Eugenio Montejo, el poeta de la vida terrenal
El cine populariz¨® la obra del autor venezolano que fue cr¨ªtico con Ch¨¢vez
Eugenio Montejo muri¨® el pasado viernes d¨ªa 6 en Caracas v¨ªctima de un c¨¢ncer. La noticia la dio ese mismo d¨ªa su compatriota Gustavo Guerrero, que presentaba en la Feria del Libro de Madrid Conversaci¨®n a la intemperie (Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores), una antolog¨ªa de seis poetas venezolanos que se cierra, justamente, con la obra de Montejo, uno de los autores latinoamericanos m¨¢s influyentes de las ¨²ltimas d¨¦cadas. "Dura menos un hombre que una vela / pero la tierra prefiere su lumbre / para seguir el paso de los astros", dicen unos versos suyos recogidos en Muerte y memoria (1972), un t¨ªtulo que resume bien una obra en la que una inquebrantable fe en la vida ilumina siempre el sentimiento de p¨¦rdida.
Nacido en la capital venezolana en 1938, Eugenio Montejo era hijo de un panadero cuyo obrador se convirti¨® en su primera escuela de literatura. No en vano, su ensayo m¨¢s celebrado se titula El taller blanco. Criado en la Venezuela que cambi¨® la agricultura por el petr¨®leo, literariamente Montejo pertenece a la generaci¨®n del medio siglo, la primera que abri¨® su mirada al mundo tras la ca¨ªda, en 1958, del dictador Marcos P¨¦rez Jim¨¦nez, el mismo, por cierto, que encarg¨® a Camilo Jos¨¦ Cela que escribiera su novela La catira. El poeta, que fue m¨¢s tarde director literario de la editorial Monte ?vila y consejero cultural en la Embajada de su pa¨ªs en Lisboa, defendi¨® siempre que los escritores pertenecen m¨¢s a una ¨¦poca que a una geograf¨ªa.
Jubilado y liberado de sus obligaciones diplom¨¢ticas, en los ¨²ltimos a?os fue muy cr¨ªtico con Hugo Ch¨¢vez, al que acusaba de "violar todas las normas", empezando por el significado de las palabras. La cuesti¨®n no era balad¨ª para un poeta que siempre consider¨® un enigma la mera existencia del abecedario. Alfabeto del mundo se llam¨®, de hecho, el volumen que en 1988 reuni¨® sus seis primeros libros de poemas, tanto el que abri¨® su carrera en 1967 como el que marc¨® la primera mitad de su vida po¨¦tica, Terredad (1978). Aquel poemario de t¨ªtulo inequ¨ªvoco fue la piedra de toque de un universo enigm¨¢tico pero no herm¨¦tico, hecho a la vez de claridad y de hondura. As¨ª, en la obra de Montejo conviven las im¨¢genes fulgurantes y el lenguaje cotidiano, la eleg¨ªa y el erotismo. Los suyos son los versos de alguien que conf¨ªa en la poes¨ªa (el canto) pero desconf¨ªa de los poemas (la escritura): "Alguna vez escribir¨¦ con piedras / midiendo cada una de mis frases / por su peso, volumen, movimiento. / Estoy cansado de palabras".
En 1997, Eugenio Montejo desembarc¨® en Espa?a con Adi¨®s al siglo XX (Renacimiento). Dos a?os m¨¢s tarde se consagr¨® con otro de sus libros mayores, Partitura de la cigarra (Pre-Textos). Pero fue en 2003 cuando su popularidad se dispar¨® en todo el mundo. Ese a?o se estren¨® 21 gramos, la pel¨ªcula de los mexicanos Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu y Guillermo Arriaga. En una secuencia de aquel filme, que tambi¨¦n hablaba de la muerte, Sean Penn recitaba a Naomi Watts estos versos de Montejo: "La tierra gir¨® para acercarnos, / gir¨® sobre s¨ª misma y en nosotros, / hasta juntarnos por fin en este sue?o".
Eugenio Montejo vivi¨® pegado al mundo. En su obra las palabras adquieren la misma materialidad que los gl¨®bulos de la sangre. Una forma terrenal de celebrar la vida. "Dura menos un p¨¢jaro / que un pez fuera del agua", segu¨ªa aquel poema de Muerte y memoria. Y terminaba: "Casi no tiene tiempo de nacer, / da unas vueltas al sol y se borra / entre las sombras de las horas / hasta que sus huesos en el polvo / se mezclan con el viento, / y sin embargo, cuando parte / siempre deja la tierra m¨¢s clara".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.