La sonda 'Phoenix' est¨¢ a punto de llegar al polo Norte de Marte
Su antecesora, la 'Mars Polar Lander', se perdi¨® sin dejar rastro
Ser¨¢n menos de diez minutos, pero bastar¨¢n para que Marte vuelva a tener en suspense a medio mundo en la Tierra. Ese tiempo durar¨¢ el descenso a trav¨¦s de la atm¨®sfera marciana de la nave Phoenix Mars Lander, de la NASA, el pr¨®ximo 25 de mayo. La se?al de que el aterrizaje ha sido correcto se espera a las 1.53 del 26 de mayo (hora peninsular), aunque para entonces Phoenix llevar¨¢ un cuarto de hora posada en Marte -la se?al tardar¨¢ todo ese tiempo en llegar a la Tierra-.
Dentro de su estrategia de mandar naves a explorar el planeta rojo cada 26 meses, la NASA env¨ªa esta vez no a un veh¨ªculo todoterreno, sino a una sonda de superficie fija. La misi¨®n tiene sobre todo dos objetivos: averiguar cu¨¢nta agua ha tenido Marte a lo largo de su historia -y d¨®nde- y determinar si el planeta a¨²n podr¨ªa albergar vida. "No es una misi¨®n para detectar vida pasada o presente", aclara la NASA, sino que "Phoenix buscar¨¢, adem¨¢s del agua, otras condiciones favorables para la vida".
La nueva nave se encontrar¨¢ a su llegada con tres sondas orbitales operando en el planeta, m¨¢s los dos todoterrenos Spirit y Opportunity. Todas estas misiones est¨¢n participando estas semanas en la preparaci¨®n del aterrizaje. Mars Odyssey (NASA) ha hecho ajustes en su ¨®rbita de forma que le toque sobrevolar la regi¨®n del aterrizaje de Phoenix cuando ¨¦ste se produzca; Mars Reconnaissance Orbiter (NASA) y Mars Express, de la Agencia Europea del Espacio (ESA), tambi¨¦n han hecho cambios. Las tres naves recibir¨¢n y reenviar¨¢n a Tierra informaci¨®n de Phoenix durante la delicada maniobra de entrada.
Spirit y Opportunity, por su parte, han enviado se?ales a las naves orbitales como si ellos mismos fueran la nueva nave, para demostrar que el sistema de comunicaciones funciona.
"Tendremos informaci¨®n de diagn¨®stico sobre la secuencia de aterrizaje desde lo alto de la atm¨®sfera hasta el suelo", ha declarado David Spencer, uno de los jefes de proyecto de Phoenix Mars Lander. En caso de fallo, esos datos contribuir¨¢n a evitar lo ocurrido con una antecesora de de esta misi¨®n, la Mars Polar Lander: nunca lleg¨® a saberse por qu¨¦ fall¨® su aterrizaje, cerca del Polo Norte marciano, en 1999. Fue uno de los ocho intentos fallidos de aterrizaje en la historia de la exploraci¨®n marciana, que se contraponen a los s¨®lo cinco ¨¦xitos.
Es una estad¨ªstica que remite a la cuesti¨®n del suspense, m¨¢s a¨²n si se tiene en cuenta que Phoenix aterrizar¨¢ con la misma t¨¦cnica usada por la Polar Lander: con retrocohetes y paraca¨ªdas, y pos¨¢ndose sobre tres patas en lugar de con airbags, como lo han hecho las ¨²ltimas tres naves que han operado con ¨¦xito en la superficie marciana. La raz¨®n es que el airbag que necesitar¨ªa Phoenix, m¨¢s grande y con m¨¢s equipamiento cient¨ªfico que sus predecesoras, ser¨ªa demasiado pesado. En cualquier caso, la NASA asegura haber corregido los puntos d¨¦biles del sistema de descenso y aterrizaje de la Polar Lander.
Hay otras similitudes con esa nave perdida. Phoenix es tambi¨¦n una misi¨®n para explorar una regi¨®n polar, hasta ahora s¨®lo observada por naves orbitales. Phoenix aterrizar¨¢ en la llanura Vastitas Borealis, en un valle amplio y poco profundo que en invierno se cubre de hielo de di¨®xido de carbono y se deshiela en primavera, la estaci¨®n actual.
Pero lo que m¨¢s interesa a los cient¨ªficos es que los datos de otras naves indican que ah¨ª hay hielo de agua a menos de medio metro de profundidad, y Phoenix es la primera misi¨®n capaz de tocar ese hielo. Cuenta para ello con un brazo rob¨®tico que cavar¨¢ una zanja y obtendr¨¢ muestras, para despu¨¦s analizarlas in situ "calent¨¢ndolas y 'olfate¨¢ndolas", explica la NASA. Y a?ade: como el brazo se introducir¨¢ en un entorno donde podr¨ªa haber microorganismos, ir¨¢ envuelto en una "barrera biol¨®gica" que evitar¨¢ "la introducci¨®n de vida de la Tierra".
Vida microsc¨®pica
La misi¨®n de la Phoenix es comparable a la de las dos
Viking, las primeras naves en aterrizar en Marte, en 1976, y creadas para buscar vida -incluso macrosc¨®pica, que se cre¨ªa posible-. Ahora los cient¨ªficos saben que demostrar la existencia o falta de vida es mucho m¨¢s complejo. Por eso con Phoenix la cuesti¨®n no se aborda directamente, sino que se estudian las "condiciones de habitabilidad". En concreto, Phoenix estudiar¨¢ si es posible que parte del hielo se convierta en agua l¨ªquida, ingrediente indispensable para la vida, en los periodos m¨¢s c¨¢lidos de Marte. "La vida podr¨ªa persistir en forma de microorganismos que permanecen silentes durante millones de a?os entre deshielo y deshielo", dice la NASA.
Phoenix buscar¨¢ tambi¨¦n otro ingrediente b¨¢sico de la vida que conocemos: mol¨¦culas que incluyan carbono e hidr¨®geno. Estos compuestos org¨¢nicos pueden ser producidos por procesos no biol¨®gicos, pero incluyen los ladrillos qu¨ªmicos de la vida y pueden servir como fuente de energ¨ªa para organismos vivos. La NASA explica que los dos ¨²nicos experimentos realizados hasta ahora para detectar compuestos org¨¢nicos en Marte los hicieron precisamente las Viking. No encontraron ninguno.
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