La actriz a la que nunca dejaron ser una c¨®mica
A punto de cumplir 73 a?os, Lola Herrera interpreta, baila y canta durante dos horas a teatro lleno en Seis clases de baile en seis semanas, una obra estrenada el pasado septiembre en Madrid y que realizar¨¢ una gira por toda Espa?a cuando acabe sus funciones en la capital a comienzos de junio. No parece tener esta consagrada actriz otra receta milagrosa, para mantenerse en forma, que la pasi¨®n por el trabajo y la entrega a un papel en una comedia agridulce que la divierte y con la que ya ha alcanzado las 300 representaciones. "Estoy totalmente de acuerdo con Jack Nicholson cuando anuncia que no quiere interpretar ni un drama m¨¢s en su vida. Es m¨¢s, he decidido que s¨®lo voy a hacer comedia a partir de ahora. Quiero re¨ªrme hasta el ¨²ltimo d¨ªa de mi vida. Mi tono vital ya me pide contar las cosas en un escenario en clave de comedia, con toques de humor. Es algo muy apetecible. La verdad es que me encasillaron en dramas y no han consentido que me quitara la etiqueta".
La envidiable vejez de Lola Herrera, una mujer muy activa y abierta a aprender cada d¨ªa, tiene sus ventajas, como ella misma confiesa en la entrevista en su casa, un confortable piso con magn¨ªficas vistas en el barrio madrile?o de Chamber¨ª. "Ya tengo una edad", se?ala la Herrera, un art¨ªculo al que s¨®lo tienen derecho las grandes actrices, "en que puedo permitirme elegir. As¨ª ocurri¨® con Seis clases de baile en seis semanas, una pieza teatral de Richard Alfieri, muy del estilo de Broadway. Me gust¨® el texto desde el principio porque retrata muy bien, desde el humor y la lucidez, las soledades de dos personajes. Creo que eso explica el triunfo de esta obra, que cuenta con la direcci¨®n de Tamzin Townsend, que es una indiscutible en su profesi¨®n, y en la que comparto cartel con Juanjo Artero, que est¨¢ demostrando que es un compa?ero muy generoso y un gran actor de teatro, m¨¢s all¨¢ de la popularidad por su trabajo en la serie televisiva El comisario".
No en vano reivindica ahora Lola Herrera sus ganas de disfrutar con comedias en escena porque esta actriz nacida en Valladolid en 1935, que lleg¨® a Madrid a comienzos de los a?os cincuenta dispuesta a ganarse la vida con el teatro, no ha dejado de encarnar personajes dram¨¢ticos en el ¨²ltimo medio siglo. Habitual de los tan a?orados Estudios 1 de Televisi¨®n Espa?ola en los sesenta y en los setenta, donde interpret¨® obras de Oscar Wilde, Moli¨¨re o Ch¨¦jov, o cl¨¢sicos espa?oles como La Celestina, actriz de doblaje y de teatro, Lola Herrera encarn¨® en los ochenta un papel que marc¨® su trayectoria para varias generaciones de aficionados a la escena. "No cabe duda de que el personaje de Carmen, de Cinco horas con Mario, representa un tipo universal. Aquella mujer que cre¨® Miguel Delibes, sola e insatisfecha, de vida triste, que lanza sus reproches en un velatorio ante el cad¨¢ver de su marido, ha interesado a gente distinta porque nos recuerda a madres, t¨ªas, esposas, hijas o sobrinas que todos tenemos. He representado el mon¨®logo de Cinco horas con Mario a lo largo de 25 a?os y en cuatro etapas distintas y puedo afirmar que cada vez he descubierto aspectos nuevos de Carmen. La verdad es que he aprendido mucho de ella".
Sin duda alguna, tambi¨¦n aprendi¨® mucho la Herrera con la interpretaci¨®n de s¨ª misma que abord¨® en Funci¨®n de noche (1981), la pel¨ªcula que dirigi¨® Josefina Molina sobre la actriz y su ex marido, el actor Daniel Dicenta. El filme, una suerte de docudrama antes de que el g¨¦nero recibiera ese nombre, muestra las entretelas de aquel matrimonio, sus miserias y sus ilusiones, su lado p¨²blico y sus aspectos privados en un desnudo afectivo ante la pantalla que dio mucho que hablar en un pa¨ªs que estrenaba, por aquella ¨¦poca, divorcios y otras libertades amorosas. A pesar de aquel recital interpretativo a los 46 a?os, Lola Herrera no ha recibido despu¨¦s muchas ofertas cinematogr¨¢ficas o bien no le han interesado. "Bueno", suspira, "el teatro resulta muy absorbente y hay que recordar que, hasta finales de los setenta, hab¨ªa que representar dos funciones diarias. Lo cierto es que no he tenido mucho tiempo para hacer cine, al margen de que tambi¨¦n he trabajado mucho en televisi¨®n".
No trasluce la int¨¦rprete nostalgia alguna o frustraciones acumuladas por no haber rodado m¨¢s pel¨ªculas. "?Para qu¨¦ nos vamos a enga?ar? Mi pasi¨®n es el teatro y el cine me gusta m¨¢s como espectadora". Con la sensaci¨®n que transmite de tener siempre los pies en la tierra y ser muy realista, no extra?a que Lola Herrera declare que no es mit¨®mana. Ahora bien, cuando se le pregunta por sus actrices favoritas, por aquellas que ha admirado, surge de inmediato el nombre de la noruega Liv Ullmann, a la que Lola Herrera dobl¨® en pel¨ªculas como Gritos y susurros, de Ingmar Bergman. "Cuando le¨ª el primer libro que public¨® Ullmann, Senderos, descubr¨ª que las actrices ¨¦ramos muy parecidas, ten¨ªamos inquietudes similares, m¨¢s all¨¢ de que procedi¨¦ramos de unos sitios o de otros. Junto a Ullmann, que es de mi generaci¨®n, me han gustado otras grandes como Bette Davis o Katharine Hepburn. En realidad, todas las grandes han sido grandes por algo".
Despu¨¦s de compartir cartel con su hija Natalia Dicenta en la versi¨®n teatral de la pel¨ªcula Solas, la Herrera confiesa que est¨¢ encantada de que sus dos hijos se dediquen al mundo del espect¨¢culo. "No entiendo que a algunos compa?eros no les guste que sus hijos trabajen en una profesi¨®n tan gratificante para los padres. En fin, trabajar con Natalia en Solas fue un aut¨¦ntico placer". Al hilo de reflexiones sobre las nuevas generaciones, Lola Herrera est¨¢ impresionada de que muchos chavales distingan cada vez menos entre la realidad y la ficci¨®n. "Suena a broma", comenta, "pero si paso por la entrada de un instituto muchos chicos me piden el n¨²mero de tel¨¦fono y la direcci¨®n de la academia de baile de Un paso adelante. Es incre¨ªble, pero creen que soy la directora de una escuela de danza".
A lo largo de la conversaci¨®n, Lola Herrera regresa, una y otra vez, a la alabanza de la comedia frente al drama. "Claro que es mucho m¨¢s dif¨ªcil hacer re¨ªr que hacer llorar a los espectadores. Como dec¨ªa el actor Alberto Closas, t¨² sales a escena con las manos ensangrentadas y diciendo que has matado a tu padre y ya tienes un dram¨®n. La comedia exige m¨¢s al actor, pero es mucho m¨¢s divertida".
Seis clases de baile en seis semanas. Teatro Marquina. Madrid. Hasta el 1 de junio. Despu¨¦s realizar¨¢ una gira de varios meses por toda Espa?a
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