Una noche muy f¨ªsica
Lo dec¨ªa, impresionado, un espectador: "Ver a Shellac en directo es como meter los dedos en un enchufe, recibir la descarga, retirarlos y al poco tiempo volver a meterlos para notar de nuevo una sacudida". As¨ª fue el concierto de Shellac en la ¨²ltima jornada del Primavera Sound, que cerr¨® su edici¨®n dejando el buen sabor de boca aportado por conciertos como el del citado grupo de hardcore, o los de Morente o Throbbing Gristle. En el apartado de lo rutinario ya viven desde hace tiempo Tindersticks o Dinosuaur Jr.
Por tanto, las emociones fueron para la cosa dura. Throbbing Gristle, pioneros del sonido industrial y de los excesos sonoros, elevaron una pared de ruido pautada por patrones r¨ªtmicos que convirti¨® la m¨²sica en una experiencia f¨ªsica, tangible como el bofet¨®n que propina una ola. Lo de Shellac fue igual de f¨ªsico y quir¨²rgico. La potencia del tr¨ªo result¨® descomunal, aumentada incluso por el hecho de partir de s¨®lo tres instrumentistas tan compenetrados como los participantes en una parada marcial. Fue verdaderamente un concierto sensacional, un canto al hardcore como s¨ªntesis de una est¨¦tica, una ideolog¨ªa y una forma de ver la vida.
Morente triunf¨® de manera similar, pero la puesta de largo del disco Omega junto a Lagartija Nick fue m¨¢s bien desastrada. El sonido fue penoso, la cantidad de m¨²sicos en escena no justificaba el resultado y los efectos visuales no aportaban nada al conjunto. Por lo dem¨¢s, el festival ofreci¨® otros buenos momentos: Rufus Wainwright se impuso nuevamente con su lirismo; Young Marble Giants, con su pop de c¨¢mara casi minimalista, y Digital Miystikz, con su m¨²sica de baile oscura y de ra¨ªz jamaicana.
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