Sigue el espect¨¢culo
Aguirre y Rajoy no est¨¢n a la altura del debate pol¨ªtico que merecen los militantes del PP
Tras el espect¨¢culo ofrecido por Aguirre y Rajoy durante el fin de semana, parec¨ªa que ella iba a descartar definitivamente que fuera a presentar una candidatura alternativa a la de Mariano Rajoy en el congreso del PP de junio; pero en el ¨²ltimo momento, pudiendo haberse callado, prefiri¨® volver a introducir la incertidumbre: apoyar¨¦ a Rajoy, "o no", dijo imitando una salida famosa del presidente del partido en otra ocasi¨®n en que el tema era tambi¨¦n la sucesi¨®n del jefe.
Esa estudiada ambig¨¹edad es criticable, pero no puede considerarse absurda. Por el contrario, corresponde bastante bien con el c¨¢lculo de alguien que estima que su hora todav¨ªa no ha llegado pero piensa que, para que llegue, debe colocarse en un lugar que obligue a los dem¨¢s a tenerle en cuenta en el momento decisivo.
La crisis alcanz¨® su punto de ebullici¨®n el s¨¢bado pasado, en Elche, cuando Rajoy solt¨® por sorpresa que si Aguirre no se sent¨ªa representada en el actual PP pod¨ªa "irse al partido liberal". Era una reacci¨®n a los comentarios de ella sobre su intenci¨®n, que consideraba cumplida, de haber propiciado un aut¨¦ntico debate de ideas y no (como otros) de personas. Triste idea de debate es tomar por tal la mera afirmaci¨®n enf¨¢tica de que ella era liberal, y la respuesta desabrida del otro invit¨¢ndola a dejar el partido si no estaba contenta.
Tan desabrida que los medios, pr¨®ximos o lejanos, lo interpretaron como evidencia de ruptura personal irreversible y aviso de bronca asegurada hasta el congreso de Valencia. Ante la sensaci¨®n de v¨¦rtigo que ello produjo en las filas populares, ambos protagonistas dedicaron el lunes a negar haber dicho lo que todo el mundo les hab¨ªa escuchado o a inventarse interpretaciones inveros¨ªmiles de sus palabras. Tambi¨¦n en esto la idea de lo que es un debate pol¨ªtico queda por debajo del m¨ªnimo exigible a personas adultas.
El presidente fundador, Manuel Fraga, sugiri¨® ayer a Aguirre que "se calle de una vez" y deje de alentar especulaciones sobre sus intenciones; pero ?y si lo que ella pretende no es disputar el puesto a Rajoy sino dejar sentada su disponibilidad para cuando llegue el momento? Ahora ni siquiera tiene garantizados los avales precisos para oficializar una lista alternativa, y mucho menos la victoria en el c¨®nclave. Adem¨¢s, no siendo diputada, tendr¨ªa que hacer oposici¨®n desde fuera del Parlamento, lo que es una limitaci¨®n obvia. Tal vez se trate, entonces, de lo que expresa la literalidad de sus palabras: que no ser¨¢ candidata ahora, pero podr¨ªa serlo si en cualquier momento de la legislatura (por ejemplo, tras unas elecciones auton¨®micas o europeas desfavorables), Rajoy se viera forzado a dimitir; como hizo Fraga tras unas elecciones vascas.
?Y Rajoy? Seguramente le convendr¨ªa que ella se presentara, lo que le dar¨ªa oportunidad de revalidar su liderazgo ya sin la sombra de la designaci¨®n digital de Aznar. Pero quiz¨¢s sea precisamente eso lo que ella quiere evitar.
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