Educaci¨®n quiere aplazar a 2023 lo que debe a las universidades

La Generalitat ha puesto negro sobre blanco lo que debe a las cinco universidades p¨²blicas: 717 millones de euros (120.000 millones de pesetas). Una cantidad formidable que resulta de sumar lo que dej¨® de entregar en 2007 (417 millones de euros); el convenio de inversiones suscrito por el presidente Camps en 2005 (150 millones), y el dinero correspondiente a este a?o que ya se ha declarado incapaz de reunir (140 millones). El Consell ha trasladado tambi¨¦n su propuesta para liquidarlo: ir pagando en c¨®modos plazos... hasta 2023.

La actual situaci¨®n financiera de las universidades va de grave a desesperada

Los rectores consideran la oferta inaceptable. Y creen que la estrategia de la Generalitat, a la que las deudas le llegan al cuello, consiste en forzar que sean las universidades las que se endeuden. Pedir cada a?o una p¨®liza de tesorer¨ªa para sobrevivir al ejercicio dejar¨¢ sin margen de maniobra al sistema acad¨¦mico valenciano, avisan. "Con esa propuesta es imposible que podamos funcionar", afirma un dirigente universitario.

La situaci¨®n financiera de las universidades, desde Castell¨®n a Elche, ha ido degenerando en los ¨²ltimos meses. A estas horas, se mueve entre grave y desesperada. Los impagos hacia el final de cada ejercicio se hicieron habituales hace a?os. Pero nunca hab¨ªan empezado tan pronto como en 2007 (cuando las facultades dejaron de recibir dinero en agosto), y siempre se les hab¨ªa reintegrado en enero del a?o siguiente. No hay m¨¢s que echar un vistazo al calendario (segunda quincena de abril) y observar la parsimonia del Consell para deducir su t¨¢ctica negociadora: cuanto m¨¢s cr¨ªtica sea la situaci¨®n de las facultades, mejor.

La Universitat de Val¨¨ncia ha tenido que aplazar a ocho meses los pagos a sus proveedores por falta de tesorer¨ªa. Pero todos los rectorados est¨¢n buscando dinero debajo de las piedras. Y desviando, por ejemplo, fondos de investigaci¨®n europeos, estatales y auton¨®micos (que son finalistas, es decir, que s¨®lo se pueden dedicar a los proyectos para los que fueron concedidos, con la obligaci¨®n de acreditarlo una vez finalizados) a pagar n¨®minas y recibos de la luz. Las cuentas de la Universitat se hallan, sin embargo, en una situaci¨®n m¨¢s delicada, entre otras cosas, porque a finales de 2007, despu¨¦s de retrasarlas m¨¢s de un lustro, empez¨® las obras de la nueva escuela de Magisterio en el campus de Tarongers.

La diputada socialista Ana Noguera declar¨® ayer que la "asfixia econ¨®mica a las universidades p¨²blicas pone en riesgo la calidad de nuestro sistema educativo y el conocimiento de nuestros j¨®venes".

Las universidades aguardan la propuesta formal del Consell para reunirse y dise?ar su contraoferta. Contendr¨¢, probablemente, tres condiciones: que el compromiso sea ratificado por un acuerdo del Consell ("ya firmamos dos convenios que no han servido para nada"); que los presupuestos de la Generalitat recojan la cantidad pactada con las universidades (y no mucho menos, como viene sucediendo), y la garant¨ªa de que el volumen de gasto se mantendr¨¢ en el futuro, ya que los rectores temen que Educaci¨®n trate de rebajar sus fondos a partir de 2009.