Marcando diferencias
El nuevo director del Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona ha manifestado a este peri¨®dico para marcar las diferencias que le separan de su antecesor Borja-Villel, flamante director del Reina Sof¨ªa, que "a ¨¦l le gustaba Schubert y a m¨ª Joy Division". No haremos caso del tiempo pasado, pues aqu¨ª la forma no desmiente la intenci¨®n, no niega que a quien le precediera le siga gustando Schubert ni deja de afirmar que a ¨¦l le gusta Joy Division, pues si pensara en pret¨¦rito en ambos casos la frase carecer¨ªa del sentido que le otorga la categor¨ªa de subt¨ªtulo de la entrevista de que se extrae. S¨ª hay, parece, como una afirmaci¨®n impl¨ªcita de que las cosas van a cambiar sostenida en lo muy actual del planteamiento comparativo que, en la l¨ªnea de cierto pensamiento felizmente reinante, enfrenta a un cl¨¢sico con la representaci¨®n m¨¢s acabada de la cultura que de verdad importa. Y, sin embargo, a pesar de la aparente audacia de la afirmaci¨®n no parece que las cosas est¨¦n tan claras.
Para orientarme un poco he acudido a la literatura suscitada por el estupendo grupo de Macclesfield pero sin hallar -n¨®tese que no a?ado, naturalmente- referencias a la m¨²sica de Schubert, ni siquiera en el documentad¨ªsimo Joy Division and the making of unknown pleasures de Jake Kennedy (Unanimous, Londres, 2006), que empieza, por cierto, con una frase memorable, casi cortazariana: "?ste no es un libro sobre la muerte". Nada tampoco en el bastante tr¨¢gico de Deborah Curtis, la viuda de Ian, alma del grupo, Touching from a distance (Faber&Faber, Londres, 1996), que dar¨ªa lugar a la pel¨ªcula Control, de Anton Corbijn. Acerca de Joy Division, silencio absoluto en la biograf¨ªa de Schubert de Brigitte Massin (Turner, Madrid, 1991) y en Franz Schubert. The music and the man, de Brian Neuhold (University of California Press, 1999), por poner s¨®lo un par de ejemplos.
Pero he aqu¨ª que Adri¨¢n de Alfonso dice en una p¨¢gina web dedicada a Joy Division: "Unknown pleasures es uno de los pocos discos de la historia en los que el rock, aun manteni¨¦ndose en su esencia, salta por encima de la l¨ªnea del horizonte y se adelanta descaradamente al futuro". Es decir, exactamente lo que hizo Schubert, que tambi¨¦n salt¨® esa l¨ªnea aunque se adelantara al futuro sin descaro, pues como no tuvo un productor como Martin Hannet hubo de andar lampando entre los amigos para que le echaran una mano. Ian Kevin Curtis se suicid¨® a los 24 a?os y Franz Schubert muri¨® a los 31, devorado por la s¨ªfilis y dej¨¢ndonos, como el otro, en la duda de qu¨¦ hubiera hecho de seguir vivo. Y su Viaje de invierno es tan duro como Wilderness, y va de lo mismo. Y de esa dureza podr¨ªan haber hablado los dos en un heurigen del Kahlenberg o en un pub de Old Trafford. La conclusi¨®n, pues, parece clara salvo nueva comparaci¨®n de m¨¢s fuste: la l¨ªnea del MACBA no ha de cambiar en lo esencial. -
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