Jos¨¦ Tom¨¢s, sin traje de luces
Ya puede usted llamar, que no le va a hacer ni caso. Este hombre no es nada sociable". Aparte de estos consejos tan alentadores, el portero de la urbanizaci¨®n Laguna Beach, en Estepona, adyacente a la exclusiva Lunymar, donde vive el torero Jos¨¦ Tom¨¢s, de 32 a?os, poco puede decir del diestro. "No s¨¦ nada. Y adem¨¢s, no me gustan los toros". El viento de levante trae hasta aqu¨ª un olor nauseabundo. "Estamos desinfectando los apartamentos", aclara el portero, cargado con un manojo de llaves. Jos¨¦ Tom¨¢s, el torero de la lentitud, de la parsimonia, de la verticalidad, que dicen los entendidos; el que se juega la vida cada tarde, disput¨¢ndole al toro su terreno, sale poco de casa estos d¨ªas. Vive enclaustrado en este recinto, una urbanizaci¨®n tranquila junto al mar habitada por jubilados ricos, estrellas de la radio y alg¨²n turista extranjero. Aqu¨ª vive. Protegido por verjas de hierro y por una muralla de piedras calizas rematadas por alambre de espino, por el lado que se abre a la playa del ?ngel. S¨®lo aqu¨ª se siente seguro el diestro. Rodeado por un pu?ado de amigos y colaboradores. Su novia, Isabel; su hermano Antonio, fisioterapeuta, que abri¨® una cl¨ªnica privada hace un par de a?os en este mismo sitio; su ayudante, ch¨®fer y chico para todo, El Kiki, y su perro schnauzer.
"?Republicano? Es una persona comprometida con su tiempo. Le funciona la cabeza", dice su apoderado
Se niega a que se televisen sus faenas, no quiere plazas port¨¢tiles y cobra hasta 400.000 euros por corrida
Desde su triunfo apote¨®sico del pasado 5 de junio, cuando cort¨® cuatro orejas en la madrile?a plaza de Las Ventas, el torero prepara, algo angustiado, su actuaci¨®n de hoy en el mismo coso, la catedral del toreo. Las dos faenas, a toros de Victoriano del R¨ªo, le valieron tal avalancha de elogios que su apoderado, el m¨²sico y ex cr¨ªtico taurino gerundense Salvador Boix, describe al diestro como una persona abrumada por lo que ha o¨ªdo y le¨ªdo. Los elogios, ya se sabe, pueden paralizar y herir como las astas de un toro. Y el maestro no ha dejado de pensar, a lo largo de la semana, en la tarde de hoy. ?Qu¨¦ m¨¢s puede hacer?, se pregunta a coro la afici¨®n. ?C¨®mo, de qu¨¦ modo puede el torero superar esas cuatro orejas, y cortar el rabo, que no se da en Madrid desde hace d¨¦cadas? Una cosa est¨¢ clara: si no se supera a s¨ª mismo, Jos¨¦ Tom¨¢s corre el riesgo de decepcionar. Un fantasma que persigue al torero madrile?o desde los inicios de su carrera de matador, en 1995.
Dicen que vive atormentado por su propia exigencia, mir¨¢ndose en el espejo de Manolete, su gran ¨ªdolo. Que vive s¨®lo para ponerse delante del toro, en ese terror¨ªfico terreno que le pertenece al animal, y que, en los ¨²ltimos tiempos, pocos toreros frecuentan. Se dicen muchas cosas de Jos¨¦ Tom¨¢s que dan de ¨¦l una imagen muy alejada del estereotipo del matador de toros. El diestro madrile?o tiene poco que ver con el modelo de torero que ha progresado en la lidia ¨²ltimamente, acostumbrado a aparecer en la prensa rosa, siempre impoluto y sonriente. Jos¨¦ Tom¨¢s no es de ¨¦sos. Cada corrida suya es una promesa de emoci¨®n y riesgo, dicen los taurinos. Un tipo de 32 a?os, 1,80 de altura, 68 kilos y sangre del grupo cero negativo que derrocha en la plaza. Su biograf¨ªa profesional se resume en dos cifras: 407 corridas como matador, una veintena de cornadas. Un tipo bien especial, aseguran los taurinos. Para empezar, y salvo contadas entrevistas, no habla con la prensa espa?ola desde 2000. No le reza a la Virgen ni a los santos en las fat¨ªdicas horas previas a las corridas, y el jueves pasado, para pasmo general, no brind¨® ninguno de sus toros al rey de Espa?a, presente en la plaza.
"Su actitud no es religiosa, sino ¨¦tica. Antes de torear se encomienda a s¨ª mismo y a las fuerzas del toreo. Su despliegue t¨¦cnico es tan grande que le da seguridad", cuenta Salvador Boix. ?Es cierto que es de izquierdas y republicano? "Estamos en el siglo XXI. A Jos¨¦ Tom¨¢s le funciona la cabeza y es una persona comprometida con su tiempo. En M¨¦xico don¨® sus honorarios para los damnificados de unas inundaciones", a?ade.
Manuel Mol¨¦s, periodista que conduce desde hace a?os un programa de toros en la cadena SER y retransmite corridas en Digital +, conoce de antiguo al torero, y no le cuadran las cosas. "Jos¨¦ Tom¨¢s es un gran t¨ªmido, pero una persona de lo m¨¢s normal. No hay m¨¢s que o¨ªrle hablar. Le han construido una imagen de persona introvertida que es una fantas¨ªa literaria. Es verdad que lo que prefiere es estar con su gente, que no le gustan las entrevistas, porque le cuesta hablar. Es cierto que es un torero con magia, pero hay quien se ha empe?ado en que sea algo as¨ª como el m¨¢rtir de la fiesta".
El torero no quiere ser m¨¢rtir, pero en una entrevista a la cadena mexicana Televisa, en octubre pasado, reconoci¨® que prefiere recibir una cornada a dar un paso atr¨¢s ante el toro. Y es que Jos¨¦ Tom¨¢s torea en el l¨ªmite y toda su vida gira en torno a su toreo. Vive como un asceta. Bebe coca-cola, no fuma, hace deporte a diario, come de forma austera, escucha m¨²sica (a Camar¨®n de la Isla, o a su admirado Joaqu¨ªn Sabina) y lee libros de toreros y de poes¨ªa. Nada raro, si no fuera por el silencio que rodea al diestro. Los que le han tratado dicen que habla en voz baja, casi en un susurro, y que nunca pierde esa seriedad que le caracteriza. Ese tomarse en serio su profesi¨®n, ese jugarse la vida en las plazas que ha devuelto, dicen, la emoci¨®n a los ruedos. Hay una duda que planea, con todo, sobre su persona: ?se ha cre¨ªdo demasiado su propio personaje?, ?se ha tragado el mito a la persona real?, ?ha ocurrido con este diestro venerado como con alg¨²n personaje de Thomas Bernhard, reducido a ser su arte?
"?l es un tipo con car¨¢cter que tiene las cosas muy claras. Se niega a dar alternativas a nadie, no torea en plazas plegables ni ante las c¨¢maras de televisi¨®n", cuenta una persona que ha participado en alguna negociaci¨®n con el diestro. Como adem¨¢s sus honorarios son astron¨®micos -entre 250.000 y 400.000 euros por actuaci¨®n-, "s¨®lo se le puede contratar con la seguridad de que va a llenar la plaza hasta la bandera, y eso s¨®lo se consigue aportando emoci¨®n. Jug¨¢ndose la vida cada tarde. Creando un mito".
Nadie hubiera imaginado, en la protohistoria de su carrera, que Jos¨¦ Tom¨¢s Rom¨¢n Mart¨ªn iba a convertirse en este referente indiscutible que es hoy de la pureza del toreo. Capaz de enfrentarse con la espada y la muleta a los enemigos de la fiesta. Por eso -¨¦l mismo lo ha contado- quiso reaparecer en junio del a?o pasado en la Monumental de Barcelona. Para dar una satisfacci¨®n a los aficionados catalanes que han soportado el grueso de los ataques antitaurinos.
El mayor de los cuatro hijos de Jos¨¦ Tom¨¢s Rom¨¢n e Isabel Mart¨ªn, Jos¨¦ Tom¨¢s naci¨® en una familia acomodada de Galapagar. El padre fue director de banco y constructor, y alcalde del pueblo -por el PP- un par de a?os. La madre se dedic¨® a criar a los hijos. Los Rom¨¢n hubieran preferido que Jos¨¦ Tom¨¢s fuera futbolista, su afici¨®n inicial hasta que su abuelo le inocul¨® el veneno del toreo. En el libro Jos¨¦ Tom¨¢s. Un torero de leyenda, reci¨¦n publicado por el escritor y taurino Carlos Abella, hay fotos impactantes de un chiquillo serio, enfundado en traje corto. ?No ha sido el diestro una v¨ªctima de la obstinaci¨®n del abuelo? "La afici¨®n estaba en ¨¦l", rechaza su padre. "El abuelo llevaba a los toros a Jos¨¦ Tom¨¢s y al hermano que le sigue, Marcelo, que se lleva menos de un a?o con ¨¦l. Y a Marcelo no se le ocurri¨® nunca ponerse delante de un toro". El diminuto Jos¨¦ pudo compaginar las capeas, y las corridas organizadas por el abuelo, con los estudios. Fue al colegio p¨²blico San Gregorio de Galapagar y al instituto de Torrelodones.
Para entonces, ya ten¨ªa claro que no quer¨ªa ir a la universidad, que lo suyo era el toreo. Hizo la carrera en M¨¦xico, disconforme con los usos espa?oles que obligaban al novillero a pagar por torear, y en M¨¦xico tom¨® la alternativa, en diciembre de 1995. La confirmaci¨®n, en Espa?a, fue ya un acontecimiento taurino, aunque los a?os de gloria, los que entendidos como el periodista Manolo Mol¨¦s llaman el "trienio m¨¢gico", fueron 1997, 1998 y 1999. En 2002, por sorpresa, el diestro se retiraba de los ruedos, para no reaparecer hasta junio de 2007. Cinco largos a?os que han sido una bendici¨®n para su familia, reconoce su padre, y un castigo para los aficionados.
Primero se refugi¨® en M¨¦xico; luego, en Estepona, y se dedic¨® a disfrutar de la vida. Los vecinos del pueblo le recuerdan desayunando a diario en la cafeter¨ªa del supermercado Carrefour, a menos de un kil¨®metro de su casa, donde conoci¨® a Isabel, su novia, una morena atractiva que trabajaba en el laboratorio fotogr¨¢fico del centro. "Se hizo muy amigo de Javier, uno de los camareros. Hasta se fueron juntos a Cuba", recuerda el actual encargado del local. El diestro se coloc¨® un pendiente en la oreja izquierda y empez¨® a jugar al f¨²tbol sala en el equipo de su cu?ado, el del bar Macarena. El local, modest¨ªsimo, en el barrio alto de Estepona, una zona de gente obrera, est¨¢ decorado con fotos dedicadas del diestro. David Ferrer, hijo del due?o, atiende la barra, y se declara, antes que nada, poco aficionado a los toros. "El taurino es mi padre". De Jos¨¦ Tom¨¢s no quiere contar nada. "Desde que ha vuelto a torear no juega en el equipo, pero viene de vez en cuando por aqu¨ª".
No hay mito sin leyenda, y esta retirada del toreo a los 27 a?os de edad y en pleno ¨¦xito contribuy¨® a forjarla. Todav¨ªa hoy, aficionados y expertos se preguntan por qu¨¦ se fue de los ruedos. Hay teor¨ªas para todos los gustos. Su apoderado, Boix, tiene una: "La vida de un torero es tan rara, siempre rodeado de personas mayores, siempre hablando de lo mismo, siempre con el toro a vueltas, que Jos¨¦ Tom¨¢s se retir¨® para vivir un poco, para saber c¨®mo es la vida normal". Es cierto que el maestro no tuvo infancia ni juventud, pero hay quien apunta otra tesis. "Jugarse la vida cada tarde, estar en la cima, puede ser insoportable", dice un cr¨ªtico taurino que prefiere no dar su nombre.
Carlos Abella tiene una tercera tesis. A su juicio, Jos¨¦ Tom¨¢s se retir¨® amargado por las presiones del poder, de los grandes apellidos que controlan los carteles taurinos. Un hecho que avala la segunda de estas tres hip¨®tesis es que, como explica Antonio Barrientos, alcalde socialista de Estepona, que ha tratado al diestro, "ten¨ªa mucho miedo a volver, al menos eso es lo que nos transmiti¨®".
Antonio L¨®pez Fuentes, el sastre que le confecciona los vestidos de torero, fue el primero en enterarse del regreso. Le encarg¨® siete nuevos en telas de poli¨¦ster y algod¨®n. "Lo normal es que usen uno cada diez corridas", explica. Y capotes de paseo bordados que parecen casullas. "Son como los que llevaban los sacerdotes arrianos", dice L¨®pez Fuentes. Y puede que sea eso lo que Jos¨¦ Tom¨¢s, el torero at¨ªpico, quiere ser. El sumo sacerdote de la fiesta. -
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