Eficacia y transparencia
La reforma administrativa debe eliminar la burocracia que estorba a particulares y empresas
Los socialistas han puesto a punto el borrador de ponencia marco para su 37 congreso, previsto para el pr¨®ximo mes de julio. A falta de las enmiendas que introduzcan las diversas instancias del partido, el texto presta una atenci¨®n destacada a la reforma de la Administraci¨®n, una idea repetida en diversas ocasiones por el presidente del Gobierno y destacados dirigentes socialistas. El deseo de reformar la Administraci¨®n espa?ola obedece a una necesidad y, quiz¨¢ por eso, se trata de una aspiraci¨®n compartida por la mayor parte de los Ejecutivos desde los primeros tiempos del sistema constitucional, aunque siempre pospuesta. Pero conviene no ignorar que, desde 1978, la Administraci¨®n ha sido objeto de diversas reformas parciales que han dejado una huella profunda en su estructura y funcionamiento. Baste pensar en la introducci¨®n del sistema auton¨®mico, que ha tenido efecto tanto en la Administraci¨®n central como sobre los poderes locales.
Una de las dificultades a las que se enfrenta el persistente deseo de reformar la Administraci¨®n deriva de que no es posible detener la maquinaria para introducir los cambios. La sustituci¨®n de los organigramas y los procedimientos tiene que realizarse sin que se produzcan tiempos muertos y el riesgo de par¨¢lisis ha sido quiz¨¢ el argumento de m¨¢s peso para retrasar la decisi¨®n pol¨ªtica. Adem¨¢s, ha sido frecuente confundir los proyectos de reforma de la Administraci¨®n con la voluntad de establecer de golpe una nueva planta. El cambio viable ser¨ªa el que se inspirase en la experiencia y no en hip¨®tesis ideol¨®gicas acerca de c¨®mo ser¨¢ el futuro, dando prioridad a aquellas ¨¢reas que se han revelado como un estorbo para la actividad de los administrados. El caso de algunas licencias relacionadas con el inicio de actividades econ¨®micas es el ejemplo m¨¢s palpable de c¨®mo la Administraci¨®n puede obstaculizar a los particulares y a las empresas.
El borrador tiene la prudencia de concentrarse en un aumento de la transparencia y en el ¨¢mbito local. Son prioridades acertadas. Buena parte de los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n de los ¨²ltimos a?os se amparaban en la opacidad con la que se adoptan las resoluciones administrativas. A ello se un¨ªa un insostenible privilegio de la Administraci¨®n, como es el de reservarse la decisi¨®n sobre el tipo de sanci¨®n que corresponde a las irregularidades detectadas en su interior: s¨®lo llegan a los tribunales si es la propia Administraci¨®n la que las encamina hasta ellos. La Administraci¨®n local participa de las mismas deficiencias. Pero su situaci¨®n se ha visto agravada por la penuria a la que los Presupuestos del Estado la han condenado durante a?os. Detr¨¢s de cada pelotazo urban¨ªstico siempre ha habido un Ayuntamiento; pero un Ayuntamiento al que el Estado no prestaba la adecuada atenci¨®n presupuestaria. Si esto es lo que se proponen arreglar los socialistas al comprometerse con la reforma de la Administraci¨®n, ser¨¢ una buena noticia.
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