Animales
Durante los ¨²ltimos d¨ªas los animales han tenido un raro protagonismo en Catalu?a y en Indio, California. Como suele pasar con las noticias raras, ¨¦stas han ido apareciendo arrinconadas en la zona marginal de los peri¨®dicos. Hace poco, por ejemplo, nos enteramos del robo de 300 palomas de competici¨®n en Gav¨¤; el bot¨ªn, que originalmente val¨ªa 50.000 euros, ha mermado sustancialmente porque las palomas han sido maltratadas y presentan una salud precaria. En un caso como ¨¦ste intriga, ante todo, la log¨ªstica del robo: ?c¨®mo se roban 300 criaturas vivas?, ?d¨®nde se esconden? Por otra parte, recientemente un hombre en Barcelona fue condenado a tres meses de c¨¢rcel por un "delito contra la fauna y la flora" que, t¨¦rminos legales al margen, en este caso espec¨ªfico quiere decir que machac¨® a palos a un gato, en medio de la calle, hasta que lo mat¨®. Alg¨²n nexo hay entre estas dos formas de maltratar animales.
?C¨®mo se pueden robar 300 palomas de competici¨®n?, ?d¨®nde se esconden?
El caso del cerdo en Indio, California, requiere m¨¢s explicaci¨®n. Resulta que Roger Waters, el ex l¨ªder de Pink Floyd, perdi¨® su cerdo hinchable en el festival de Coachella, que se celebra en esa sonora ciudad californiana. ?Cu¨¢l ser¨¢ el gentilicio para alguien que naci¨® en Indio?, ?indi¨®gena? El cerdo extraviado en Coachella es el segundo que pierde, porque ya en 1976 otro de sus cerdos hab¨ªa soltado amarras espont¨¢neamente. El cerdo est¨¢ relleno de helio y es del tama?o de, digamos, un autocar. El cerdo original fue encargado a la empresa Goodyear-Zepellin, en Alemania, para que apareciera en la portada del ¨¢lbum Animals (1977), de Pink Floyd. El concepto general de la fotograf¨ªa era que el cerdo apareciera flotando arriba de la estaci¨®n el¨¦ctrica de Battersea; este animal era la met¨¢fora del opresor capitalista que aparece de manera furibunda en las canciones del ¨¢lbum, o para decirlo de manera m¨¢s sencilla: el cerdo era el cerdo.
Pero algo pas¨® el d¨ªa de la foto, en aquel lejano y campanudo 1976, que el cerdo se solt¨® de la cuerda y se fue volando cielo arriba hasta que su due?o, Roger Waters, lo perdi¨® de vista. Una hora m¨¢s tarde, un piloto que sobrevolaba Londres para aterrizar en el aeropuerto de Heathrow vio al cerdo que volaba pl¨¢cidamente junto a su ventanilla y se asust¨® tanto que comunic¨® el extra?o fen¨®meno a la torre de control. En cuanto aterriz¨® le hicieron las pruebas antidopaje pertinentes y result¨® que el piloto iba ciego de whisky, pero eso de ninguna forma era un obst¨¢culo para ver lo que vio: un cerdo volador tan real y tangible como su DC-9. El cerdo vol¨® varios kil¨®metros y fue a caer en los pastizales de una granja. Para evitar eso que al final pas¨®, Pink Floyd hab¨ªa contratado un francotirador, con su rifle de mira telesc¨®pica, para que abatiera al cerdo si se echaba a volar; pero el francotirador estaba distra¨ªdo bebiendo ginebra con coca-cola y cuando se oy¨® el griterio ya no le quedaba ni pulso ni concentraci¨®n para abatirlo. Treinta y dos a?os despu¨¦s, hace unos cuantos d¨ªas, la historia del cerdo se repiti¨® en Indio, California. Roger Waters lo puso a volar cuando empez¨® a interpretar canciones del ¨¢lbum Animals y, tal como sucedi¨® en aquel campanudo 1976, algo pas¨® con las cuerdas y de pronto el cerdo comenz¨® a irse cielo arriba. D¨ªas m¨¢s tarde apareci¨® a pedazos, en los jardines de dos casas; en uno cay¨® una pata y el morro, y en el otro el resto del cuerpo. Colgada de un cable de alta tensi¨®n, apareci¨® una oreja.
?Qu¨¦ pueden tener en com¨²n las 300 palomas de Gav¨¤, el gato apaleado en Barcelona y el cerdo hinchable que se fug¨® en Indio? A primera vista, nada; pero m¨¢s all¨¢ son una invitaci¨®n para reflexionar sobre la vulnerabilidad de los animales, lo mismo da que el cerdo sea pura ficci¨®n.
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