Peligro, maletines radiactivos
Lauenf?rde es un municipio de la Baja Sajonia alemana que tiene la pinta de un pueblo cualquiera en esta regi¨®n cercana al r¨ªo Weser. Aqu¨ª no viven m¨¢s de 2.600 personas y la vida transcurre con calma. El jard¨ªn descuidado de Hermman F. tampoco es que llame la atenci¨®n: un par de bicicletas, tiestos con plantas encima de un c¨¦sped siempre verde que no hace falta regar, y unas escaleras al lado de unos cuantos cubos de basura. Durante 17 a?os, Hermann F. ha guardado aqu¨ª, dentro de un recipiente de acero, 14 pastillas de ¨®xido de uranio enriquecido. En 1991, su abogado llam¨® a la polic¨ªa para informar del hecho, pero los agentes no lograron encontrarlas y creyeron que era un embustero. A finales de 2006, Hermann F. escribi¨® una carta al Gobierno federal, y finalmente el asunto fue transferido a las autoridades locales. Los agentes encontraron 110 gramos de uranio el 22 de febrero de 2007. Hermann F., que por entonces ten¨ªa 45 a?os, era alguien de car¨¢cter inestable y hab¨ªa pasado por varios tratamientos psicol¨®gicos. Explic¨®, de forma algo confusa, que un amigo suyo envuelto en temas de drogas era quien le hab¨ªa proporcionado el uranio en 1991. Los agentes contactaron con el Instituto de Elementos Transur¨¢nidos en Karlsruhe. "Nos pidieron asesoramiento cient¨ª?fico, como cuando recurres a un laboratorio forense para un caso criminal", explica a El Pa¨ªs Semanal Klaus Mayer, director del Grupo de Ciencia Forense Nuclear y Tr¨¢fico Il¨ªcito de esa instituci¨®n.
El an¨¢lisis de las pastillas fue un ejemplo de lo que puede lograr la ciencia al servicio del detective. Al ser el producto de un proceso industrial, siempre hay una pista que seguir: el di¨¢metro concreto, la geometr¨ªa caracter¨ªstica? El trabajo de Mayer es casi calcado al de los sabuesos cient¨ªficos de la serie de televisi¨®n CSI. "Medimos las impurezas qu¨ªmicas, el grado de enriquecimiento del uranio y su composici¨®n isot¨®pica". Su equipo acudi¨® a una base de datos comparativa. Descartaron fabricantes e incluso el tipo de reactores nucleares donde pod¨ªan encajar las pastillas. "Excluimos todos los rusos, y nos quedamos con uno occidental, de agua presurizada. Hay algunos reactores as¨ª en Alemania". El uranio lo hab¨ªa suministrado la central germana de procesamiento de Hanau -una f¨¢brica y no un reactor-, que ya est¨¢ cerrada. Durante un cuarto de siglo, Hanau, del grupo Siemens, produj¨® 200 millones de pastillas de uranio al a?o. Hasta el equipo de Mayer determin¨® que se fabricaron entre noviembre y diciembre de 1990, al medir la desintegraci¨®n del uranio en torio. "Es un uranio de bajo nivel de enriquecimiento. S¨®lo es peligroso si te lo tragas", manifiesta este experto. Algunos titulares period¨ªsticos sugirieron: "Olv¨ªdese de Ir¨¢n, el Consejo de Seguridad necesita chequear un jard¨ªn alem¨¢n". Parece el material de un best seller de espionaje. ?C¨®mo es posible que un material radiactivo acabe en el jard¨ªn de una persona no muy equilibrada y relacionada con el mundo de las drogas, quien adem¨¢s tuvo que contactar dos veces con la polic¨ªa para llamar su atenci¨®n? Las pastillas s¨®lo pueden ser usadas en un reactor concreto y no tienen apenas valor comercial, seg¨²n Mayer. Emiten una radiaci¨®n menor que la que recibe un turista que tome un avi¨®n de Madrid a Nueva York. Pero el asunto no deja de ser inquietante.
La Agencia Internacional para la Energ¨ªa At¨®mica (AIEA) analiza casos as¨ª. Aqu¨ª se recopilan las mejores estad¨ªsticas sobre un mercado negro a base de trapicheos nucleares en el mundo. Desde 1993 se han registrado 1.340 incidentes relacionados con el manejo ilegal de is¨®topos radiactivos y materiales de instalaciones nucleares. A veces se trata del trasiego de sustancias procedentes de viejos equipos m¨¦dicos, como el cesio 137 y el cobalto 60, evidentemente perjudiciales para la salud humana. Pero no es lo peor. Este tr¨¢fico tambi¨¦n involucra materiales fisibles, como el uranio o el plutonio enriquecido, necesarios para la fabricaci¨®n de un artefacto nuclear explosivo.
Entre 1993 y 2005, las autoridades informaron sobre 16 casos en los que se arrest¨® a individuos que traficaban con estos materiales y que trataban de venderlos fuera de sus fronteras. Algo est¨¢ sucediendo ah¨ª fuera. "Es una indicaci¨®n de que existe una circulaci¨®n de sustancias radiactivas que no deb¨ªa ocurrir y que no se est¨¢ controlando de forma segura, lo que no quiere decir que hablemos necesariamente de terroristas", explica Anita Nilsson, directora de la Oficina de Seguridad Nuclear de la AIEA. Este tr¨¢fico reciente incluye actividades criminales que son " un motivo de preocupaci¨®n", admite. La motivaci¨®n es el dinero, desde la venta de metales hasta atentados contra el medio ambiente para ahorrarse el coste del tratamiento de estos residuos. Pero Nilsson no descarta tambi¨¦n que existan "indicios de que los grupos terroristas est¨¢n interesados en esta clase de sustancias".
La AIEA no caza a estos criminales nucleares: son los cuerpos policiales de los pa¨ªses miembros quienes lo hacen, e informan a la agencia de forma voluntaria. En los dos ¨²ltimos a?os se han afiliado m¨¢s pa¨ªses a esta venerable instituci¨®n vienesa, fundada en 1957, por lo que sus bancos de datos crecen. "El n¨²mero de sistemas de detecci¨®n en los aeropuertos, las fronteras y los puertos ha aumentado", dice Klaus Mayer. "El hecho de que tengamos m¨¢s informes nos da la impresi¨®n de que tenemos m¨¢s trafico". Las cifras cantan: cuanto m¨¢s se escarba en el tema y m¨¢s medios se involucran, mayor es la dimensi¨®n de este mercado negro radiactivo. En los ¨²ltimos 10 a?os, la venta, tr¨¢nsito ilegal y destino de estos materiales ha afectado a m¨¢s de 50 pa¨ªses, y la Uni¨®n Europea tom¨®, a principios de este a?o, la decisi¨®n de inyectar 200 millones de euros a la prevenci¨®n, detecci¨®n y respuesta a este tr¨¢fico nuclear ilegal. Para Nilsson, el lado positivo es que el n¨²mero de casos demuestra que el control en las fronteras y la tecnolog¨ªa empleada han mejorado, y mucho.
?Y el negativo? Claro que las pastillas de uranio del jard¨ªn de Hermann F. no pueden ser usadas para construir un artefacto explosivo nuclear. Al contrario de lo que mucha gente piensa, las centrales nucleares no pueden explotar como si fueran una bomba. El is¨®topo del uranio 235 en la naturaleza se encuentra con una riqueza muy baja, del 0,7%, en el mineral de uranio. Para que una pastilla de combustible genere calor en el n¨²cleo de un reactor, el uranio 235 debe estar concentrado entre un 3% y un 4%. Una vez iniciada la reacci¨®n de fisi¨®n, los n¨²cleos de uranio se parten, escupiendo neutrones que a su vez resquebrajan otros n¨²cleos, en una reacci¨®n en cadena que es controlada por los sistemas de la central. Ahora bien, para que una pastilla pueda explotar, liberando una fabulosa cantidad de energ¨ªa, luz y calor, necesita alcanzar lo que los expertos denominan una concentraci¨®n de "grado armament¨ªstico", uranio 235 enriquecido hasta un 90%, y una masa cr¨ªtica. Los c¨¢lculos indican que es factible fabricar un artefacto explosivo con entre 12 y 15 kilos de uranio 235 enriquecido. Esta cantidad cabr¨ªa en un cart¨®n de leche de un litro, aunque l¨®gicamente la bomba ser¨ªa m¨¢s grande. La de Hiroshima requiri¨® 60 kilos.
El plutonio 239 es el otro elemento a vigilar.
Virtualmente, y al contrario que el uranio, apenas si existe en la naturaleza. Surge como residuo de las centrales nucleares (una mezcla que contiene un 60% junto con otros is¨®topos). Te¨®ricamente no es imposible construir una bomba con cinco o seis kilos de este plutonio de reactor, seg¨²n algunos informes, aunque s¨ª extremadamente dif¨ªcil por su complejidad t¨¦cnica, s¨®lo al alcance de una minor¨ªa de expertos muy cualificados. Eso no ha impedido que estos materiales se sumen al tr¨¢fico il¨ªcito de sustancias radiactivas.
En ocasiones, los traficantes fueron descubiertos con cantidades significativas, del orden de los dos kilos. Una pincelada puede ayudarnos a dibujar el borroso contorno de este preocupante mercado negro nuclear:
- 10 de septiembre de 1992. La polic¨ªa rusa intercepta a un ladr¨®n que trabajaba en las instalaciones Luch, una planta de procesamiento de metales para la industria nuclear, cuando se dispon¨ªa a tomar el tren en la estaci¨®n de Podolsk. Ten¨ªa en su poder 1,5 kilos de uranio enriquecido al 90%.
- 29 de agosto de 1993. Las fuerzas de seguridad rusas arrestan a un grupo de contrabandistas con 1,8 kilos de uranio al 36% antes de salir del pa¨ªs. Obtuvieron el material de la base naval de Andreeva Guba.
- Marzo de 1994. Arresto de un individuo en San Petersburgo que se dispon¨ªa a vender tres kilos de uranio al 90% robado de una instalaci¨®n nuclear.
- 14 de diciembre de 1994. Un chivatazo alerta a la polic¨ªa, y los agentes se incautan de 2,7 kilos de uranio al 87,7% en un coche que estaba aparcado en una calle de Praga.
- Octubre de 1994. La polic¨ªa alemana requisa 363 gramos de plutonio y medio kilo de ¨®xido de uranio y plutonio en el aeropuerto de M¨²nich.
- Junio de 1995. Tres individuo son arrestados con 1,7 kilos de uranio en Mosc¨², en una operaci¨®n donde la polic¨ªa rusa infiltr¨® a uno de los suyos. Uno de los componentes de la banda trabajaba en una central.
- Diciembre de 1997. Un equipo de inspectores rusos visita el Instituto Vekya de F¨ªsica y Tecnolog¨ªa en Sujumi, la capital de Abjasia, Estado independiente perteneciente a la Rep¨²blica de Georgia. Las instalaciones est¨¢n abandonadas. El inventario muestra que faltan aproximadamente dos kilos de uranio al 90%, material que finalmente no es recuperado.
- 17 de diciembre de 1998. Los servicios de seguridad de Rusia logran abortar lo que parece el mayor intento de robo de material nuclear hasta el momento: unos trabajadores de la instalaci¨®n nuclear de Chelyabinsk Oblast, en Rusia, trataron de llevarse 18,5 kilos de uranio (sin que se sepa el grado de enriquecimiento), pero fueron detenidos antes de llevarlo a cabo.
- Mayo de 2000. Un trabajador de Elektrostal es detenido cuando intentaba vender 3,7 kilos de uranio al 21%.
- Enero de 2007. Un pescador ruso y comerciante de salsas llamado Oleg Khingasov es arrestado antes de vender 100 gramos de uranio a un comprador musulm¨¢n, el cual, seg¨²n declaraciones del propio Khingasov, representaba a "una organizaci¨®n seria", seg¨²n informa The New York Times Magazine.
- Noviembre de 2007. La polic¨ªa eslovaca arresta a un grupo de delincuentes, dos h¨²ngaros y un ucranio, que estaban traficando con 481,4 gramos de uranio al 98% cerca de la frontera con Hungr¨ªa. El material estaba en forma de polvo; seg¨²n la polic¨ªa, iba a venderse a raz¨®n de 3.500 d¨®lares el gramo. Posteriormente se descubrir¨ªa que el uranio no estaba enriquecido, sino que era natural.
?Intentos abortados, que esconden a terroristas frustrados? "La foto global te dice que ah¨ª fuera existe un mercado de materiales radiactivos", indica Michael May, antiguo director del departamento para el dise?o de armas nucleares en los Laboratorios Nacionales Lawrence, de Estados Unidos. "La mayor¨ªa de los materiales que se han confiscado no formar¨ªan parte de las armas nucleares, sino que se trata de materiales radiactivos usados en la industria o en la medicina. Sin embargo, y a pesar de que no se trata de una mayor¨ªa de casos, s¨ª hay un n¨²mero significativo de material armament¨ªstico, ya sea de uranio enriquecido o de plutonio. Eso quiere decir que existe mercado para estos materiales, que hay gente que piensa que puede sacar beneficios vendi¨¦ndolos, aunque eso no signifique que sean terroristas, sino que simplemente buscan un comprador. Muchos de los casos se desvelan al infiltrar la polic¨ªa a uno de los suyos. El individuo s¨®lo ten¨ªa el material y no pertenec¨ªa a ninguna asociaci¨®n. Simplemente quer¨ªa venderlo. Es un motivo de preocupaci¨®n, no cabe duda".
Este tr¨¢fico no ha surgido de repente. El problema viene gest¨¢ndose desde hace dos d¨¦cadas, nos dice Jay Davis, profesor de f¨ªsica de los Laboratorios Nacionales Lawrence Livermore, de EE UU, hoy retirado. Davis trabaj¨® adem¨¢s en el equipo de inspectores de armas en Irak de la ONU y fue el primer director de la Agencia de Defensa para la Reducci¨®n de la Amenaza (o DTRA, siglas en ingl¨¦s de Defense Threat Reduction Agency), una instituci¨®n federal dedicada a examinar el peligro del terrorismo nuclear. La perspectiva de que una bomba at¨®mica robada o un artefacto nuclear casero caigan en manos de terroristas empez¨® a adquirir consistencia "cuando la Uni¨®n Sovi¨¦tica se deshizo y un pa¨ªs inestable como Pakist¨¢n empez¨® a adquirir materiales nucleares", explica Davis por correo electr¨®nico. "Los terroristas s¨®lo necesitar¨ªan la habilidad para transportar y detonar el dispositivo. E incluso aunque se tratase de un arma peque?a, o que su funcionamiento no sea eficaz desde el punto de vista militar, podr¨ªa ocasionar una tragedia sin precedentes en una zona urbana".
Es dif¨ªcil hacer pron¨®sticos: un artefacto nuclear de baja potencia en el centro de Madrid podr¨ªa matar a miles de personas. Michael May, que tambi¨¦n fue director del Centro para la Cooperaci¨®n y Seguridad Internacional, pidi¨® un esfuerzo en la ¨²ltima reuni¨®n anual de la Asociaci¨®n Americana para el Avance de la Ciencia (American Association for the Advancement of Science; AAAS, en sus siglas en ingl¨¦s), celebrada en Boston el pasado enero. May indic¨® que es urgente renovar y reforzar la especialidad de forense nuclear de campo para hacer frente a potenciales emergencias en un futuro no muy lejano: la figura de especialista CSI que sale de su laboratorio, hacia donde haga falta, meti¨¦ndose en la boca del lobo nuclear.
Una detonaci¨®n terrible, una luz tan brillante que borra el color del cielo, la onda expansiva de presi¨®n y calor que aplasta todo a la redonda, el humo en forma de hongo, la lluvia radiactiva? Lo que sobreviene despu¨¦s es el caos, y el primero en analizar lo ocurrido sobre el terreno es un CSI nuclear. "Lo que hace un forense as¨ª es salir con un equipo y un traje especiales para recoger las muestras de los residuos radiactivos desprendidos de la nube en diversas localizaciones, ya que esa nube no es uniforme", explica May. "Luego esas muestras se env¨ªan a un laboratorio especialmente equipado, en coordinaci¨®n con las autoridades". All¨ª, el forense nuclear examina y compara los tipos de is¨®topos en las muestras. Puede averiguar de qu¨¦ estaba hecha la bomba y su procedencia, y de paso descartar sospechosos. El uranio, por ejemplo, no es el mismo en todo el mundo, y seg¨²n de qu¨¦ mina se haya extra¨ªdo contiene unas impurezas caracter¨ªsticas. El plutonio, al haberse generado en una central nuclear, est¨¢ sometido a una serie de flujos neutr¨®nicos en su proceso de elaboraci¨®n, dependiendo del tipo de central. Evidentemente, el forense -al igual que en una investigaci¨®n criminal- no puede determinar el nombre y apellido de los terroristas, pero s¨ª proporcionar una base s¨®lida que investigar.
?Hasta qu¨¦ punto hay que prepararse para hacer frente a una amenaza por parte de terroristas nucleares? El terreno para la especulaci¨®n resulta muy f¨¦rtil, alimentado profusamente por las novelas y el cine. Las pel¨ªculas repiten siempre el mismo argumento: grupos terroristas consiguen infiltrarse (en Estados Unidos o en otro lugar) con un dispositivo nuclear encapsulado en un malet¨ªn para hacerlo estallar. Los analistas m¨¢s optimistas afirman que los riesgos de algunos de los materiales confiscados han sido exagerados por los medios sensacionalistas. Las partidas de uranio enriquecido -las de plutonio son afortunadamente m¨¢s infrecuentes- no alcanzan ni de lejos para construir una bomba. Adem¨¢s de la dificultad de juntar el material suficiente, los terroristas necesitar¨ªan "gente con conocimientos cient¨ªficos y t¨¦cnicos acostumbrados a trabajar con estos materiales, ya que de otra forma no van a tener ¨¦xito", explica May. "Necesitan tiempo para ensamblar el artefacto, chequeos, y todo esto a espaldas de la polic¨ªa. Es algo que no se puede hacer de la noche a la ma?ana, pero puede lograrse con un grupo peque?o de gente que sepa lo que tiene entre manos".
Marc Sageman, ex agente de la CIA, psiquiatra forense de la Universidad de Pensilvania y experto en bioterrorismo -empleo de armas biol¨®gicas-, opina que el riesgo nuclear ha sido exagerado en Estados Unidos. "Particip¨¦ en una serie de ejercicios en el pasado para tratar de calibrar el peligro real del terrorismo nuclear, y mi conclusi¨®n es que, en realidad, es algo muy dif¨ªcil de llevar a cabo, y bastante improbable en un futuro cercano, pongamos entre 10 y 20 a?os", aclara en un correo electr¨®nico. "Incluso Gaddafi, el dictador libio, teniendo a su disposici¨®n los recursos de un pa¨ªs entero, no logr¨® desarrollar esta capacidad".
Es casi inevitable preguntarse si alg¨²n grupo inspirado en Al Qaeda o el propio Bin Laden estar¨ªan considerando seriamente el objetivo de hacerse con un artefacto nuclear. Reuven Paz es un experto israel¨ª en terrorismo islamista y actualmente dirige una organizaci¨®n llamada Prism (siglas en ingl¨¦s de Project for the Research on Islamist Movement, o Proyecto para la Investigaci¨®n del Movimiento Islamista). Es uno de los especialistas m¨¢s destacados en cuanto al an¨¢lisis de Internet y su conexi¨®n con los grupos yihadistas, ya que la Red es perfecta para el env¨ªo de mensajes entre ellos, poco estructurados, siempre dados a asociarse espont¨¢neamente como enjambres para atacar en un momento dado y despu¨¦s disgregarse. Para ellos, Internet es un utensilio de adoctrinamiento, no de intimidaci¨®n ni ataque a Occidente. "Bajo las condiciones en las que act¨²an, mi impresi¨®n es que es muy dif¨ªcil que puedan desarrollar este tipo de armas", asegura este experto. "Necesitar¨ªan la cooperaci¨®n de alg¨²n Estado, veo dif¨ªcil que ellos solos puedan comprarlas".
Reuven Paz admite que no trabaja con informaci¨®n clasificada, pero hay dos hechos en los que fundamenta su punto de vista. En primer lugar, no se encontraron armas de destrucci¨®n masiva en Irak; tampoco hay signos de que la insurgencia iraqu¨ª pueda estar detr¨¢s de su construcci¨®n. Y la manera de interpretar este terrorismo yihadista, sus motivaciones y el modus operandi de estos grupos suicidas no encaja con la visi¨®n que una superpotencia como Estados Unidos tiene de ellos, que imagina cualquier escenario posible y luego lo proyecta sobre estas organizaciones terroristas como si realmente ellos pensasen como otra superpotencia enemiga.
Scott Atran, antrop¨®logo de la Universidad de Michigan y director del Centro Nacional de Investigaci¨®n Cient¨ªfica en Par¨ªs (CNRS, siglas en franc¨¦s de Centre National de la Recherche Scientifique), lleva a?os estudiando los n¨²cleos de Al Qaeda que est¨¢n dispersos por algunas zonas geogr¨¢ficas de Pakist¨¢n, pa¨ªs que produce anualmente entre 10 y 20 kilos de plutonio y entre 57 a 93 kilos de uranio enriquecido, lo que se traduce en unas 20 o quiz¨¢ 40 bombas nucleares. ?Una ecuaci¨®n peligrosa? "Lo de Pakist¨¢n es preocupante", nos dice Atran. "Ahora tienen unos 80 n¨²cleos de uranio del tama?o de un pomelo, quiz¨¢ m¨¢s, y los norteamericanos les est¨¢n ayudando para vigilarlos. Uno de los tipos m¨¢s cr¨ªticos con Estados Unidos me dijo: el foll¨®n en el que estamos metidos se debe en parte a las consecuencias de lo que han hecho los americanos, pero ahora le rezo a Dios para que la CIA est¨¦ realizando bien su trabajo".
El comentario es muy significativo, aunque afortunadamente Al Qaeda est¨¢ diezmada, seg¨²n este experto. "Debe de haber un centenar de n¨²cleos operativos de lo que antes era un millar, y la mayor¨ªa est¨¢n constre?idos en Waziristan [una regi¨®n monta?osa al noroeste de Pakist¨¢n, cerca de la frontera con Afganist¨¢n] y no cuentan con la infraestructura para poner sus manos sobre un arma nuclear".
?Qu¨¦ ocurrir¨ªa si Pakist¨¢n salta en pedazos? "Entonces ser¨ªa posible que un par de pomelos de uranio se abrieran paso hasta caer en manos de los takfiri", indica Atran. Los takfiri constituyen uno de los grupos islamistas m¨¢s radicales y extremistas -de los que se dice que abogan por el asesinato de cualquier no musulm¨¢n-, y llaman ap¨®statas al resto de los musulmanes que no siguen su causa. La influencia de estos yihadistas ha permeado en algunas capas cr¨ªticas de Pakist¨¢n, ya que tienen simpatizantes "entre los militares e incluso en la comisi¨®n para la energ¨ªa at¨®mica", seg¨²n Atr¨¢n. "El anterior presidente de esta comisi¨®n, Anwar Hussain, le coment¨® a un amigo m¨ªo, que es una fuente fiable, lo siguiente: 'Estoy orgulloso de no haber estrechado nunca las manos de Abdus Salam". Abdus Salam fue el cient¨ªfico paquistan¨ª m¨¢s importante, ganador del Premio Nobel y un humanista, considerado por los radicales como un hereje.
Afortunadamente, hay iniciativas que alertan y vigilan constantemente este asunto. Como la del antiguo senador norteamericano Sam Nunn, creador de una organizaci¨®n llamada Iniciativa para la Amenaza Nuclear, la organizaci¨®n privada que m¨¢s dinero ha invertido en prevenir el terrorismo nuclear. A mediados de 2002, sus expertos dedicaron cinco millones de d¨®lares a rebajar y limpiar m¨¢s de 45 kilos de uranio enriquecido almacenados en el Instituto Vinca de Ciencias Nucleares en Belgrado, en una regi¨®n donde operaban militantes isl¨¢micos. Nunn, que rechaz¨® el cargo de secretario de Defensa que le ofrecieron Clinton y Bush, ha sido el responsable de una iniciativa que lleva su apellido, y que involucra dinero y a expertos estadounidenses para desmantelar armas nucleares y material en Rusia. En la actualidad, Rusia est¨¢ pendiente de destruir 134 toneladas de plutonio, material que ahora est¨¢ almacenado en lugares que no resultan muy seguros. Con la ayuda del Gobierno estadounidense, durante el a?o 2006 los rusos han actualizado los sistemas de seguridad de aproximadamente el 55% de los edificios. Y en todo el mundo, seg¨²n reza un documento, existen 140 reactores de investigaci¨®n que usan uranio enriquecido que en algunos casos "est¨¢n guardados por un solo vigilante nocturno y una verja". Respecto al tr¨¢fico nuclear, el comentario de Sam Nunn, recogido por The New York Times Magazine, es que las autoridades detienen a "aficionados sofisticados". "Me preocupan mucho m¨¢s los que no vemos".
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