La transici¨®n inamovible
En pa¨ªses como Guinea Ecuatorial la "transici¨®n democr¨¢tica" se ha convertido en un estado pol¨ªtico permanente. Fue a principios de los noventa cuando Obiang Nguema se comprometi¨® a celebrar elecciones libres e instaurar un sistema democr¨¢tico en la antigua colonia espa?ola, un anuncio que hizo coincidir con la ¨²nica visita oficial de Felipe Gonz¨¢lez al pa¨ªs. En aquella ocasi¨®n, Gonz¨¢lez y Obiang acordaron, adem¨¢s, que Adolfo Su¨¢rez actuar¨ªa como asesor y mediador en el proceso. Pero la tarea del ex presidente se agot¨® nada m¨¢s comenzar: tras su primer viaje a Malabo, Obiang le prohibi¨® regresar a Guinea y desencaden¨® contra ¨¦l una dura campa?a de desprestigio.
El compromiso de Obiang con Gonz¨¢lez ten¨ªa como trasfondo una doctrina de la diplomacia francesa de la ¨¦poca, convencida de que la simple celebraci¨®n de elecciones, aunque fraudulentas, acabar¨ªa propiciando tarde o temprano cambios en la estructura pol¨ªtica de las numerosas dictaduras que existen en ?frica. Guinea Ecuatorial es la prueba fehaciente de la inviabilidad de aquella doctrina, en la que no dejaba de latir un cierto aroma de superioridad al distinguir entre elecciones para europeos y para africanos. M¨¢s de tres lustros despu¨¦s de iniciarse la "transici¨®n" prometida por Obiang, el panorama pol¨ªtico de Guinea apenas se ha modificado. Son los mismos dirigentes los que se reparten un poder ahora regado por los ingresos del petr¨®leo y, por lo que respecta a los partidos de oposici¨®n, el r¨¦gimen consiente su existencia siempre y cuando no encarnen el m¨¢s leve desaf¨ªo. Elecci¨®n tras elecci¨®n les concede alg¨²n esca?o y, con eso, Obiang imagina reiterar su compromiso de establecer paso a paso una democracia a la africana.
Durante la anterior legislatura, el Gobierno espa?ol decidi¨® un inesperado cambio de estrategia hacia Guinea. Los ministros de Asuntos Exteriores y de Justicia visitaron juntos la antigua colonia y transmitieron una invitaci¨®n para que Obiang viajara a Espa?a. La raz¨®n oficial de este brusco viraje diplom¨¢tico fue la necesidad de restablecer el di¨¢logo pol¨ªtico; el motivo no confesado fue, seg¨²n los observadores, intentar una aproximaci¨®n al r¨¦gimen que favoreciera los intereses espa?oles en las nuevas concesiones petrol¨ªferas y de gas. Ni las empresas espa?olas se han visto favorecidas hasta ahora ni el di¨¢logo pol¨ªtico ha llevado a ninguna parte, entre otras cosas porque la visita de Obiang a Espa?a, en febrero del pasado a?o, termin¨® en esperpento.
Hasta el momento, el Gobierno espa?ol no se ha pronunciado sobre las elecciones del pasado domingo. Faltan los resultados oficiales, aunque los oficiosos, puestos en circulaci¨®n por el propio r¨¦gimen, ofrecen cifras cercanas al cien por cien de los esca?os para el partido presidido por Obiang. Es decir, la "transici¨®n democr¨¢tica", convertida en el estado pol¨ªtico permanente de Guinea Ecuatorial, sigue su curso.
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