La actuaci¨®n definitiva de Chiquita

Si algo compartieron de manera apasionada Jes¨²s de Polanco y su hija Isabel fue la voluntad de unir la cultura de Espa?a con la de Iberoam¨¦rica. Por eso ayer la tristeza por su desaparici¨®n estuvo presente en la entrega del XI Premio Alfaguara de Novela, que se convirti¨® desde su primer comp¨¢s en un homenaje a una ingente y generosa labor.

Esa labor que resum¨ªa de manera transparente el ganador de esta edici¨®n, el cubano Antonio Orlando Rodr¨ªguez: "Quiero agradecer el gran premio que est¨¢ detr¨¢s del premio; la oportunidad de llegar a lectores de Espa?a, Iberoam¨¦rica y Estados Unidos. ?A alguien se le ocurre que pueda existir un privilegio m¨¢s grande? A m¨ª no".

Desde los inicios de Santillana, Jes¨²s de Polanco estableci¨® la vocaci¨®n americana de la editorial. Hab¨ªa que seducir y conquistar a los lectores de aqu¨ª, pero tambi¨¦n a los de all¨ª. Una proyecci¨®n sirvi¨® para recorrer en im¨¢genes las vidas de Polanco y de su hija. Ese recuerdo, un homenaje en diferentes momentos de sus trayectorias, sobre todo la profesional, abri¨® el acto. Ambos aparec¨ªan en las fotos en distintas circunstancias, solos y acompa?ados (de pol¨ªticos, escritores, figuras de relevancia social), y casi siempre con un punto de jovialidad y una sonrisa. Su manera de estar en el mundo de las palabras estuvo marcada por la alegr¨ªa. Ese tipo de alegr¨ªa que ayer transmit¨ªa Antonio Orlando Rodr¨ªguez. Un escritor nacido en Cuba, de abuelos canarios, que vive en Miami y ha vuelto a poner en danza a Chiquita en Espa?a. Chiquita, la actriz de tama?o liliputiense que naci¨® en Matanzas en 1869 y que triunf¨® en los teatros de variedades de Estados Unidos a principios del siglo XX.

El fallo del jurado del XI Premio Internacional de Novela Alfaguara, presidido por el escritor nicarag¨¹ense Sergio Ram¨ªrez, destac¨® de Chiquita su elegancia rebosante de vida y celebr¨® la notable gracia narrativa e imaginaci¨®n sin descanso de su autor. La novela cuenta la historia de Espiridiona Cenda, Chiquita, y reconstruye un mundo sometido a vertiginosos cambios, el de finales del siglo XIX y principios del XX. Cuando Cuba se independiz¨® de Espa?a y Estados Unidos y dio sus primeros pasos como potencia emergente.

Ignacio Polanco, presidente del Grupo PRISA, entreg¨® ayer una estatuilla de Mart¨ªn Chirino y los 175.000 d¨®lares (unos 118.150 euros) del premio a Antonio Orlando Rodr¨ªguez. El escritor, que lleva 17 a?os fuera de su pa¨ªs, lament¨® el desinter¨¦s que las autoridades cubanas han mostrado por el ¨¦xito de la novela. Coment¨® que quer¨ªa que el galard¨®n fuera tambi¨¦n para las letras cubanas, y dijo: "La literatura est¨¢ por encima de los Gobiernos y las ideolog¨ªas".

"Los peque?os, sean seres humanos o naciones, tienen derecho a ser respetados y escuchados. La grandeza no tiene tama?o", subray¨® tambi¨¦n Antonio Orlando Rodr¨ªguez refiri¨¦ndose a su personaje. Esa Chiquita que, a pesar de su tama?o, fue capaz de superar todas las dificultades y consigui¨® llevar una vida plena, en lo art¨ªstico y en lo personal. El escritor tuvo tambi¨¦n palabras de agradecimiento para ella, esa mujer cuya vida ha reinventado "desde la libertad de la ficci¨®n". Y con las se?as de estilo que reivindica: fantas¨ªa, humor y gusto por las peripecias.