ERC mira a CiU por el retrovisor

El pr¨®ximo congreso de Esquerra Republicana elegir¨¢ primero a su presidente y a su secretario general -lo que despierta m¨¢s inter¨¦s medi¨¢tico- y una semana despu¨¦s marcar¨¢ su estrategia de partido. Y esto ¨²ltimo preocupa m¨¢s a sus compa?eros de Gobierno de la Generalitat que el equipo que se situar¨¢ finalmente al frente de la formaci¨®n. A partir de ahora, y de manera m¨¢s o menos velada, los republicanos intentar¨¢n tejer complicidades con Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU).

"Estamos a favor del pacto nacional, pero no podemos decirlo todav¨ªa, hay muchas cosas por en medio, como el mismo Gobierno", asume un dirigente de una de las candidaturas internas de Esquerra.

Recientemente, el consejero de Gobernaci¨®n, Jordi Aus¨¤s -hombre de Joan Puigcerc¨®s- reclam¨® que CiU y Esquerra fueran capaces de "rehacer puentes". Para la candidatura de Puigcerc¨®s es vital poder contar con los nacionalistas de Artur Mas. Como m¨ªnimo le resultar¨ªa f¨¢cil acordar las bases para reclamar el concierto econ¨®mico para oto?o de 2010. Aus¨¤s no fue el ¨²nico que abog¨® por acercarse a CiU. Puigcerc¨®s ha prometido revisar sus relaciones con la federaci¨®n.

Esquerra propone poner el reloj a cero y sellar alianzas con las fuerzas m¨¢s sol¨ªcitas a discutir su programa, que incluir¨¢ el concierto econ¨®mico y la aprobaci¨®n de una nueva ley de pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica. Y en eso andan enfrascados todos los candidatos, desde los carodistas a los seguidores de Joan Carretero, muy proclive a acuerdos con Converg¨¨ncia i Uni¨®.

A revisar toca

ERC propone revisar sus alianzas en el Senado para 2012. Actualmente cohabita con el PSC e ICV en la C¨¢mara Alta en la Entesa de Progr¨¨s. A pesar de acusar a CiU de "clientelismo" y de intentar ocupar su espacio, sobre todo en los ¨¢mbitos menos urbanos, Esquerra quiere volver a poder jugar su famosa carta de la equidistancia.

Varios militantes y cuadros medios republicanos, con mucha conexi¨®n con los nacionalistas, aprueban la revisi¨®n del acuerdo tripartito y quieren volver a enfocar las relaciones con quienes entienden como socios "naturales". De hecho, la candidatura de Carretero se basa en eso.

En la ponencia estrat¨¦gica del pr¨®ximo congreso de Esquerra, a¨²n por enmendar, se acepta que su competidor principal es CiU y despu¨¦s, en menor medida, el PSC. Los republicanos creen que tienen un suelo electoral de 300.000 votantes y pueden volver a los 600.000 de 2004, en el fin del aznarismo.

M¨¢s elementos para seducir a CiU: ley de consultas populares para este a?o, candidatura de partidos catalanistas para las elecciones europeas de 2009 y, entre otros objetivos, establecer que los republicanos persiguen el concierto econ¨®mico. En 2010 habr¨¢ elecciones y se pondr¨¢ el "contador a cero", se?alan dirigentes de la formaci¨®n independentista.

Hist¨®ricamente, CiU y ERC han visto frustrados todos sus intentos de pacto. Hasta 2003 fue el ex presidente Jordi Pujol quien prefiri¨® que los convergentes miraran su pol¨ªtica de pactos de cara a Madrid. S¨®lo con la Esquerra de Joan Hortal¨¤ fue capaz Pujol de integrarlos en su gabinete. En 1980, la ERC de Heribert Barrera fue la ¨²nica que se aline¨® con CiU con mentalidad de "pacto nacional".

Pero a pesar de los pocos acuerdos alcanzados la zanahoria de este posible acuerdo con los nacionalistas ser¨¢ agitada por todos los candidatos al nuevo liderazgo de Esquerra.