"No podemos ser una isla entre gobiernos progresistas"

Consciente de que con una formaci¨®n pol¨ªtica creada hace apenas ocho meses puede acabar con 61 a?os de hegemon¨ªa del Partido Colorado, Fernando Lugo (San Pedro, 1951) advierte de que ha llegado la hora del cambio en Paraguay, pero buscando una tercera v¨ªa entre la Venezuela de Ch¨¢vez y el Chile de Bachelet. Este obispo, sancionado por Roma por entrar en pol¨ªtica, defiende la expropiaci¨®n de tierras y resalta que la libertad es fundamental a la hora de abordar temas sociales.

Pregunta. Desde el Gobierno se est¨¢n lanzando contra usted todo tipo de acusaciones. ?Pensaba que la pol¨ªtica era as¨ª?

Respuesta. Sinceramente no me esperaba unos ataques de tan grueso calibre, pero entiendo el porqu¨¦: es una gran osad¨ªa lo que estamos haciendo. En apenas ocho meses estamos en condiciones de romper la hegemon¨ªa de un partido de m¨¢s de 60 a?os.

"Me considero una l¨ªnea intermedia entre Hugo Ch¨¢vez y Lula da Silva"

"Soy un caso ¨²nico de un obispo que aspira a presidir un pa¨ªs"

P. Precisamente por esa hegemon¨ªa crecen las voces de fraude electoral el pr¨®ximo domingo. ?Qu¨¦ va a suceder cuando cierren las urnas?

R. Nosotros decimos que no va a ser f¨¢cil, pero tampoco va a ser imposible. El sistema en Paraguay est¨¢ muy deteriorado por el clientelismo y la corrupci¨®n, y hay una confusi¨®n total entre lo que es el partido y el Estado.

P. Est¨¢ rodeado de hombres armados. ?Teme por su seguridad?

R. Ya siendo obispo de San Pedro recib¨ªa amenazas de muerte, pero como se suele decir, nadie muere en la v¨ªspera del d¨ªa que le toca.

P. ?Se decanta por la v¨ªa de Ch¨¢vez y Morales, o est¨¢ m¨¢s en sinton¨ªa con Lula y Bachelet?

R. ?Y no puede ser una l¨ªnea intermedia, la de Fernando Lugo? Paraguay tiene que hacer su propio proceso. Creo que hoy en Am¨¦rica Latina no hay paradigmas comunes unificados. Si bien tenemos problemas comunes tambi¨¦n hay otras cosas muy diferentes. Tenemos que hacer nuestro propio camino para integrarnos y no ser una isla entre gobiernos progresistas.

P. ?Cu¨¢l ser¨¢ entonces la pol¨ªtica exterior paraguaya?

R. Paraguay tiene que intentar recuperar su dignidad como naci¨®n. Hay que revisar las relaciones diplom¨¢ticas con Taiwan. No se puede ignorar a China, ni desconocer ese mundo tan grande y las consecuencias econ¨®micas que eso tiene. Tenemos que tener una pol¨ªtica exterior clara y diferenciada. No podemos aceptar de ninguna manera la diplomacia de la chequera [las inversiones de Taiwan]. Queremos estar abiertos al mundo entero.

P. Su programa es tachado de radical. ?Piensa expropiar tierras?

R. S¨ª. Es una figura constitucional. La Constituci¨®n garantiza la propiedad privada, pero tambi¨¦n se reconoce el derecho a expropiar, por la v¨ªa parlamentaria, tierras que no son racionalmente explotadas. Vamos a intentar recuperar las tierras comunales.

P. ?Qu¨¦ opina de la introducci¨®n en su pa¨ªs de leyes de parejas del mismo sexo o de aborto?

R. Paraguay no es Espa?a. No tiene el proceso civil espa?ol. Tenemos un C¨®digo Civil que hay que reformar. Hay un derecho humano que es la libertad. Libertad de conciencia, libertad de adopci¨®n... Hay que respetar la libertad. No estamos en la Edad Media, ni el Estado se identifica con una religi¨®n. No voy a esconder la cabeza ante temas pol¨¦micos de tinte moral porque es un proceso en el que tienen que participar todos los paraguayos, independientemente de las creencias de su presidente. En temas como la eutanasia y el aborto yo me identifico profundamente con la Iglesia Cat¨®lica.

P. Pero sobre usted pesa una importante sanci¨®n can¨®nica.

R. El Vaticano reaccion¨® como deb¨ªa reaccionar. Soy un caso ¨²nico de un obispo que aspira a ser presidente de un pa¨ªs. En Hait¨ª, Jean-Bertand Aristide era sacerdote, pero no obispo.

P. ?Y no est¨¢ trasladando su labor de obispo a la pol¨ªtica?

R. Cuando la Iglesia, como instituci¨®n, ha optado por identificarse con un modelo temporal se ha equivocado. Sucedi¨® con los sacerdotes nicarag¨¹enses durante el sandinismo y ocurri¨® en El Salvador. La opci¨®n pastoral de la Iglesia latinoamericana con la que yo me siento identificado la han trasladado muchos a la pol¨ªtica. Por eso hay gente que me identifica con la izquierda, pero ideol¨®gicamente yo no me identifico con ning¨²n grupo de izquierdas. Soy m¨¢s bien un eje de di¨¢logo que ha propiciado el que nueve partidos que antes ni se saludaban ahora concurran juntos.