Investigaci¨®n

Dicen que el buen periodismo es siempre periodismo de investigaci¨®n. Falso: preguntar y comprobar no es investigar. Suele decirse tambi¨¦n que la investigaci¨®n representa lo m¨¢s noble del periodismo. Eso es a¨²n m¨¢s falso. Investigar supone adentrarse en el ¨¢rea oscura de la informaci¨®n, pactar con fuentes interesadas, comportarse de forma ambigua, respirar un aire enrarecido. Investigar es, con frecuencia, bajar a las cloacas y recoger el pedacito de mierda que te ofrece una rata. En muchos aspectos, es como el espionaje. Para hacer bien ese trabajo, y soportarlo a?os, hay que tener est¨®mago. Y ser un gran periodista. Dudo que la investigaci¨®n reporte grandes beneficios econ¨®micos a las empresas. Al menos a corto plazo, rinde m¨¢s un publirreportaje. Hablamos, sin embargo, de la esencia del oficio. La prensa est¨¢ para descubrir cosas. La comunicaci¨®n institucional, las relaciones p¨²blicas y la publicidad copan la mayor parte de cualquier peri¨®dico. A eso se a?aden los servicios (la cartelera, los editoriales, esta columnita), que en el mejor de los casos nos ayudan, orientan o entretienen. Pero si no descubrimos cosas, cometemos fraude.

Los peri¨®dicos, los viejos monstruos de papel, debemos estar defraudando, porque la Red empieza a aguijonearnos. No en la inmediatez, sino en lo serio. Acaba de salir al ciberespacio www.propublica.org, un invento dedicado al periodismo de investigaci¨®n. La primera se?al de su honestidad es que ha salido sin nada: como tardar¨¢ en disponer de temas propios, se limita a seguir las investigaciones de la prensa estadounidense tradicional.

Su director es Paul Steiger, director del Wall Street Journal durante los ¨²ltimos 16 a?os, hasta la llegada de Rupert Murdoch. Sus financiadores son millonarios californianos que se comprometen a pagar sin recuperar. Tendr¨¢ m¨¢s de 20 periodistas bien retribuidos. Y ofrecer¨¢ sus trabajos, en primicia, a los viejos monstruos de papel. Que siguen siendo grandes medios, pero van un poco escasos de mensaje.