Acampados por la filosof¨ªa

Los estudiantes de Filosof¨ªa han acampado en el centro de los jardines de Blasco Ib¨¢?ez, delante de la Facultad, justo al lado del peque?o monumento al escritor valenciano y del monolito que recuerda el asesinato por ETA del profesor Manuel Broseta. Cruzando el paseo, pueden verse las im¨¢genes de S¨®crates, Wittgenstein, Nietzsche o Hume, entre otros, pegadas sobre las tiendas. Parece una concentraci¨®n de la cultura occidental. "Acampada en defensa de la Filosof¨ªa", han escrito en la pancarta de la entrada. "El campamento de Di¨®genes", "Pienso, luego no sirvo" se afirma en otras.

Tan singular defensa de la filosof¨ªa y de sus m¨¢s conspicuos representantes viene a cuento de un borrador de la Direcci¨®n General de Ense?anza de la Conselleria de Educaci¨® de la Generalitat de restringir a dos las tres horas de Filosof¨ªa que se dan en primero de Bachillerato. En el documento conjunto de Profesores de Filosof¨ªa de Secundaria y Bachillerato, la Asamblea de Estudiantes de Filosof¨ªa y los Profesores de Filosof¨ªa de la Universitat de Val¨¨ncia manifiestan su preocupaci¨®n por esa reducci¨®n incompatible con una prevista ampliaci¨®n del temario. Temen, adem¨¢s, que esa falta de base repercuta en la Filosof¨ªa de 2? de Bachillerato fundamental para la selectividad y que, con todo ello, se vaya deteriorando la asignatura.

Parecer¨ªa que, al unirse los estudiantes en su protesta a los profesores est¨¢n defendiendo un problema laboral, profesional, si se quiere, porque menos horas son a medio plazo menos puestos de trabajo y, a corto, una clara merma de la programaci¨®n necesaria. Sin embargo, hay algo singular en esa acampada que va m¨¢s all¨¢ de la, por otra parte, muy justa protesta por el presente y el futuro profesional de quienes vocacionalmente cursan la titulaci¨®n de filosof¨ªa y quieren dedicarse a ense?ar a filosofar. Lo que se hace visible con las im¨¢genes de los fil¨®sofos dispersas entre arbustos, c¨¦sped y ¨¢rboles, entre tiendas de camping y estudiantes, que explican a los que por all¨ª pasan el motivo de la protesta, es la necesidad de mantener la relevancia del pensar. Al salir de clase ayer por la tarde, me cruc¨¦ con un compa?ero al que los estudiantes le hab¨ªan pedido dar las clases all¨ª, en el jard¨ªn, y no pude menos que pensar en los t¨®picos al uso sobre los peripat¨¦ticos, el jard¨ªn de Epicuro, una vuelta a los or¨ªgenes del filosofar de la tradici¨®n occidental y tambi¨¦n en lo que significa genuinamente "academia" frente a academicismo.

No deja de ser curioso que, cuarenta a?os despu¨¦s de Mayo del 68, cuando se interpreta que aquella fue una rebeli¨®n estudiantil creativa, cuyo ¨¦xito estuvo en romper una inmemorial tradici¨®n de autoridad, ahora, los j¨®venes estudiantes de la acampada de Blasco Ib¨¢?ez no renuncien a que los "maestros pensadores" les acompa?en en la protesta y acampen en el jard¨ªn como cualquiera de ellos. Aparecen as¨ª como menos rebeldes, menos iconoclastas que los de Mayo del 68. Pero, eso es s¨®lo una apariencia. De alguna manera, su actitud de incorporar a la protesta a aquellos cuya tarea fue el pensar, no les hace m¨¢s reverenciales con la autoridad del saber sino m¨¢s capaces de entresacar de la tradici¨®n occidental el a veces oculto pensar cr¨ªtico que la caracteriza. Es sin duda por ello que han colgado otro cartel en un ¨¢rbol con el "Atr¨¦vete a saber" de Kant.

Neus Campillo es Profesora Titular de Filosof¨ªa de la Universitat de Val¨¨ncia