Ankara busca un acuerdo estrat¨¦gico

Turqu¨ªa y la Uni¨®n Europea parecen haberse atascado en un callej¨®n sin salida en el proceso de negociaci¨®n para la construcci¨®n del gasoducto Nabucco, concebido como la principal alternativa a Rusia para garantizar el suministro de energ¨ªa a Europa.

Ankara busca cerrar un acuerdo estrat¨¦gico con la UE que le adjudique una cuota -variable en funci¨®n de sus necesidades- del gas natural que circule por su territorio desde la cuenca del mar Caspio. Tambi¨¦n pretende que Azerbaiy¨¢n, el principal suministrador de gas para la red Nabucco, le ofrezca un precio por debajo de la media internacional para su consumo dom¨¦stico.

Turqu¨ªa parece querer sacar partido de su estrat¨¦gica posici¨®n m¨¢s all¨¢ de sus posibilidades. Pero las directivas sobre defensa de la competencia de la UE precisan que todos los operadores del sistema Nabucco deben tener igualdad de acceso al gasoducto en un marco de precios regulados. Para los socios h¨²ngaros, b¨²lgaros, rumanos, alemanes y austriacos de Turqu¨ªa los privilegios que persigue resultan inaceptables.

Fuentes europeas precisan que Turqu¨ªa debe aceptar una posici¨®n de equilibrio. Otro de los posibles socios de Ankara, Gas de Francia, se ha visto excluido del proyecto por un veto pol¨ªtico.

Las votaciones del Parlamento franc¨¦s para reconocer la existencia del genocidio armenio -cifrado seg¨²n distintos historiadores entre 650.000 y 1,5 millones de civiles muertos bajo el Imperio Otomano en la I Guerra Mundial- han desatado las protestas del Gobierno de Turqu¨ªa, que se empe?a en no calificarlo como genocidio y que s¨®lo reconoce la muerte de miles de armenios en hechos de guerra o durante el ¨¦xodo forzoso de 1915.