R¨¦cord de puntuaci¨®n del Real Madrid

Las faenas de ali?o suponen ausencia de intenci¨®n art¨ªstica. No fue el caso del partido de ayer, en el que hubo jugadores empe?ados en halagar a la galer¨ªa, como Guti, que se pas¨® una hora y media instrumentando pases de virtuoso. No hubo mucho m¨¢s, sin embargo, en una tarde remojada por la lluvia intermitente, con el campeonato finiquitado y la presencia en el Bernab¨¦u del equipo m¨¢s deprimido de todos. El Levante es el s¨ªmbolo m¨¢s grosero de las indulgencias de la Liga espa?ola con los dirigentes que act¨²an sin responsabilidad ni control. Los del club valenciano se han comportado como una m¨¢quina de desmoralizar aficiones y estafar abonados y jugadores. Bastante hizo la plantilla con suspender la huelga y con hacer ejercicio durante 90 minutos. Fue una demostraci¨®n de generosidad que los hinchas del Madrid agradecieron. Permiti¨® celebrar el t¨ªtulo con cierto decoro y establecer en 85 el r¨¦cord de puntuaci¨®n del campe¨®n desde que el torneo lo disputan 20 equipos (de 1987 hasta 1995 y desde 1997 hasta ahora).

El talento pol¨ªtico de Ra¨²l, obsesionado con atender todos los frentes, result¨® importante para desbloquear la huelga que hab¨ªan convocado sus adversarios. El capit¨¢n del Madrid se puso en contacto con Xavi, su hom¨®logo del Barcelona, para ofrecer a sus colegas del Levante un partido amistoso a fin de a?o con el objetivo de recaudar fondos para compensar el impago de salarios. Ayer al mediod¨ªa, Rubiales, el capit¨¢n levantinista, anunci¨® que sus hombres saltar¨ªan al Bernab¨¦u gracias a Ra¨²l. El delantero anduvo metido en asuntos administrativos sin los cuales habr¨ªa sido muy dif¨ªcil organizar la velada. Luego, se puso las botas y encabez¨® la fila de sus compa?eros cuando salieron por el t¨²nel a recibir el homenaje del Levante. Hubo pasillo. El partido se dirimi¨® con la misma cordialidad. Salvo por una patada tempranera, Javi Fuego dio libertad de actuaci¨®n a Guti, que empez¨® a hilar con soltura. Al cabo de media hora, el media punta le hab¨ªa metido cuatro pases en profundidad a Robinho. El brasile?o no consigui¨® ajustar la definici¨®n. Cuando Schuster lo sustituy¨® por Robben, se march¨® con un pase de gol en su hoja de servicios. Pudieron ser cuatro goles. Pero eso fue cosa de otros.

Van Nistelrooy despleg¨® su repertorio de movimientos y remates para meter dos. Sergio Ramos hizo otros dos de cabeza mientras que a Sneijder le correspondi¨® clavar la falta. El peque?o holand¨¦s consagr¨® un buen final de temporada con una ejecuci¨®n magistral. Un tiro desde 30 metros que super¨® la barrera y cay¨® como una piedra para entrar por el ¨¢ngulo de la escuadra.

El p¨²blico no llen¨® el estadio. La gente asisti¨® al espect¨¢culo con cierta indiferencia. Se celebraron un poco m¨¢s los goles del Madrid que los de Guijo. Los goles del Levante fueron festejados por los jugadores del Madrid tambi¨¦n, que, muy agradecidos por la comparecencia, felicitaron a sus contrincantes. El clima fue bueno para la convivencia y la armon¨ªa social, pero pernicioso para el f¨²tbol. Escase¨® la tensi¨®n tanto como la necesidad de competir.

La gente s¨®lo compens¨® el precio de la entrada al final de la noche, cuando bati¨® sus papelitos plateados y contempl¨® los fuegos artificiales que cerraron una temporada tan placentera como poco excitante.