la crisis un periodo transitorio, dos a?os, que luego d¨¦ paso a una nueva etapa de crecimiento, como predijo Rodr¨ªguez Zapatero, sea un proceso m¨¢s largo, como asegura la oposici¨®n, el presidente del Gobierno ha adquirido ante el Congreso un compromiso muy fuerte, que su nuevo Gabinete estar¨¢ obligado a respetar.

?se es un buen campo para que PSOE y PP muestren sus diferencias, discutan, peleen y hagan propuestas distintas y contradictorias. El PP tendr¨¢, sin duda, sus propios mecanismos y sus propias ofertas. Si los dos modelos pol¨ªticos combaten en el campo de la econom¨ªa, quiz¨¢s quede espacio para encontrar acuerdos en otras ¨¢reas de Estado que hasta ahora estaban completamente contaminadas por el pulso electoral: pol¨ªtica exterior, pol¨ªtica antiterrorista, financiaci¨®n auton¨®mica y gesti¨®n de los recursos h¨ªdricos, especialmente.

No ser¨¢ f¨¢cil. El presidente del Gobierno habl¨® en su investidura de pactos de Estado, pero ofreciendo una especie de pactismo diluido, abierto a todos los grupos pol¨ªticos, a todos los Gobiernos aut¨®nomos y a todas las ideas, muy complicado precisamente por su falta de definici¨®n o de puerto de arranque. El portavoz del PNV, Josu Erkoreka, fue bastante agudo a la hora de detectar ese problema: "Usted dice que est¨¢ abierto a todos los pactos, pero no hay forma de saber algo sobre el contenido que quiere dar a esos pactos. Es usted quien ha ganado las elecciones, tambi¨¦n en el Pa¨ªs Vasco. Tome la iniciativa. Haga propuestas", le ret¨®. Rajoy tambi¨¦n le pidi¨® algo parecido, evidentemente con un ¨¢nimo contrario: "Explique qu¨¦ camino quiere hacer".

El l¨ªder de la oposici¨®n dej¨® planteada una exigencia que ya provoc¨® enormes enfrentamientos en la legislatura pasada: los pactos de Estado pasan inexorablemente por un acuerdo entre los dos grandes partidos que son la alternativa de Gobierno. Es decir, el PP debe tener un trato prioritario en todos los asuntos que afecten a contenidos b¨¢sicos de la Constituci¨®n. Rodr¨ªguez Zapatero nunca ha reconocido esa prioridad. Para ¨¦l, no basta el acuerdo entre el PSOE y el PP. Debe acompa?arse, incluso darse prioridad, al pacto entre el Estado central y los Gobiernos aut¨®nomos, dos cosas que a veces resultan incompatibles.

El presidente tiene suerte. Inicia la legislatura con un buen bal¨®n de oxigeno: el principal partido de la oposici¨®n, y muchos de los partidos nacionalistas, estar¨¢n absorbidos durante varios meses en batallas internas. Mientras, ¨¦l estar¨¢ dedicado, simplemente, a gobernar. solg@elpais.es