El drag¨®n de las alas inteligentes
El vuelo del pterosaurio prefigura el avi¨®n del futuro, seg¨²n el paleont¨®logo Unwin
En el vuelo prehist¨®rico del pterosaurio aletea el futuro de la aviaci¨®n. As¨ª lo cree el paleont¨®logo brit¨¢nico David Unwin (Ellesmer, 1959), autoridad mundial en esos impresionantes voladores que fueron los reptiles a¨¦reos del Mesozoico (que dur¨® desde hace 250 hasta hace 65 millones de a?os). Del f¨®sil al tablero de dibujo de los ingenieros aeron¨¢uticos. ?se es el asombroso destino que, considera Unwin, espera a los extinguidos se?ores del aire, contempor¨¢neos de los dinosaurios.
El 'Quetzalcoatlus', de 12 metros, era del tama?o de un 'caza' Spitfire
Muchos ten¨ªan exuberantes crestas para exhibici¨®n o rivalidad
El misterio no es su final sino su origen. No conocemos a sus antepasados
No hubieran podido llevar a Raquel Welch a su nido, ni com¨¦rsela
"Las nuevas investigaciones nos ofrecen una imagen sorprendente del ala de los pterosaurios", se?ala Unwin, un hombre jovial, locuaz y muy simp¨¢tico, de piel extremadamente clara y ojos muy azules que ha participado en un ciclo de conferencias en Cosmocaixa, en Barcelona. "Tenemos ahora f¨®siles muy bien conservados, se ve que dentro de la membrana hay diferentes capas de tejidos. No es s¨®lo piel tensada. Es como una t¨²nica viva, surcada por vasos sangu¨ªneos, y tambi¨¦n fibras, muchos peque?os m¨²sculos, largos y delgados dentro". Estamos, dice "ante un ala inteligente, un ¨®rgano din¨¢mico, que autoajusta la forma, la flexibilidad y la tensi¨®n". De esa manera, el pterosaurio pod¨ªa volar de una manera extraordinariamente eficaz. "Los ingenieros aeron¨¢uticos se emocionan enormemente ante esto porque es lo que buscan para los aviones del futuro. Que el piloto reciba informaci¨®n directa de las alas y que ¨¦stas se autoconformen para adaptarse al viento, a la climatolog¨ªa, a la presi¨®n. El vuelo ser¨ªa mucho m¨¢s eficiente, seguro y barato".
"Es maravilloso pensar que los pterosaurios tengan un mensaje para ayudarnos a crear mejores aviones", reflexiona Unwin, que recuerda que algunos como el Quetzalcoatlus del final del Cret¨¢cico, con sus 12 metros de envergadura, era del tama?o de un caza de la II Guerra Mundial como el Spitfire.
En el inter¨¦s popular por esas criaturas, entre las que se cuentan los populares pterod¨¢ctilos y el desdentado pteranodon, se suma a la fascinaci¨®n por los monstruos la pasi¨®n por el vuelo. Quiz¨¢ por eso los paleont¨®logos que los estudian son diferentes de otros colegas. "Somos gente muy apasionada, y tambi¨¦n un grupo muy competitivo; quiz¨¢ como aviadores, s¨ª, algo se contagia de lo que estudias -as¨ª que ?tenga cuidado con los que trabajan con tigres dientes de sable!-. En todo caso, si coges el h¨²mero de un pterosaurio de diez metros de envergadura y no te excitas deber¨ªas visitar al psic¨®logo".
Unwin, autor del libro de referencia sobre esas criaturas junto con la cl¨¢sica Enciclopedia de los pterosaurios de Wellnhofer (Susaeta, 1994) -The pterosaurs, Pi Press, 2005-, recalca que los pterosaurios son "dragones aut¨¦nticos, que existieron, y por eso seducen tanto".
La imagen que arroja la ciencia moderna de esas criaturas ha cambiado mucho en los ¨²ltimos a?os y no digamos desde El mundo perdido de Conan Doyle. Ten¨ªan pelo. "?Ve mi brazo?, ese vello es lo m¨¢s parecido al que cubre a los murci¨¦lagos, pero no era pelo en realidad como el nuestro, el de los mam¨ªferos, sino algo parecido, aunque jugaba el mismo papel, controlar la temperatura corporal. Sabemos que en algunas partes ten¨ªan tambi¨¦n escamas, como en los pies, se ve en las huellas".
Ha habido controversia sobre c¨®mo se desplazaban en tierra. "Ya no. Se mov¨ªan a cuatro patas. Los m¨¢s antiguos, con esas colas largas de demonio, lo hac¨ªan muy lentamente. Para huir y alzar el vuelo trepaban. Los pterosaurios m¨¢s modernos se pod¨ªan incorporar m¨¢s y avanzar r¨¢pido, incluso correr, lo que les permit¨ªa arrancar a volar desde el suelo". ?Nadaban? "Creo que s¨ª, es dif¨ªcil concebir que pescaran y no nadaran. No se zambull¨ªan como los cormoranes, no estaban dise?ados para eso -ser¨ªa como zambullir un paraguas, pero coger¨ªan los peces con el pico, como las gaviotas".
El cient¨ªfico se?ala que los pterosaurios no tendr¨ªan tantos problemas para despegar como para permanecer en el suelo. "Dada su poca masa, cualquier corriente de aire los elevar¨ªa, un poco como los parapentes. No eran tan fr¨¢giles como podr¨ªa parecer, ?pero deb¨ªan tener mucho cuidado de no chocar con los postes de tel¨¦grafos!", bromea.
Unwin cree que ten¨ªan buena vista. "Deb¨ªan tenerla para alimentarse de peces. Y lo indica tambi¨¦n el hecho de que muchos presentaran largas y exuberantes crestas (seguramente dimorfismo sexual) para exhibici¨®n o rivalidad. Probablemente luc¨ªan colores, ser¨ªa triste que con buena vista vivieran en un mundo monocromo". ?Eran omn¨ªvoros? "Se alimentaban de pescado, insectos, gusanos en tierra, crust¨¢ceos, peque?os mam¨ªferos, pero no hemos encontrado ninguno que comiera vegetales. Creemos que diger¨ªan muy r¨¢pido, un beneficio para volar. ?Sabe qu¨¦ es curioso?: no hay ninguno que no vuele, no hay el equivalente de avestruces o ping¨¹inos en pterosaurios".
?Interactuaban con los dinosaurios? "No mucho, los ter¨®podos intentar¨ªan pillarlos y algunos seguir¨ªan a los saur¨®podos para comerse los insectos par¨¢sitos, como los p¨¢jaros actuales con los grandes ungulados". Es dif¨ªcil precisar c¨®mo desaparecieron. "Sabemos que se hab¨ªan hecho muy raros al final del Cret¨¢cico, hab¨ªa muy pocas especies y la mayor¨ªa gigantes; presentaban un elevado riesgo de extinci¨®n, as¨ª que cualquier desastre planetario pudo acabar con ellos. La gran pregunta es porqu¨¦ hab¨ªa tan pocos. No lo sabemos. Quiz¨¢ murieron de aburrimiento, en 150 millones de a?os ya hab¨ªan hecho todo lo que pod¨ªan".
El gran misterio en todo caso, recalca, no es su final sino su origen. "Si quieres ver pelearse a un grupo de especialistas en pterosaurios pregunta c¨®mo aparecieron. No falla. Hay muchas teor¨ªas. El problema con ellos es que no hay una forma intermedia. Con las aves tenemos el Archaeopterix, a medio camino entre un ter¨®podo y un ave, pero con los pterosaurios, nada. El m¨¢s antiguo que tenemos es puro pterosaurio. Hay gente que cree que est¨¢n m¨¢s cerca del dinosaurio, otros del lagarto, otros que no est¨¢n lejos del cocodrilo. Nos hacen falta m¨¢s f¨®siles".
Unwin recalca que los pterosaurios no tienen nada que ver con las aves ni con los dinosaurios. "No son dinosaurios que vuelan, como cree mucha gente, para nada. Y en cuanto a los p¨¢jaros, pensar en ellos da lugar a muchos equ¨ªvocos. No hay evidencias de que los pterosaurios cuidaran a sus cr¨ªas. Creemos que sal¨ªan del huevo, un huevo de c¨¢scara m¨¢s blanda que el de las aves -s¨®lo tenemos tres, hallados todos en 2004- y se val¨ªan por s¨ª mismas, como las tortugas o los cocodrilos. Probablemente enterraban la puesta, as¨ª que no hab¨ªa nidos como los de las aves".
Adi¨®s, pues, lamentablemente, a la imagen de Raquel Welch en el nido del pterod¨¢ctilo de Hace un mill¨®n de a?os. "Me temo que s¨ª, lo siento". ?Pero se la hubieran comido? ?Pod¨ªan con algo tan grande, y valga la palabra? "Quiz¨¢ devorar¨ªan un cad¨¢ver, el Queatzalcoatlus era carro?ero, pero personas vivas, no, les asustar¨ªa mucho. De hecho, creo que si hubieran sobrevivido lo suficiente para coexistir con nosotros nos los hubi¨¦ramos cargado hace ya mucho tiempo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.