Un Consejo de las Artes descafeinado
La falta de competencias y la sombra del fiasco de TV-3 planean sobre la ley que debe garantizar la independencia de los apoyos a la creaci¨®n art¨ªstica
Es una ley esperada, y para algunos deseada, sobre la que penden muchas dudas. Anunciada a bombo y platillo como la nueva panacea de la pol¨ªtica cultural en mayo de 2004 por Caterina Mieras, la primera consejera de Cultura del tripartito, se prev¨¦ que, finalmente, el pr¨®ximo mi¨¦rcoles el Parlament apruebe la Ley del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes. No est¨¢ claro que sea por consenso porque el PP ya ha anunciado su voto en contra y CiU parece inclinarse por la misma opci¨®n, aunque mantiene la inc¨®gnita y muchas de sus enmiendas, entre ellas la de que los miembros del consejo los decidan los grupos parlamentarios -y no el presidente de la Generalitat- y que tenga que ser aprobada por dos tercios de la C¨¢mara.
Para no hipotecar el futuro consejo, Cultura suspendi¨® los convenios
El PP votar¨¢ en contra y CiU mantiene sus enmiendas a la ley
Los grupos que integran el tripartito no quieren que se repita lo sucedido en la Corporaci¨®n Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), es decir, que CiU tenga la capacidad de bloquear el consejo y que ¨¦ste se acabe convirtiendo en un nuevo pastel que repartir entre los diversos partidos. En cualquier caso, el pastel, aunque dulce y bonito, es de momento tan peque?o que resulta sorprendente que haya peleas por repartirlo y, por tanto, estropearlo.
A falta de los ¨²ltimos flecos, el nuevo consejo estar¨¢ integrado por 11 miembros, de los que tres (el presidente y los dos vicepresidentes) tendr¨¢n dedicaci¨®n exclusiva. Entre sus competencias figuran varias de car¨¢cter asesor (elaborar un informe anual sobre el estado de la cultural, favorecer el di¨¢logo entre el sector cultural y las administraciones...), que pueden tener m¨¢s o menos incidencia en funci¨®n del papel que quiera otorgarle el Departamento de Cultura, y una sola de car¨¢cter ejecutivo, que es la de decidir el reparto de las subvenciones a la creaci¨®n art¨ªstica.
De este ¨²ltimo aspecto, en el que el consejo tendr¨¢ total responsabilidad, se ha encargado hasta ahora la Entidad Aut¨®noma de Difusi¨®n Cultural, que este a?o ha contado con un presupuesto para ayudas a la creaci¨®n de unos 15 millones de euros. Teniendo en cuenta que el presupuesto total de Cultura supera los 300 millones, resulta evidente que por mucho que se incremente el presupuesto de subvenciones y se dote al consejo para su funcionamiento ordinario con otros fondos, su papel en la pol¨ªtica cultural catalana se basar¨¢ casi exclusivamente en el prestigio y la autoridad que consigan sus miembros. Y pese a que a¨²n no ha empezado la discusi¨®n sobre los nombres, la sombra de lo pasado con la CCMA hace surgir dudas respecto a que el proceso consiga el consenso general.
Aunque la Plataforma de la Cultura para un Consejo de las Artes, que agrupa a una veintena de asociaciones del sector, consisdera positiva la ley, ya que supone un primer paso en la despolitizaci¨®n de la gesti¨®n cultural y abre el camino a que el organismo vaya ganando competencias, lo cierto es que la lentitud en su tramitaci¨®n ha acabado por desanimar a muchos creadores. A la espera de la ley, y para no hipotecar el presupuesto del futuro consejo, el Departamento de Cultura interrumpi¨® el pasado a?o la firma de los convenios plurianuales (40 trienales y 23 bienales) firmados por la Entidad Aut¨®noma con entidades, centros de creaci¨®n y compa?¨ªas con actividad permanente. A efectos pr¨¢cticos, esto se ha traducido en la inestabilidad y en algunos casos la par¨¢lisis de la actividad para los beneficiarios de estos convenios. Si en los ¨²ltimos dos o tres a?os, seg¨²n los casos, hab¨ªan podido trabajar con la tranquilidad de saber cu¨¢l era su presupuesto, en 2008 se han visto obligados a retomar la burocr¨¢tica v¨ªa de las subvenciones anuales, que en lo que respecta a este a?o se conocer¨¢n el lunes.
Por otra parte, en este periodo de transici¨®n hacia el Consejo de las Artes, la Entidad Aut¨®noma ha traspasado algunas de sus competencias a otras unidades del Departamento de Cultura. Seg¨²n explica Berta Sureda, gerente de la entidad, el traspaso obedece a razones de coherencia y no tiene por objeto vaciar de contenido el nuevo organismo. "El consejero ha defendido siempre que quer¨ªa un Consejo de las Artes potente", subraya. En concreto, se ha desprendido de los centros de creaci¨®n vinculados a los municipios (como Ca l'Estruch, de Sabadell, y La Vela, de Vilanova i la Geltr¨²) y 84 festivales de m¨²sica, entre ellos el de ?pera de Bolsillo y la Schubertiada de Vilabertran. Sureda explica que hasta la fecha los festivales depend¨ªan de tres unidades de la Generalitat en funci¨®n de su naturaleza jur¨ªdica. Y se decidi¨® agruparlos en el Instituto Catal¨¢n de las Industrias Culturales con el objetivo de que la pol¨ªtica sea com¨²n y coordinada.
En realidad no todo lo que gestiona la Entidad Aut¨®noma -como KRTU y el festival SCAN- pasar¨¢ al consejo. A¨²n no est¨¢ claro c¨®mo se reordenar¨¢ el Departamento de Cultura una vez que se ponga en marcha el consejo ni c¨®mo se coordinar¨¢ con otras comisiones asesoras. El reglamento a¨²n tiene que redactarse y, de forma paralela, deber¨¢ realizarse la lista de las "11 personas buenas" que lo lleven adelante. Ser¨¢ entonces cuando se ver¨¢ si, como quer¨ªa Josep Maria Bricall, autor del informe a partir del que se elabor¨® la ley, la cultura catalana ganar¨¢ en ambici¨®n. De momento, el caf¨¦ est¨¢ servido, pero es descafeinado.
Cuatro a?os de debate
- 2003. El Consejo de las Artes es el principal compromiso cultural del Pacto del Tinell.
- 2004. Josep Maria Bricall trabaja para elaborar un informe que sirva de base a la nueva ley.
- 2005. Bricall presenta su propuesta: un consejo consultivo de 17 miembros, pero con responsabilidad en la concesi¨®n de ayudas a la creaci¨®n.
- 2006. El Gobierno catal¨¢n aprueba el proyecto de ley, que prev¨¦ un consejo de 14 miembros. No se tramita debido a las elecciones. Vuelve a aprobarse en diciembre con el mismo texto.
- 2007. Durante la tramitaci¨®n parlamentaria, el consejo pasa a tener 11 miembros, tres con dedicaci¨®n exclusiva.
- 2008. Votaci¨®n de la ley en el Parlament.
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