El dise?ador que visti¨® la libertad
Yves Saint Laurent, retirado del negocio y de la vida social desde 2002, fallece a los 71 a?os -El modista franc¨¦s revolucion¨® la forma de vestir de las mujeres
La mujer perdi¨® anoche al dise?ador que visti¨® su libertad. En Par¨ªs, a los 71 a?os, falleci¨® el modista franc¨¦s Yves Saint Laurent y con ¨¦l se fue algo m¨¢s que un genio de la costura. Desapareci¨® el ¨²ltimo de los integrantes del olimpo de la moda y el hombre que abander¨® los cambios fundamentales en el vestir femenino contempor¨¢neo. Tal como declar¨® en 2002, en su retirada, Saint Laurent quiso "acompa?ar a las mujeres en el gran movimiento de liberaci¨®n que ocurri¨® el pasado siglo". Y, sin duda, lo logr¨®.
Fue un genio rom¨¢ntico y fr¨¢gil, atormentado, que defini¨® una era y forj¨® con sus vestidos la imagen de iconos como Catherine Deneuve o Paloma Picasso. Se vio abocado a la luz p¨²blica en 1958, a los 21 a?os, cuando la s¨²bita muerte de su maestro, Christian Dior, le oblig¨® a tomar las riendas de una casa emblem¨¢tica de la moda parisiense. La empresa era may¨²scula, pero ¨¦l lejos de amilanarse, deslumbr¨® con una colecci¨®n fundamental para la historia con la que instaur¨® la l¨ªnea trapecio. Pero fue casi una d¨¦cada despu¨¦s cuando alcanz¨® el cl¨ªmax su creaci¨®n y su filosof¨ªa est¨¦tica. Avanz¨® la revoluci¨®n del 68 cuando en 1966 propuso a una mujer vestida con esmoquin, una prenda que hasta entonces era un s¨ªmbolo del poder masculino.
Conoci¨® el ¨¦xito pronto, pero eso no le priv¨® de una existencia dolorosa
Avanz¨® la revoluci¨®n del 68 dos a?os antes al vestir a la mujer con esmoquin
Siempre precoz, siempre pionero, fue el primer dise?ador vivo al que se le dedic¨® una exposici¨®n retrospectiva en el museo Metropolitan de Nueva York. Tambi¨¦n uno de los primeros en llenar los estirados salones parisienses de la vitalidad de los m¨¢s alejados y remotos rincones del planeta: susurros de ?frica, colores de Oriente, fragancias latinas. ?l mismo era una incorporaci¨®n bastante ex¨®tica en ellos.
Naci¨® en Or¨¢n (Argelia, entonces colonia francesa), era el ¨²nico hijo var¨®n de un abogado y estaba fascinado por el teatro y el estilo de su madre. A los 17 fue a probar suerte a la capital francesa y un a?o despu¨¦s ya era la mano derecha de Christian Dior, el gran emperador de la moda parisiense. Conoci¨® el ¨¦xito pronto, pero eso no le priv¨® de una existencia surcada por el dolor. El sufrimiento que espera a los que dedican su vida a la b¨²squeda de la perfecci¨®n. Nunca ocult¨® sus depresiones y los ingresos en el hospital hablaron por ¨¦l de sus adicciones.
En los setenta, se rode¨® de fiestas y excesos para encontrar salida a su angustia. M¨¢s tarde, se recluy¨® en su trabajo y su pasi¨®n por el arte, para apenas salir de sus casas en Marruecos y Par¨ªs.
Su ¨²ltimo desfile de alta costura rindi¨® homenaje a m¨¢s de 40 a?os de efervescente creaci¨®n. Fue un adi¨®s amargo, marcado por las profundas desavenencias con el grupo Gucci que se hab¨ªa hecho con el control de su empresa en 1998. El dise?ador estadounidense Tom Ford tom¨® entonces las riendas de la colecci¨®n pr¨ºt-¨¤-porter y ¨¦l qued¨® al frente de la sublime creaci¨®n a medida. Pero Saint Laurent nunca ocult¨® su desprecio por Ford, al que consideraba un hombre de marketing y no un aut¨¦ntico creador. "El pobre hombre hace lo que puede", declar¨® cuando se le pregunt¨® acerca del trabajo de su sucesor.
No era f¨¢cil, desde luego, estar a la altura de un hombre que puso las bases de muchos de los c¨®digos de la modernidad. Adem¨¢s del esmoquin, fue el responsable de la popularizaci¨®n de la gabardina, las saharianas o el estampado de leopardo. Todos esos hitos formaron parte del monumental desfile que precedi¨® a la final de Mundial de f¨²tbol de Francia en 1998. En el mismo estadio, antes del partido que enfrent¨® a la anfitriona con Francia, el dise?ador sac¨® a pasear 300 de sus dise?os.
Fund¨® su propia marca en 1961 de la mano de Pierre Berg¨¦, por entonces su pareja. Tras cumplir 27 meses de servicio militar en Argelia, vio como en Dior le sustitu¨ªa su ayudante, Marc Bohan. Sufri¨® un colapso nervioso y en la cama del hospital, Berg¨¦ le prometi¨® que se ocupar¨ªa de todo. As¨ª lo hizo desde entonces. Formaron un t¨¢ndem profesional que sobrevivi¨® al v¨ªnculo amoroso y Berg¨¦ se ocup¨® siempre de la parte empresarial. Juntos crearon un imperio que lleg¨® a tener m¨¢s de 500 licencias y que comprend¨ªa ropa, perfumes, cosm¨¦tica, complementos y tiendas en todo el mundo.
Su despedida en 2002 se vio como el fracaso de la creaci¨®n frente a la industria. Anoche, el dise?ador m¨¢s relevante de la segunda mitad del siglo XX dio su segundo y definitivo adi¨®s.
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