Juande Ramos y la invasi¨®n espa?ola
Ser humano es tener prejuicios. Entre los m¨¢s anclados est¨¢n los que corresponden a ciudadanos de otros pa¨ªses, cuyas formas de ser tendemos a clasificar como si fueran especies animales. Los ingleses han tenido muy claro durante mucho tiempo c¨®mo son los espa?oles: gente de sangre caliente (un topicazo eterno de los medios ingleses ha sido hablar del ?hot blood? de los latinos) que cuando no est¨¢n bailando flamenco se est¨¢n echando la siesta.
Pero hoy esta c¨®moda fantas¨ªa (los prejuicios nos cobijan como si fueran viejos amigos) ha sufrido un duro choque con la realidad. No. No es que los ingleses, salvo dos o tres, se hayan enterado de que puede haber diferencias entre los catalanes, los vascos y los andaluces. Pasar¨¢n muchos a?os hasta que alcancen semejante grado de sofisticaci¨®n. Pero lo que s¨ª se han visto obligados a cuestionar es esta idea fija de los ?Spanish? como gente alegre, temperamental y vaga. El catalizador de la revoluci¨®n ha sido el f¨²tbol, la actividad que concentra la atenci¨®n de la especie m¨¢s que cualquier otra; concretamente, la invasi¨®n espa?ola a la Premier League inglesa.
Juande, el ¨²ltimo en llegar, ha roto los esquemas de los brit¨¢nicos
La mand¨ªbula de Ramos parece la de una esfinge, pero de aspecto severo
"Se viven m¨¢s emociones aqu¨ª. Ir al estadio es un d¨ªa de fiesta completo
"Juande ha conseguido el equilibrio perfecto entre ser tu amigo y tu jefe"
"El f¨²tbol ingl¨¦s es menos especulativo y m¨¢s generoso que el espa?ol"
Ven la flema de Xabi Alonso y el cool de Fernando Torres, ambos del Liverpool; ven lo cauteloso que es su entrenador, Rafa Ben¨ªtez; ven el orden que impone el joven mariscal Cesc F¨¤bregas en el centro del campo del Arsenal y la frialdad bajo fuego de su compa?ero, el portero Manuel Almunia; ven la entrega y la disciplina de Mikel Arteta, del Everton? y se confunden. Porque resulta que ni casta?etas ni siestas: lo que define a los espa?oles de la Premier es su seriedad, su profesionalidad y su esfuerzo.
PERO EL QUE M?S CONFUSI?N ha creado entre los ingleses, el que les ha roto los esquemas para siempre, ha sido el ¨²ltimo en llegar: Juande Ramos, entrenador del Tottenham Hotspur, club londinense en el que aterriz¨®, tras su abrupta salida del Sevilla, a principios de noviembre del a?o pasado. No ha sido cuesti¨®n tanto de los resultados en el campo, aunque el haber ganado una copa
?la Carling Cup, venciendo a los dos grandes rivales de la capital inglesa, el Arsenal y el Chelsea, en el camino? apenas cuatro meses despu¨¦s de asumir el cargo debe de ser un r¨¦cord mundial en la historia de los entrenadores de primer nivel. Tiene que ver, m¨¢s bien, con la personalidad de Ramos; que se reduce, ya que todav¨ªa no domina el ingl¨¦s lo suficiente como para una rueda de prensa, a la que ven los fans por televisi¨®n cuando se disputa un partido.
Sir Alex Ferguson, el veterano entrenador del Manchester United, vive los 90 minutos con la transparencia emocional, con el j¨²bilo y la indignaci¨®n desmelenada de un ni?o de ocho a?os. Rafa Ben¨ªtez, tan sopesado cuando habla con los medios en su excelente ingl¨¦s, parece estar casi permanentemente al borde de un infarto. Ars¨¨ne Wenger, del Arsenal, emite nervios y mal humor. Pero Ramos, nacido en Ciudad Real, es un hombre de car¨¢cter seco; un general espartano, inmune a la euforia o a la cat¨¢strofe. La mand¨ªbula de Ferguson est¨¢ en constante movimiento porque no deja de mascar chicle; la de Ramos tiene la rigidez de una estatua, como si le hubieran pegado las muelas con cemento. Es una esfinge, pero de aspecto severo. Suele estar vestido de negro y, si no lo est¨¢, as¨ª parece, como si estuviera permanentemente de luto. Lo que delata la intensa actividad mental detr¨¢s de la estatua es una mirada de l¨¢ser, como capaz de penetrar paredes.
PERO CUANDO YO LE VEO en su despacho en la ciudad deportiva del Tottenham, unos minutos despu¨¦s del entrenamiento matutino, algo ha cambiado. Los ojos me reciben con amabilidad. El resto de la cara es puro granito, pero la mirada es c¨¢lida. Ser¨¢ en parte el alivio de poder tratar con un periodista sin necesidad de un int¨¦rprete; pero quiz¨¢ sea m¨¢s porque est¨¢ atravesando una de las fases m¨¢s relajadas que ha vivido, o que seguramente vivir¨¢, en su vida profesional. El t¨¦rmino es relativo. Relajado para Ramos significa estar en un estado de concentraci¨®n que a una persona normal le reventar¨ªa los sesos. Porque tiene que haber pocos trabajos en el mundo que generen m¨¢s estr¨¦s que el de un entrenador de f¨²tbol, no importa que su equipo juegue en la Premier League o en la primera divisi¨®n espa?ola, o ?de donde parti¨® Ramos? en Segunda y Tercera B. Como dec¨ªa hace poco otro entrenador de la Premier League, Steve Coppell, del Reading: ?Si quieres dormir, b¨²scate otro trabajo?. Es un problema de expectativas siempre exageradamente altas, nacidas de la inagotable ilusi¨®n que mueve a todos los aficionados. Pero hoy la carga se le ha vuelto fugazmente ligera a Ramos. Como un chico de colegio superdotado que termina un examen mucho antes que sus compa?eros, Ramos ha cumplido todo lo que se esperaba de ¨¦l, y m¨¢s, tres meses antes de terminar la temporada.
El primer reto era sacar al Tottenham de la zona de descenso, donde estaba vertiginosamente colocado este club hist¨®rico del f¨²tbol ingl¨¦s cuando lleg¨® Ramos. Eso se ha logrado. El equipo est¨¢ a flote, navegando en las pl¨¢cidas aguas del medio de la tabla, sin posibilidades de nada; ni malo ni bueno. El segundo reto, el que Ramos mismo tuvo la temeridad de imponerse p¨²blicamente nada m¨¢s tocar tierra inglesa, fue clasificarse para la copa de la UEFA la temporada que viene. Pues eso lo cumpli¨®, de manera extraordinariamente prematura, al conquistar la Carling Cup.
LO QUE SIGNIFICA QUE lo que queda de liga se ha convertido en una larga preparaci¨®n para la temporada que empezar¨¢ despu¨¦s de las vacaciones de verano, a finales de agosto. En vez de empezar la pretemporada en julio, ha tenido el lujo de poder empezarla despu¨¦s de ganar la Carling a finales de febrero. En los partidos que le quedan al Tottenham hasta que acabe la liga en mayo
?contra el Reading y el Liverpool? habr¨¢ en juego la dosis habitual de orgullo, pero intr¨ªnsecamente cada partido tendr¨¢ el mismo valor que un encuentro veraniego contra los Grasshoppers de Z¨²rich. Es decir, lo que corresponde ahora es afinar, ensayar, identificar problemas, ver qu¨¦ jugadores seguir¨¢n sirviendo, cu¨¢les ser¨¢n descartables. As¨ª lo entiende la afici¨®n del Tottenham, que corea el nombre de Ramos continuamente durante los partidos y s¨®lo piensa, como ¨¦l, en la campa?a que viene.
?La verdad es que la afici¨®n ha estado maravillosa desde el primer momento?, me dice Ramos, que se qued¨® asombrado cuando, reci¨¦n llegado, se llen¨® el estadio de White Hart Lane para uno de los primeros partidos de la Carling Cup contra el Blackpool, un equipo de segunda divisi¨®n. ?Y si a eso se le a?ade que les hemos dado unas buenas victorias? Conquistar esa copa en Wembley tras ganar en el camino a nuestros dos grandes rivales londinenses, el Arsenal y el Chelsea, bueno: ?c¨®mo se han volcado con nosotros!?.
Ese ?nosotros? se refiere a su asistente y preparador f¨ªsico en el Sevilla, y anteriores clubes, Marcos ?lvarez, que vino con Ramos al Tottenham, comparte despacho con ¨¦l y est¨¢ presente, trabajando ante una computadora, durante la entrevista. Los dos est¨¢n encantados de estar en Inglaterra, donde sienten que la pasi¨®n por el f¨²tbol es m¨¢s intensa que en Espa?a. ?Se viven m¨¢s emociones aqu¨ª?, dice Ramos. ?La gente llega dos horas antes, come en el estadio, bebe ?cla?ro? y es un d¨ªa de fiesta completo. Cantan de principio a fin de los partidos y nunca pitan a su equipo. No hay reproches. La lealtad es total. Si pierdes pero ven que has jugado bien, con ganas (y aqu¨ª los equipos ofrecen una entrega absoluta), no te increpan. Te aplauden e incluso aplauden al rival si lo ha hecho bien. Entienden que perder es tambi¨¦n parte del deporte?.
?Es diferente aqu¨ª,? a?ade ?lvarez, canario criado en Sevilla y que, con sus 37 a?os, podr¨ªa ser hijo de Ramos. ?El aficionado espa?ol se puede ir indignado de un partido. Aqu¨ª puede que se vaya triste, pero indignado no. Lo ves incluso con los aficionados del Derby County, que ha estado claro hace meses que bajar¨ªa a Segunda. Su estadio siempre est¨¢ lleno y la afici¨®n no deja nunca de apoyar al equipo. Veo y vivo una afici¨®n aqu¨ª mucho m¨¢s solidaria, en las buenas y en las malas. Esto hace que el jugador se sienta mucho m¨¢s apoyado?.
Mucho se ha hablado en c¨ªrculos futboleros de la astucia t¨¢ctica de Ramos, de su habilidad para leer un partido, de lo puntuales que son sus sustituciones (tres veces en seis semanas, dos suplentes del Tottenham han marcado cuando han salido al campo). Pero el secreto del ¨¦xito de Ramos ha sido el apoyo que ¨¦l da a los jugadores. Desde la dieta (Ramos y ?lvarez se quedaron at¨®nitos ante lo gordos que estaban los del Tottenham cuando llegaron, la variedad de salsas que agregaban a sus comidas) hasta el factor psicol¨®gico. La disciplina, la confianza y el hambre ganadora constituyen la aportaci¨®n m¨¢s elemental de un entrenador a su equipo.
?ES MUY BUENO A LA HORA de comunicarse con los jugadores?, me dijo Jonathan Woodgate, uno de los fichajes de Ramos en el mercado de invierno. ?Ha conseguido el equilibrio perfecto entre ser tu amigo y ser tu jefe?. Woodgate, que vivi¨® un calvario de lesiones durante sus dos a?os en el Real Madrid, brome¨® que no pod¨ªa recordar cu¨¢ntos entrenadores hab¨ªa tenido en su promiscua (ha jugado en media docena de equipos) carrera profesional ???ni siquiera me acuerdo cu¨¢ntos tuve en el Madrid! Por lo menos cinco, eso s¨ª??. Pero una cosa que Woodgate tiene clara es que Ramos es, como ¨¦l dice, ?the real thing? ?un aut¨¦ntico gran entrenador que sabe motivar a sus jugadores?. ?Ha logrado que nos caiga bien, pero que le respetemos al mismo tiempo. Cuando hablas con ¨¦l, te escucha y responde con sensibilidad?.
Esa combinaci¨®n de respeto y afecto que inspira Ramos se ve en ese rostro tan particular que tiene, en aquel contraste entre la luz c¨¢lida de sus ojos y la mand¨ªbula de granito. Marcos ?lvarez, que conoce a Ramos (con la posible excepci¨®n de su esposa) mejor que nadie, est¨¢ de acuerdo en que la cara retrata al entrenador. ?Una de las principales virtudes de Juande?, dice, ?es darle confianza al jugador, darle incluso amistad, pero estando siempre al margen del grupo?. Y siempre, como se?ala Woodgate, obedeciendo el principio de fair play. ?Ante todo, sabes que puedes confiar en ¨¦l. Que lo que dice es lo que piensa, sin rodeos. Es un hombre justo?.
Woodgate, un hombre muy simp¨¢tico, comenta que Ramos est¨¢ mejorando su ingl¨¦s cada d¨ªa, pero que de vez en cuando necesita su ayuda para comunicarse con el equipo. ??l me habla en espa?ol y me pide que traduzca sus instrucciones a los jugadores. A m¨ª esto me encanta. No jugu¨¦ mucho en el Madrid, pero una cosa que me llev¨¦ de ah¨ª, adem¨¢s de que me trataron fenomenalmente bien, fue dominar un poco el espa?ol?.
RAMOS NO DEJA DE HABLAR de lo bien que lo han tratado en su nuevo club, la infinidad de facilidades que le han dado para que pueda concentrarse al cien por cien en su trabajo. Pero adaptarse al estilo de vida ingl¨¦s le ha costado. Y tambi¨¦n a su mujer, que es ?buena combinaci¨®n, evidentemente? psic¨®loga. ?Es la primera vez que vivimos fuera de Espa?a y quiz¨¢ lo primero que nos choc¨®, al llegar en noviembre, fue la oscuridad. A las 4.30 ya se iba el sol y ?otra enorme diferencia con Sevilla? entonces todos a sus casas. Las calles vac¨ªas?. Claro, Ramos no vive en el centro de Londres. Su casa est¨¢ en las afueras de Londres, en un pl¨¢cido barrio ?mitad campo? residencial. Pero lo que es verdad es que el invierno en Inglaterra se vive como un largo t¨²nel oscuro que hay que atravesar antes de la llegada de la primavera. De ahora en adelante, lo que le sorprender¨¢, quiz¨¢, ser¨¢ lo largos que son los d¨ªas. Donde no hay sorpresas es en la comida. Sus jugadores se han visto sometidos a la misma dieta mediterr¨¢nea, con abundancia de aceite de oliva, que ¨¦l procura seguir consumiendo en su hogar ingl¨¦s. Y de lo que no se ha privado el manchego es de la afici¨®n que une a todos los espa?oles, sean vascos, catalanes, andaluces o gallegos. ?Nos hemos encargado?, dice, con un atisbo de sonrisa, ?de que nos llegue con regularidad a casa un buen jam¨®n?.
Echa de menos a su familia y a sus amigos, y reconoce que la adaptaci¨®n social no ha sido f¨¢cil, pero lo que lo compensa todo para Ramos es la historia de amor que est¨¢ viviendo con el f¨²tbol ingl¨¦s, que ¨¦l define como ?menos especulativo, menos t¨¢ctico, m¨¢s generoso y espont¨¢neo? que el espa?ol. La historia empez¨®, me cuenta, en el a?o 1966, la primera y ¨²ltima vez que Inglaterra gan¨® un Mundial. ??se fue uno de mis primeros recuerdos como chaval, y uno que me qued¨® especialmente grabado?, dice Ramos, que en esa ¨¦poca ten¨ªa 11 a?os. ?En esos a?os, el Manchester United ten¨ªa tambi¨¦n un equipo fant¨¢stico con tres sensacionales jugadores en George Best, Denis Law y Bobby Charlton. Charlton fue el primer ¨ªdolo que tuve. Era un impecable caballero en el campo y fuera de ¨¦l, y fue la gran referencia tanto de la selecci¨®n inglesa como del Manchester. ?l fue, m¨¢s que nadie, el que me meti¨® en la sangre el f¨²tbol ingl¨¦s?.
Consegu¨ª dar con Charlton, que hoy tiene 70 a?os, en una librer¨ªa del centro de Londres a la que hab¨ªa acudido a un evento relacionado con su reciente autobiograf¨ªa. Resulta que la admiraci¨®n es mutua. ?Me encanta o¨ªr que Ramos es un amante del f¨²tbol ingl¨¦s?, me dijo el ahora sir Bobby. ?Debe de ser una de las razones por las que le est¨¢ yendo tan bien. Los Spurs han mejorado enormemente desde su llegada. Admir¨¦ mucho el trabajo que hizo en el Sevilla, y por eso no me sorprende, por otro lado, que los Spurs jueguen tan bien bajo su mando. Fue terrible ver c¨®mo un gran club como ¨¦ste estaba sufriendo al fondo de la tabla, pero ahora es otra cosa. Ha ense?ado a sus jugadores no s¨®lo a que jueguen con m¨¢s potencia y efectividad, y que corran m¨¢s, sino tambi¨¦n a que se vean a s¨ª mismos como ganadores?.
Woodgate, que ha vivido una especie de resurrecci¨®n personal con Ramos (marc¨® en la final de la Carling contra el Chelsea), concurre con Charlton en que esa habilidad que ha tenido el espa?ol para transmitir a los jugadores un esp¨ªritu ganador ha sido su gran aportaci¨®n. ?Y por eso, aunque siempre echar¨¦ de menos al Madrid, espero poder acabar mi carrera en el Tottenham. Con Ramos realmente creo que podemos romper el dominio de los ?cuatro grandes? de la Premier?.
Acabar lo que algunos en Inglaterra llaman el ?cuadropolio? del Manchester United, el Arsenal, el Chelsea y el Liverpool es, precisamente, el objetivo estrat¨¦gico de Ramos. ?Competir de igual a igual con esos cuatro: s¨ª, ¨¦se es mi sue?o. Pero es m¨¢s que un sue?o. Conf¨ªo en que es un objetivo que vamos a conquistar?.
LA AFICI?N TAMBI?N CONF?A. Daniel Wynne, el presidente de la Tottenham Hotspur Supporters? Trust, una especie de gran pe?a nacional afiliada al club, tiene 37 a?os y est¨¢ abonado en White Hart Lane desde los cinco. Dice no haber sentido nunca un ambiente tan optimista en el club. ?Aparte de la llegada de Woodgate, Ramos tiene los mismos jugadores que cuando lleg¨® y ha hecho maravillas con ellos. Se los ve m¨¢s r¨¢pidos, m¨¢s hambrientos, m¨¢s seguros. Jam¨¢s nos imaginamos que cambiar¨ªa las cosas de manera tan dram¨¢tica en tan poco tiempo?. Wynne tiene un programa de radio con el club y entrevista a muchos aficionados. ?Tienen una fe ciega en Ramos. No s¨®lo porque realmente creen que estamos a punto de irrumpir en el dominio de los cuatro grandes, sino tambi¨¦n porque Ramos juega un f¨²tbol bonito, de ataque. Lo cual demuestra que ha entendido la cultura y el esp¨ªritu de nuestro club, que consiste en ganar, pero con espect¨¢culo?. Wynne recuerda que en las paredes de White Hart Lane hay citas de grandes veteranos del pasado, como el jugador-fil¨®sofo Danny Blanchflower del mejor Tottenham de todos los tiempos, el de principios de los a?os sesenta. La cita m¨¢s famosa de Blanchflower, conocida de memoria por todos los aficionados serios del club, es: ?La gran falacia es creer que en este deporte ganar es todo. Nada que ver. Lo importante es la gloria. Lo importante es hacer las cosas con estilo, con extravagancia?.
LO QUE HACE EL NADA extravagante Ramos es adentrarse en s¨ª mismo, pensar de manera obsesiva, hasta el autismo casi, para dar con la f¨®rmula que le permita ganar y lograr aquel ideal plat¨®nico de Blanchflower. Se pierde tanto en s¨ª mismo que, como contaba su otro ayudante, el uruguayo y ex jugador zaragocista Gus Poyet, entra en una especie de trance. ?De repente la afici¨®n empieza a cantar: ?Juande, Juande give us a wave? (?Juande, Juande, danos un saludo?), y ¨¦l no se entera. Siguen cantando y cantando, y no reacciona. Hasta que al final le doy una sacudida y le digo: ?Oye, saluda a esa gente que te est¨¢n llamando?. Y ¨¦l como que despierta y dice ??Joder!? y sale apurado a saludar a la afici¨®n?.
Ese cariz austero de la meseta espa?ola que Ramos define esconde lo que el mejor escritor deportivo de Inglaterra llama ?la modernidad? del manchego. ?El Tottenham hab¨ªa sido un equipo de poca monta: algo de circo, pero ineficaz?, me coment¨® Paul Hayward, del Daily Mail. ?No estaban al corriente del f¨²tbol r¨¢pido, potente, din¨¢mico con el bal¨®n ?pero sin ¨¦l tambi¨¦n? en el que consiste el f¨²tbol moderno. Ramos detect¨® el problema y ha logrado una extraordinaria transformaci¨®n. Verlos en la final de la Carling Cup contra el Chelsea fue ver a un equipo con intensidad total, con energ¨ªa inagotable. Hoy s¨ª tienen un equipo moderno, ?y con la misma materia prima que cuando Ramos lleg¨®!?.
Hayward est¨¢ convencido de que si a Ramos le apoya el club, especialmente con el dinero necesario para fichar bien en el verano, romper¨¢n el famoso cuadropolio. James Lawton, veterano periodista del Independent, opina lo mismo. ?Era un equipo lleno de grandes egos ?grandes pero fr¨¢giles??, dijo Lawton. ?Los futbolistas son la gente m¨¢s insegura del mundo. Ramos es un l¨ªder con autoridad, y es esta cualidad, unida a una clara visi¨®n de c¨®mo debe jugar el equipo, la que ha sido la causa de esta asombrosa transformaci¨®n que hemos visto?.
Lawton, que ha escrito sobre f¨²tbol durante m¨¢s de 40 a?os en m¨¢s de 40 pa¨ªses, dijo alegrarse de que Ramos haya contribuido a alterar la percepci¨®n que siempre han tenido los ingleses de los espa?oles. ?Espa?a tiene una gran y muy seria cultura futbol¨ªstica, y Ramos es la mejor expresi¨®n de ella. Hace su trabajo con una gran seriedad. Se ha ganado un gran respeto de manera autom¨¢tica, como hombre y como entrenador?.
DEL MISMO MODO que la casi totalidad de los jugadores espa?oles que se han mudado a la Premier en los ¨²ltimos tres a?os se lo han ganado. ?Tard¨® en llegar la invasi¨®n espa?ola a nuestro f¨²tbol, pero siempre hab¨ªa pensado que tendr¨ªa m¨¢s impacto aqu¨ª que la italiana?, dijo Hayward. ?El f¨²tbol ingl¨¦s siempre hab¨ªa tenido mucho dinamismo, pero poca t¨¦cnica. El f¨²tbol espa?ol siempre ha tenido ambas cosas. Lo que hemos visto, por tanto, es que una vez que los jugadores espa?oles se han adaptado a la cultura aqu¨ª, encajan en nuestro juego de maravilla. Fernando Torres es el ejemplo perfecto. Los defensas ingleses cre¨ªan que con un par de buenas patadas lo mandar¨ªan corriendo de vuelta a Espa?a. La realidad es que no ha dejado de marcar goles y ha demostrado un feeling por nuestro estilo de f¨²tbol extraordinario?.
?La verdad?, explica Ramos, con caracter¨ªstica econom¨ªa, ?es que los jugadores buenos se adaptan a cualquier f¨²tbol; todo lo bueno en el f¨²tbol cunde?. Todo lo bueno, tambi¨¦n, se est¨¢ empezando a dirigir hacia la Premier League, lo que Ramos cree que deber¨ªa considerarse motivo de alarma para los grandes clubes espa?oles. ?Hay una clara tendencia a que la liga inglesa se convierta no s¨®lo en la m¨¢s rica en t¨¦rminos econ¨®micos, que ya lo es con diferencia, pero tambi¨¦n que se consolide como la m¨¢s fuerte. Ya hemos visto que cuatro equipos ingleses se clasificaron para los cuartos de final de la Liga de Campeones. Y que esos cuatro pueden competir con cualquiera para comprar a los mejores jugadores del mundo. En Espa?a s¨®lo hay dos que lo pueden hacer. Pero incluso aqu¨ª puede haber un problema, ya que se ve que los grandes jugadores quieren jugar en esta liga. Se puede crear un escal¨®n importante de diferencia entre la liga inglesa y las dem¨¢s ligas europeas?.
MARCOS ?LVAREZ piensa algo muy parecido. Convencido de que la liga inglesa es, hoy por hoy, donde un profesional del f¨²tbol descubrir¨¢ su m¨¢ximo desaf¨ªo, dice que sabe de varios jugadores de primer nivel en Espa?a que est¨¢n contemplando la idea de jugar en Inglaterra. ?Se oye m¨¢s y m¨¢s: los mejores jugadores espa?oles dicen que quieren vivir por lo menos una etapa de su carrera profesional en Inglaterra. Lo que les atrae es lo que nos atrae a m¨ª y a Juande: el calor de la afici¨®n; la manera tan intensa y generosa en que se vive el f¨²tbol aqu¨ª?.
Calor y generosidad no son palabras que t¨ªpicamente se oigan decir a un espa?ol sobre los ingleses. Pero se repitieron en las conversaciones con Ramos y ?lvarez. Si alguna vez el manchego y el canario sevillano compartieron los t¨ªpicos y ancestrales prejuicios espa?oles sobre los ingleses ?que son tiesos, reservados, fr¨ªos?, ya no lo hacen. Da la impresi¨®n de que si los dos pudieran, se quedar¨ªan a vivir una larga etapa de sus vidas en Inglaterra. ?Tengo cuatro a?os de contrato?, dice Ramos. ?En el f¨²tbol nunca se sabe, pero quisiera cumplirlos, y quiz¨¢ muchos m¨¢s. Estamos muy contentos en este pa¨ªs?.
Y el pa¨ªs con ellos. La lecci¨®n de la feliz y triunfante invasi¨®n espa?ola en tierras inglesas est¨¢ clara: no hay necesidad siquiera de hablar; con el f¨²tbol se entiende la gente.
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