"Vietnam fue lo que tuvimos en vez de infancias felices"
Durante los d¨ªas malos del invierno de 1968, cuando m¨¢s nos atacaban". As¨ª arranca uno de los Despachos de guerra de Michael Herr. "En los d¨ªas peores creo que nadie esperaba salir vivo de all¨ª. Se asent¨® entre los miembros de aquel batall¨®n una desesperaci¨®n que los viejos de otras dos guerras nunca hab¨ªan visto", escribe m¨¢s adelante en esta obra maestra del nuevo y el viejo periodismo que en gran parte transcurre durante 1968. "Hab¨ªa sido un a?o tan intenso que creo que resum¨ªa toda la d¨¦cada".
Vietnam ya era un desastre, pero 1968 fue el a?o del cataclismo: la ofensiva del Tet, que lleg¨® hasta Saig¨®n, la imagen del general Nguyen dispar¨¢ndole en la cabeza a un prisionero del Vietcong, la matanza de My Lai (fue desvelada m¨¢s tarde por Seymour Hersh), la batalla de Hue... El Tet es el ejemplo de manual de "ganar una batalla y perder la guerra": los estadounidenses acabaron derrotando a los guerrilleros de Vietnam del Norte, pero pagaron un precio enorme y no s¨®lo en vidas: la ofensiva del Tet, relatada por Stanley Kubrick con gui¨®n del propio Herr en La chaqueta met¨¢lica, mostr¨® la debilidad del gigante. "Hace mucho tiempo que all¨ª no hab¨ªa un pa¨ªs, s¨®lo una guerra", manifest¨® Herr. Las fotograf¨ªas del reportero de Magnum, recientemente fallecido, Philip Jones Griffiths, que recopil¨® en el libro Vietnam Inc, se convirtieron en el resumen de aquel cataclismo. "Sus im¨¢genes del sufrimiento de los civiles representan lo mejor del fotoperiodismo de la guerra", se?ala Phillip Knightley en The first casualty (La primera baja), una historia del reporterismo b¨¦lico.
El impacto de aquel libro fue tan brutal que Griffiths se convirti¨® en el primer corresponsal al que el Gobierno de Vietnam del Sur le deneg¨® el visado.
Fue la guerra del gran baile de los periodistas en la que miles de fot¨®grafos se lanzaron al frente para retratar el horror. "Vietnam marc¨® un patr¨®n para el fotoperiodismo que se convirti¨® en un ejemplo para todas las guerras futuras", dijo Hort Faas, ganador de dos Pulitzer y autor junto a Tim Page -"cuando le conoc¨ª ten¨ªa 23 a?os y recuerdo que pens¨¦ que me gustar¨ªa haberle conocido cuando a¨²n era joven", escribi¨® Herr sobre ¨¦l- de R¨¦quiem, un libro con las im¨¢genes de los fot¨®grafos muertos en la guerra. Faas, Larry Burrows o Don McCullin marcaron las retinas de varias generaciones, pero Griffiths toc¨® la fibra sensible con su retrato del inmenso sufrimiento de los civiles, atrapados en el fuego cruzado de la teor¨ªa del domin¨®, arrastrados a un mundo de matanzas (por ambos lados: al reconquistar Hue los estadounidenses descubrieron montones de cad¨¢veres ejecutados por el Vietcong) y manchados con toneladas de agente naranja y napalm que los aviones estadounidenses lanzaron sobre las selvas y los arrozales.
"El periodismo convencional no puede servir para cubrir esta guerra de la misma forma que un Ej¨¦rcito convencional no puede ganarla", escribi¨® Michael Herr en una de sus cr¨®nicas en Esquire. "Sean Flynn, el hijo de Errol, se ganaba la vida como reportero gr¨¢fico y era un apasionado de las motos. Hac¨ªa aquella guerra a bordo de una Honda, con c¨¢maras japonesas sobre el torso y un grabador con canciones de Jimi Hendrix. Era la primera guerra rock de la historia", escribi¨® nuestro Michael Herr particular, el maestro Manu Leguineche, en su estupendo La guerra de todos nosotros. Leguineche y Herr formaron parte de la misma pandilla, junto a Sean Flynn, que desapareci¨® en Camboya en 1970. Al hijo del capit¨¢n Blood se lo trag¨®, junto al c¨¢mara de la CBS Dana Stone, la selva en la que tantas veces se hab¨ªan metido en busca de una imagen, de una buena historia. "No puedes enfocar con l¨¢grimas en los ojos", se?al¨® Griffiths en una entrevista al ser preguntado sobre el impacto que le causaban las barbaridades que retrataba. "No puedes dejar de sentirte implicado pero tienes que seguir siendo t¨² mismo, tomar tus fotos". "Si estabas bien de la cabeza, peor te parec¨ªa lo que ve¨ªas", se?al¨® Griffiths en otra entrevista. "Tengo fotograf¨ªas que te har¨ªan vomitar, ?pero qu¨¦ sentido tiene? Por suerte todos contamos con mecanismos de defensa y cuando la cosa se pone fea cerramos los ojos o pasamos la p¨¢gina. Por esos tratas de sacar fotos que atrapen a la gente y no de fotografiar cosas horrendas", prosigue este fot¨®grafo gal¨¦s, que tambi¨¦n public¨® un libro sobre los efectos del agente naranja que las fuerzas de Estados Unidos lanzaron por toneladas sobre las selvas.
Durante toda la guerra, el Gobierno de Estados Unidos mantuvo una pol¨ªtica de barra libre, de puertas abiertas para la prensa, de la que nunca se ha arrepentido lo bastante el Pent¨¢gono. Knightley explica que, para acreditarse, hac¨ªa falta un par de cartas de medios de comunicaci¨®n (uno de ellos pod¨ªa ser casi el peri¨®dico de la escuela) y luego Associated Press y algunas otras agencias repart¨ªan c¨¢maras y material, y pagaban 15 d¨®lares por foto.
El transporte era gratis -los helic¨®pteros, los C-130, cualquier medio val¨ªa para entrar y salir de la selva- y un est¨®mago m¨¢s o menos duro pod¨ªa llegar a acostumbrarse a las raciones C del Ej¨¦rcito. Los viajes de alcohol, hierba y rock&roll tambi¨¦n contribu¨ªan a incrementar la movilidad. "En 1968 hab¨ªa en Vietnam unos 500 corresponsales de todo el mundo, 200 de ellos estadounidenses. Los medios tuvieron m¨¢s acceso a los combates y menos censura gubernamental que en cualquier otra guerra anterior o posterior", escribe Christian G. Appy en La guerra de Vietnam, una historia muy completa del conflicto que Cr¨ªtica publicar¨¢ en mayo.
"Vietnam fue lo que tuvimos en vez de una infancia feliz" es la frase m¨¢s famosa de Herr, que fue tambi¨¦n uno de los guionistas de Apocalypse Now. Y, con estas palabras, cierra su obra maestra: "La guerra termin¨® y luego termin¨® de verdad, las ciudades cayeron, vi abalanzarse en el mar de China los helic¨®pteros que hab¨ªa amado mientras sus pilotos vietnamitas saltaban abandon¨¢ndolos, y un ¨²ltimo helic¨®ptero gir¨® sus h¨¦lices, se alz¨® en el aire y huy¨® de mi pecho". -
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Despachos de guerra. Michael Herr. Anagrama. Barcelona, 2001. 266 p¨¢ginas. 13,82 euros Vietnam Inc. Philip Jones Griffiths. Paidon Press. Londres, 2006 La guerra de Vietnam. Christian G. Appy. Cr¨ªtica. Barcelona, 2008. 570 p¨¢ginas. A la venta en mayo.
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