La fuga radiactiva en Asc¨® fue cien veces mayor de lo declarado
El Consejo de Seguridad Nuclear acusa a la planta de ocultar informaci¨®n y le abre un expediente - Analizar¨¢ a 700 personas por si resultaron afectadas
No fue un suceso menor, como dijo la central nuclear de Asc¨® I, en Tarragona. La planta, propiedad de Endesa, declar¨® el pasado 4 de abril que hab¨ªa detectado una fuga radiactiva. Pero dijo que era insignificante, nimia, apenas nada. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que debi¨® de ver algo extra?o, pidi¨® los informes originales sobre los que se basaba. La documentaci¨®n termin¨® de llegar ayer y la respuesta es contundente. En una nota dur¨ªsima, el CSN acus¨® a la central de "inadecuado control del material radiactivo" y de proporcionar "informaci¨®n incompleta y deficiente". El suceso fue calificado en principio como nivel 1 (en una escala de 0 a 7) y ayer pas¨® a nivel 2, lo que lo convierte en uno de los cuatro incidentes m¨¢s graves en la historia nuclear espa?ola y da la raz¨®n a Greenpeace, que desde el principio alert¨® del suceso. El ¨²ltimo caso fue el de Vandell¨°s II en 2005, tambi¨¦n por ocultar al CSN la corrosi¨®n de una tuber¨ªa. Entonces estuvo seis meses parada.
El subdirector de Protecci¨®n Radiol¨®gica del Consejo, Manuel Rodr¨ªguez, explic¨® a este diario: "Nos sentimos decepcionados. Hemos dado informaci¨®n inadecuada porque nos bas¨¢bamos en informaci¨®n incorrecta". Rodr¨ªguez se?al¨® que "el valor de la actividad estimada en el exterior de la central es 100 veces superior a lo que la central declar¨® hace una semana". Y lo m¨¢s grave: "Que lo sab¨ªan ya entonces". Y lo sab¨ªan cuando dos d¨ªas despu¨¦s, el CSN y representantes de la planta se reunieron con los alcaldes de la zona para informar al p¨²blico. Seg¨²n Rodr¨ªguez, el suceso no ha supuesto riesgo para el medio ambiente y "si una persona hubiese ingerido la part¨ªcula con mayor actividad" habr¨ªa recibido 0,8 miliSievert, el 80% del m¨¢ximo permitido para un a?o.
El incidente se produjo el 26 de noviembre, durante la parada de recarga. En esa operaci¨®n, se transportan las barras de combustible nuclear a trav¨¦s de unos tubos. El tubo se lava con agua a presi¨®n y luego se seca mediante unas bombas. Pero siempre quedan charcos -como los que permanecen al vaciar una piscina- de los que los operarios sacan el agua con unas aspiradoras manuales (llamadas chupacharcos). Ese agua es la que acumula m¨¢s material radiactivo y acab¨® en un bid¨®n de 50 litros. Un operario lo tir¨® en la piscina de combustible. Es gesto ya de por s¨ª era chapucero, porque seg¨²n el Consejo hay que tratarlo como un residuo radiactivo. Adem¨¢s, junto a la zona de vertido estaba en marcha un potente sistema de ventilaci¨®n que absorbi¨® parte de las part¨ªculas radiactivas y las lanz¨® al exterior a trav¨¦s de una chimenea.
El resultado es que salieron unas 150 part¨ªculas de cobalto, manganeso, zirconio y molibdeno, entre otros is¨®topos radiactivos. El 95% se qued¨® en un radio de 50 metros, lo que significa que la mayor parte se qued¨® en los tejados de los edificios de la central, no lleg¨® al exterior.
El CSN admite que no fue una negligencia que el detector de radiaci¨®n de la chimenea no lo advirtira, porque eran part¨ªculas muy peque?as y viajaban de forma dispersa. La central detect¨® la contaminaci¨®n por primera vez el 14 de marzo y no inform¨®. Inform¨® al Consejo el 4 de abril, pero entonces dijo que hab¨ªan salido 235.000 becquerelios, mientras que su informe final concluye que la cantidad es de 19,5 millones de becquerelios. La fuga la dio a conocer Greenpeace y, cuando el 7 de abril, el CSN reuni¨® a los 13 alcaldes de la zona para informarles, la central tampoco dijo lo que realmente hab¨ªa pasado. Ayer reiter¨® "la baja significaci¨®n radiol¨®gica" de la fuga, pero no opin¨® sobre la nota del CSN.
Para descartar que nadie haya recibido m¨¢s radiaci¨®n de la permitida, el CSN examinar¨¢ a m¨¢s 700 personas que hayan entrado en la central en este periodo. Son en su mayor¨ªa trabajadores con licencia nuclear, pero tambi¨¦n personal auxiliar, como jardineros o quienes hayan llevado alg¨²n suministro. Asimismo, el CSN exigi¨® a la Asociaci¨®n Nuclear Asc¨®-Vandell¨°s, la empresa que gestiona las nucleares catalanas, que "depure responsabilidades".
Greenpeace -que fue la primera en informar de la fuga, antes que el CSN- pidi¨® ayer que se paralice la central y se suspenda la licencia de actividad de los titulares de la central. En el mismo sentido se expres¨® el diputado de ICV Joan Herrera, que pidi¨® la comparecencia del ministro de Industria, Miguel Sebasti¨¢n.
Una empresa con un accidentado historial
Si hay una central nuclear con mala reputaci¨®n en el Consejo de Seguridad Nuclear ¨¦sa es Asc¨®-Vandell¨°s (ANAV). Los tres reactores los gestiona la misma empresa (propiedad de Endesa e Iberdrola al 50%) y acumula los incidentes m¨¢s graves de los ¨²ltimos a?os. No tanto porque exista riesgo, sino por su gesti¨®n.
En 2005, el Consejo tuvo parada seis meses Vandell¨°s II por ocultarle informaci¨®n y "primar la producci¨®n sobre la seguridad". Durante d¨¦cadas una tuber¨ªa de la central sufri¨® una corrosi¨®n de la que la central no inform¨®.
La central fue multada con 1,6 millones pero, sobre todo, estuvo seis meses parada. El suceso fue calificado como nivel 2 (en una escala de 0 a 7), algo que s¨®lo se hab¨ªa dado en 1992, cuando la central de Trillo (Guadalajara). En 1989, Vandell¨°s I sufri¨® un incendio que da?¨® gravemente la planta, lo que provoc¨® su cierre.
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