Paradojas chinas
Despu¨¦s del devastador terremoto ocurrido recientemente en China, sorprende gratamente -dentro de lo desgraciado del caso- un llamativo cambio de actitud del Gobierno de Pek¨ªn a diferencia de lo que ven¨ªa siendo habitual en sus ¨²ltimos comportamientos -la reciente represi¨®n en el T¨ªbet o su habitual falta de libertad de expresi¨®n y deficiente respeto por los derechos humanos, as¨ª como lo ocurrido hace cinco a?os con la epidemia del SARS-, cuando el silencio y la falta de informaci¨®n por parte de China puso en peligro la salud de los pa¨ªses vecinos.
Pese a que en un primer momento China rechaz¨® la ayuda del exterior, tres d¨ªas despu¨¦s del terremoto s¨ª permiti¨® que grupos de rescate procedentes de Jap¨®n y Taiwan accedieran a las zonas m¨¢s afectadas, gesto que sin lugar a dudas habr¨¢ permitido salvar m¨¢s de una vida entre los damnificados, sin que por ello nadie tenga que interpretar que se vea da?ada la dignidad de una naci¨®n o de un Gobierno, por poderoso que ¨¦ste sea.
Ojal¨¢ que este tipo de actitudes sean tambi¨¦n el comienzo de un cambio en China en su comportamiento respecto a la vecina Taiwan, pa¨ªs que debido a la oposici¨®n de Pek¨ªn contin¨²a estando excluido de la OMS y aislado por ello de la Red Global de Prevenci¨®n de Enfermedades, peligrando con ello el derecho a la salud de sus 23 millones de habitantes.
Resultar¨ªa parad¨®jico el hecho de que un suceso tan tremendo y negativo como un terremoto llegara a servir como punto de partida para que un Gobierno como el de China comenzara a levantar sus restricciones sobre la informaci¨®n y concediera en adelante la importancia que merecen tanto la dignidad de las personas y los derechos humanos de su propio pueblo como de los pueblos vecinos.
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