Objetivo, compartir gastos

Agotado ya el champ¨¢n y apagadas las luces de su d¨¦cimo aniversario, el Museo Guggenheim ha retornado, no sin sobresaltos contables, a su estrat¨¦gica posici¨®n, la cabeza de ese tren al futuro llamado Bilbao. En su primera d¨¦cada de existencia, la pinacoteca gener¨® un impacto en el PIB vasco de m¨¢s de 1.500 millones de euros, estimul¨® m¨¢s de 4.300 empleos y recibi¨® m¨¢s de un mill¨®n de visitantes cada a?o. Por encima de los n¨²meros y de las cifras, si el Guggenheim es hoy la locomotora de un cierto milagro bilba¨ªno lo es porque ha devuelto a la villa y a sus habitantes su idiosincr¨¢sico orgullo, herido durante los grises ochenta y los confusos primeros noventa, tiempos en los que Bilbao ol¨ªa a pis, a porro y a R¨ªa sucia, como escribi¨® el periodista viajero Denny Lee en The New York Times. La obra de Frank O. Gehry (tambi¨¦n su, a veces olvidado, predecesor, el Metro de Foster) agit¨® la varita m¨¢gica que convirti¨® aquel industrial patito feo en un bello y coqueto cisne. Esta transformaci¨®n, por insospechada e inveros¨ªmil, maravill¨® a millones de personas en los cinco continentes. Animados por su ¨¦xito, a la pinacoteca y al suburbano se sumaron el Palacio Euskalduna, el aeropuerto de Loiu, el puente Zubizuri, las torres Isozaki, el paseo de Abandoibarra o el Sheraton, y con ellos despertaron Bilbao y Vizcaya, y lo que a¨²n est¨¢ por venir: la Torre Iberdrola, la nueva isla de Zorrozaurre, el nuevo estadio de San Mam¨¦s, el campus de la UPV, la Supersur,...

Todo esto, y mucho m¨¢s, mostrar¨¢ la villa a 70 millones de personas bajo el nombre Bilbao Guggenheim++. El efecto contin¨²a.

La rehabilitaci¨®n de la Ciutat Vella de Barcelona (el Barrio G¨®tico, La Ribera/El Bron, el Raval y la Barceloneta) se gest¨® a primeros de los ochenta, pero recibi¨® su empuj¨®n definitivo en 1999, cuando responsables municipales se marcaron ambiciosos objetivos hoy realidad: nuevos espacios p¨²blicos (calles, plazas y parques), equipamientos de barrio (centros c¨ªvicos, guarder¨ªas, escuelas, polideportivos), nuevas y dignas viviendas, rehabilitaci¨®n integral o parcial de edificios, su promoci¨®n como centro comercial y de inter¨¦s l¨²dico, cultural y tur¨ªstico, y el fomento de la actividad econ¨®mica y comercial.

Patrimonio de la Humanidad desde 1985, la Ciudad Vieja de Santiago de Compostela es objeto desde los noventa de pol¨ªticas tendentes a invertir el proceso de abandono y vaciado de viviendas. Hoy, la Plaza del Obradoiro y la Catedral brillan m¨¢s que nunca gracias al esplendor de las calles, edificios y plazas que las rodean. Se han duplicado los parques p¨²blicos, se ha peatonalizado el recinto intramuros, se ha restringido el acceso a veh¨ªculos y ganado espacio para los peatones con la construcci¨®n de estacionamientos p¨²blicos y se ha procedido a la modernizaci¨®n comercial y hostelera del barrio.

En marzo de 2001, el Ayuntamiento de Zaragoza recuper¨® los terrenos del acuartelamiento militar de Valdespartera (243,2 hect¨¢reas) y emprendi¨® la creaci¨®n, a partir de la nada, de un barrio al sur de la ciudad que contar¨ªa con cerca de 9.500 viviendas protegidas. El dise?o del barrio se ajust¨® desde su origen a los criterios de desarrollo sostenible: viviendas a coste accesible, un urbanismo integrador, equipamientos l¨²dicos, deportivos y culturales y una arquitectura bioclim¨¢tica, entendida como renuncia al empleo de materiales y recursos no renovables y la apuesta por energ¨ªas alternativas.

Conocido durante d¨¦cadas por su centro penitenciario, el barrio de Carabanchel cuenta desde 2007 con otro edificio identificativo: la Casa de Bamb¨², un volumen rectangular envuelto por una piel de ese material que contiene 88 viviendas protegidas. Obra del estudio de arquitectos FOA (Foreign Office Architects), destaca entre las tradicionales construcciones de ladrillo visto con miradores que la rodean. Su superficie act¨²a como una c¨¢mara de aire que a¨ªsla las viviendas del fr¨ªo, el calor y el ruido. Todos los pisos tienen fachadas a ambos lados del bloque, lo que aporta una ventilaci¨®n cruzada.