Atrapados por la est¨¦tica
El Aula EL PA?S analiza los trastornos debidos a la obsesi¨®n por la imagen
Espa?a es el pa¨ªs europeo donde m¨¢s intervenciones est¨¦ticas se practican y el cuarto del mundo. La frontera entre cuidar la propia imagen y caer en una obsesi¨®n enfermiza no siempre es f¨¢cil de determinar. ?Estamos atrapados por la est¨¦tica? "Vivimos en una ¨¦poca de seducci¨®n, tras cualquier acto cotidiano siempre encontramos la imagen de un cuerpo joven y guapo, con lo que envejecer es muy duro", explic¨® Javier de Benito, cirujano pl¨¢stico y director del Instituto De Benito, durante el encuentro organizado el pasado martes por el Aula EL PA?S y el Observatorio de la Comunicaci¨®n Cient¨ªfica de la Universidad Pompeu Fabra, con el soporte del Instituto Novartis de Comunicaci¨®n en Biomedicina. Tambi¨¦n particip¨® Josep Toro, psiquiatra y psic¨®logo, jefe del servicio de psiquiatr¨ªa y psicolog¨ªa infantil y juvenil del hospital Cl¨ªnico de Barcelona.
Para De Benito, la cirug¨ªa est¨¦tica es un instrumento que contribuye a mejorar el bienestar de las personas cuando no se sienten bien consigo mismas o tienen problemas de salud. "Lo importante es c¨®mo nos sentimos ante el espejo. Ahora bien, la finalidad de una cirug¨ªa est¨¦tica no depende de lo que haga el cirujano, sino de c¨®mo lo acabe utilizando la paciente", puntualiz¨®. En este sentido, reconoci¨® que hay casos de adicci¨®n: "Todos tenemos miedo al quir¨®fano, pero algunas personas lo prueban y hay que acabar fren¨¢ndolas para que no se lo tomen como quien va de compras a un centro comercial. Hay que explicarles bien los riesgos".
Advirti¨® sobre un mayor impacto del trastorno dismorf¨®bico, que afecta a personas que se encuentran a disgusto con una parte de su cuerpo de forma injustificada y que, por tanto, solicitan intervenciones con las que nunca acaban de estar contentos. Tambi¨¦n explic¨® que cada vez hay m¨¢s adolescentes cuyos padres desean que se operen, aunque ellas no.
El 61% de las j¨®venes catalanas de entre 14 y 17 a?os quieren tener menos caderas, y el 55%, m¨¢s pecho, seg¨²n datos de un estudio realizado en la provincia de Barcelona por el equipo de Toro. Los medios de comunicaci¨®n han consolidado este modelo est¨¦tico. En la adolescencia, cuando empiezan los cambios corporales, tambi¨¦n aparecen la mayor¨ªa de los trastornos alimentarios, seg¨²n el psiquiatra. La mayor¨ªa de los pacientes son chicas. "Por cada nueve mujeres hay un var¨®n", afirm¨®.
En los ¨²ltimos 20 a?os, las familias han cambiado la forma de comer, no s¨®lo el contenido. "Los adolescentes comen casi siempre solos y no tienen modelos adultos que sigan buenos h¨¢bitos", seg¨²n Toro. Con frecuencia, inician dietas restrictivas aconsejadas por los amigos. Seg¨²n el estudio realizado por Toro, el 27% de las adolescentes reconocen que a veces no desayunan; el 14%, que en ocasiones no comen al mediod¨ªa, y el 21%, que algunas noches se saltan la cena. Entre el 6% y el 7% afirma que nunca cena.
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