"Si leyeran bien la Biblia, dejar¨ªan de creer"
Aunque es un ateo confeso, todav¨ªa tiene callos en los pies por culpa de su ¨²ltima experiencia m¨ªstica. Piergiorgio Odifreddi (Cuneo, Italia, 1950) acaba de regresar del Camino de Santiago, esa meca de la cristiandad que ha recorrido durante dos semanas con su amigo Sergio Valzania. El itinerario ha dado que hablar en Italia. Juntos han hecho en cada etapa un programa especial para la emisora RAI 3. La gracia est¨¢ en que Odifreddi no cree, pero Valzania s¨ª se confiesa cat¨®lico a ultranza. "Al final hemos quedado como empezamos. Ni ¨¦l me ha convencido a m¨ª, ni yo he logrado quebrar su fe", comenta, en un hotel del centro de Madrid, este escritor, matem¨¢tico y profesor de l¨®gica.
Pero en algo s¨ª se han puesto de acuerdo: "Galicia es bell¨ªsima; Castilla, un poco aburrida con esas llanuras tan interminables", comenta. "Y Espa?a, m¨¢s laica que Italia, con diferencia. En nuestro pa¨ªs todav¨ªa no es posible criticar abiertamente a la Iglesia", asegura Odifreddi. Quiz¨¢ por eso, para frenar la larga mano del Vaticano sobre la libertad de expresi¨®n, se ha lanzado este ensayista a la yugular de la Iglesia. Lo ha hecho con un libro que result¨® un impacto en su pa¨ªs y un ¨¦xito de ventas que dej¨® patente algo serio: "La fractura entre religi¨®n y laicismo que existe en mi pa¨ªs, con clara desventaja para los no creyentes".
El t¨ªtulo es tan directo que no deja lugar a dudas: Por qu¨¦ no podemos ser cristianos y menos a¨²n cat¨®licos (RBA). Ni que decir tiene que el texto de quien es hoy por hoy el l¨¢tigo del laicismo en Italia ha supuesto una pesadilla entre las jerarqu¨ªas. No por existir, sino porque el destino y los calendarios editoriales le lanzaron a las librer¨ªas a competir al tiempo con otro libro opuesto: Jes¨²s de Nazaret, del papa Joseph Ratzinger.
"Durante semanas estuvimos altern¨¢ndonos en el primero y el segundo lugar en las listas de los m¨¢s vendidos", comenta jocoso Odifreddi. Seguramente la curia habr¨ªa preferido otro competidor. Pero al diablo no se le pone nada por delante. Sigue jugando fuerte y haciendo de las suyas. Ni con rosarios pudieron evitar que Odifreddi vendiera 200.000 ejemplares.
De manera que llega del Camino de Santiago? ?Ni as¨ª ha encontrado la luz? Ha sido una experiencia interesante. Creo que es la primera vez que un ateo retransmite en Italia el Camino por la radio. El modelo fue la pel¨ªcula de Bu?uel La V¨ªa L¨¢ctea, con aquellos dos personajes que combat¨ªan a golpe de dogmas y herej¨ªas.
Bueno, igual que siempre, ?no? Aunque la herej¨ªa como concepto ha sido superada por una etiqueta mucho m¨¢s digna que llamamos laicismo. En Espa?a tienen m¨¢s suerte que en Italia en ese ¨¢mbito.
?Usted cree? En Espa?a no existe un cardenal Martini, por ejemplo. Alguien que defienda tan abiertamente desde la jerarqu¨ªa el sacerdocio para las mujeres o las bodas entre curas. Hombre, en Espa?a la derecha es cat¨®lica, pero la izquierda es claramente laica. En Italia yo he militado en el Partido Democr¨¢tico, de Walter Veltroni, y me sal¨ª porque no defend¨ªan el laicismo. Me lo pidi¨® ¨¦l. Yo pens¨¦ que era conveniente porque ya que dentro conviven varias corrientes, algunos pod¨ªamos alentar un aire de izquierda m¨¢s radical y laico para frenar lo que nosotros llamamos facci¨®n teocon. Pero al final Veltroni no ha sido claro. Ha decidido no meterse en asuntos que tuvieran que ver con la Iglesia. Por m¨¢s que le han preguntado, nada. Y yo me he ido del partido al ver que no se compromet¨ªa claramente.
?Por qu¨¦ la izquierda italiana no se decide a romper con la Iglesia? Las anteriores elecciones las gan¨® la izquierda por 20.000 votos. Con esa ventaja tan peque?a, nadie quiere ponerse en contra a una organizaci¨®n que controla a 30 millones de ciudadanos. Yo milit¨¦ para intentarlo, pero es dif¨ªcil en un partido que lidera alguien como Veltroni, un personaje a quien se le conoce como el se?or pero tambi¨¦n? Falta valent¨ªa. Esta oportunidad la hemos perdido.
Desde la izquierda, despu¨¦s de las primeras acciones de Berlusconi, ?c¨®mo se va digiriendo el resultado electoral? Por culpa de cosas como ¨¦stas se ha perdido. El partido de Veltroni no tiene identidad, es una refundaci¨®n de viejas estructuras. Caben gente del antiguo Partido Comunista y de la Democracia Cristiana, empresarios y trabajadores? hay 120 diputados que se declaran abiertamente cat¨®licos. ?Hasta la antigua Democracia Cristiana era mejor que esto! En cuanto a este Gobierno, es pura derecha.
Muchos lo califican de neofascista. Qu¨ªtele el neo. Fini lo es. La Liga es racista y Berlusconi va a lo suyo. En la primera semana de mandato ya discut¨ªamos de la televisi¨®n? Pero, en fin, este Gobierno sabemos lo que es. Sin embargo, con el partido de Veltroni no hay definiciones claras.
?Le resulta 'light', descafeinado? Tiene miedo a ciertas cosas. A la Iglesia, para empezar. En Espa?a no ocurre esto. Yo leo art¨ªculos en la prensa de este pa¨ªs que en Italia ser¨ªan impensables. Cuesta publicar ciertos asuntos.
?Por eso ha decidido dejar sus posiciones claras en un libro? Con la ¨®ptica de un matem¨¢tico, adem¨¢s. He escrito mucha divulgaci¨®n cient¨ªfica. Con asuntos que relacionan ciencia y religi¨®n, como hice en El Evangelio seg¨²n la ciencia, por ejemplo, o en Las mentiras de Ulises. Me he empe?ado en hacer ver las matem¨¢ticas como una parte de la cultura, integrar ambos mundos.
Pero ?c¨®mo formula un matem¨¢tico algo que carece de toda l¨®gica? Este libro tiene dos inspiraciones claras. La obra de Bertrand Russell ?Por qu¨¦ no soy cristiano? y aquel de Benedetto Croce Por qu¨¦ no podemos considerarnos cristianos. La idea naci¨® porque cada a?o editamos un libro de Russell y tocaba hacer aqu¨¦l. Lo rele¨ª y me pareci¨® que hab¨ªa envejecido mal con el tiempo. Se lo dije al editor y ¨¦l me propuso hacer una interpretaci¨®n propia. As¨ª que me met¨ª un semestre en Nueva York al Instituto de Estudios Italianos en la Universidad de Columbia. Estudi¨¦ a fondo la Biblia y el catecismo. Mis amigos me encontraban siempre con ambos libros a cuestas y me preguntaban: "?Qu¨¦ te ocurre?".
Normal? Le ver¨ªan como un converso o tem¨ªan alguna andanada suya. ?Qui¨¦n sabe! El caso era hacer una lectura a fondo, una cr¨ªtica de la religi¨®n no desde perspectivas pol¨ªticas de injerencia en la vida p¨²blica y todo eso, sino de observarlo desde una concepci¨®n teol¨®gica, desde dentro, y descubrir sus anacronismos. Su concepci¨®n violenta, cruel, sanguinaria de la vida, sobre todo en el Antiguo Testamento. Por eso se han molestado tambi¨¦n los jud¨ªos, que me han acusado de antisemita.
Es que reparte para todos. Normal. Los cristianos han heredado el Antiguo Testamento y uno no sabe por qu¨¦ lo han hecho.
Lo acometieron adem¨¢s de manera acr¨ªtica. Completamente. Hubo algunos que quisieron eliminarlo. Cre¨ªan que el Dios bueno del Nuevo Testamento no requer¨ªa la ira del anterior. No se acept¨®, all¨¢ ellos.
?Le han amenazado? Algunos me han escrito dici¨¦ndome que diera gracias porque los cristianos no fueran como los islamistas, que si no ya lo habr¨ªa pagado. He pensado en hacer algo que se titulara Por qu¨¦ no podemos ser isl¨¢micos, pero es que en Italia son cuatro y no ser¨ªa ¨²til. Adem¨¢s decretar¨ªan una fatwa, y es lo que me faltaba.
Todav¨ªa hay cosas que no nos dejan tocar. Y tanto, en Italia existen directores de peri¨®dicos que reconocen que los dogmas de fe son un cuento, pero que no pueden escribirlo porque el mero hecho de ponerlo en duda ya crea un conflicto.
Como por ejemplo? Lo peor es poner en duda la propia existencia de Jesucristo. No hay constancias hist¨®ricas serias. Son relatos construidos a posteriori. Decir esto ya es algo escandaloso.
Igual que poner en duda la virginidad de Mar¨ªa, que lo que uno no sabe muy bien es por qu¨¦ se sostiene lo contrario. ?Aquella invenci¨®n! ?Incre¨ªble! Es un dogma con una historia muy interesante, de todas formas. Para eso se readapt¨® un pasaje del Antiguo Testamento que viene a decir: "Por aqu¨ª ha pasado Dios (refiri¨¦ndose al ¨²tero de la Virgen) y no lo har¨¢ nadie m¨¢s". Son las mismas palabras que utilizan para se?alar una puerta de Jerusal¨¦n por la que pas¨® el Arca de la Alianza. Cogen un pasaje, se cambia de sitio y a nadie le importa.
A usted, despu¨¦s de haber escrito que Cristo puede ser hijo ileg¨ªtimo de un centuri¨®n romano, ?no le han quemado? Pantera se llamaba el hombre. Pero todo eso ya se comentaba en la ¨¦poca m¨¢s pr¨®xima. En fin, yo no creo que haya mucha gente que se lo trague a estas alturas. Creo que es una pose social sostener estas cosas, pero que en realidad no lo piensan. Es una convenci¨®n. Ni eso, ni la trinidad, ni la transustanciaci¨®n? Ni la resurrecci¨®n se puede explicar cient¨ªficamente. No es un milagro. Las bacterias del t¨¦tanos, por ejemplo, pueden producir una muerte aparente. Pudo haberlo cogido clavado en la cruz.
Existen explicaciones racionales para todo aquello que pasa en el Evangelio, pero no las hay para todo lo que dicen en ¨¦l. Cierto, cierto. El Evangelio tiene tres inspiraciones. Una, la del profeta, la del Jes¨²s de la monta?a, el de los bienaventurados. Luego est¨¢ la del charlat¨¢n. En Palestina, hace 2000 a?os, hab¨ªa much¨ªsimos. La ¨²ltima es la del Jes¨²s revolucionario. Uniendo las tres, se ha forjado esta historia.
Una historia que tiene despu¨¦s la suya propia. ?sa es la m¨¢s interesante. Apasionante. Entender cu¨¢les son las fuentes de esos escritos, desmembrarlos, acotarlos. Los ap¨®crifos, tratarlos desde el punto de vista ling¨¹¨ªstico, de la arqueolog¨ªa del lenguaje, los pasos que ha sufrido tras los diferentes concilios, todo eso. Las discusiones, las herej¨ªas que pintaban a Jes¨²s como una realidad virtual, como el personaje de una pel¨ªcula, como un ser que nunca existi¨® porque nunca hab¨ªa podido encarnarse al ser Dios precisamente. As¨ª hasta nuestros d¨ªas, porque el ¨²ltimo dogma es de 1950, la asunci¨®n de la Virgen, que tambi¨¦n trajo lo suyo.
?Ah s¨ª? S¨ª, porque los cat¨®licos pensaban que hab¨ªa ascendido sin saber si hab¨ªa muerto o no. Mientras que los ortodoxos sostienen que seguramente hab¨ªa muerto, pero no est¨¢n seguros de que haya ascendido. ?No es un cachondeo? Yo incluso llegu¨¦ a hacer un c¨¢lculo cient¨ªfico. ?Desde d¨®nde ascendi¨®? Verticalmente desde Jerusal¨¦n. ?Con qu¨¦? Con el cuerpo. Suponiendo que lo haya hecho a la velocidad de la luz, lleva 2.000 a?os subiendo y, por tanto, todav¨ªa no ha atravesado nuestra galaxia. Por ah¨ª sigue, est¨¢ saliendo. Con cualquier telescopio potente en el mismo Jerusal¨¦n podr¨ªamos localizarlo. ?Se da cuenta del rid¨ªculo?
En sus desmontajes, trata usted tambi¨¦n los mandamientos. Los hebreos sostienen que hay m¨¢s de 600, pero en el caso cristiano, uno de los m¨¢s interesantes es el segundo, que se pierde, curiosamente. El que proh¨ªbe alzar y construir im¨¢genes.
?Cu¨¢l de todos los dogmas es el que m¨¢s le atrae? La transustanciaci¨®n. La hostia, que se basa en un principio aristot¨¦lico. Va contra la idea de sustancia cient¨ªfica. A los papas les trae de cabeza.
?De d¨®nde le viene esa man¨ªa de ponerlo todo patas arriba? No hace falta tanto. Si quisiera hacer una verdadera cruzada, recomendar¨ªa una ¨²nica cosa a la gente: que leyeran la Biblia con un punto de vista racional, con atenci¨®n. Dejar¨ªan de creer inmediatamente. No hacen falta libros anticlericales.
Es que 200 a?os de Ilustraci¨®n prenden finalmente en nuestra moral y en nuestra concepci¨®n de las cosas de manera contundente. Es as¨ª. Pese a que muchos insisten en que no puede haber moral sin religi¨®n. Era Chesterton quien dec¨ªa que si no cre¨ªas en Dios, pod¨ªas creer en cualquier cosa. Yo ahora pienso lo contrario, que quien cree en Dios puede acabar trag¨¢ndose cualquier cosa. Italia es de los pa¨ªses con m¨¢s fe del mundo, por eso seis millones de italianos consultan tambi¨¦n a magos, quirom¨¢nticos, echadores de cartas. Si te crees lo de la trinidad o la virginidad, te entra todo. Tampoco es justo ese discurso de que los laicos no creemos en nada. No es cierto, lo hacemos en los ideales. Pero no en los dogmas.
Eso que tanto espanta ahora del relativismo, ?c¨®mo lo ve? Ahh? Ratzinger es un ultraconservador antip¨¢tico y obtuso. Estas cosas lo prueban. Es un asunto que demuestra la incapacidad de la Iglesia para entender casos como el de Galileo. Le han perdonado 400 a?os despu¨¦s de haberle condenado por algo que era cierto, pero no han entendido nada. Lo admiten muchos miembros de la Iglesia, aunque luego lo pagan. Lo dijo George Coyne, un jesuita que fue el encargado del Observatorio Astron¨®mico del Vaticano durante 25 a?os. Aseguraba que no se hab¨ªa comprendido la magnitud de ese caso. ?Y qu¨¦ pas¨® con ¨¦l? Que lo licenciaron. Este mismo pidi¨® p¨²blicamente al Papa que definiera sus posiciones sobre el evolucionismo y le cesaron.
Los jesuitas, ?son otra cosa? Son los m¨¢s incisivos, sin duda. Plantean abiertamente sus dudas sobre muchos dogmas. Existe una an¨¦cdota fant¨¢stica que los define. Cuando descubrieron la momia de Jes¨²s en Jerusal¨¦n, los franciscanos dec¨ªan: es cierto lo que sufri¨® por nosotros, las heridas est¨¢n a la vista, debemos amarlo todav¨ªa m¨¢s. Los dominicos se plantearon: cuidado, que si est¨¢ aqu¨ª es que no ha resucitado, vamos a tener problemas con el dogma. Y los jesuitas dedujeron: ah¨ª lo tenemos; por tanto, ha existido. ?No es genial?
Martini es un buen ejemplo de jesuita. Bueno, es que ¨¦l ha llegado a criticar hasta el libro del Papa sobre Jes¨²s de Nazaret. Es raro, pero es que es la minor¨ªa.
?Es necesario escribir libros as¨ª contra la Iglesia o es darle demasiada importancia a todo aquello que no deber¨ªa ni siquiera ser debatido porque va contra toda raz¨®n? No s¨®lo es necesario. Es que me parece poco todo lo que se pueda argumentar en contra. He tratado de escribir un libro serio, sin despreciar tambi¨¦n la iron¨ªa. Aunque sobre todo he intentado hacer una cr¨ªtica rigurosa basada en principios teol¨®gicos y la prueba de que ha calado es lo que les ha molestado. La importancia de la Iglesia es un hecho, no es que se la d¨¦ yo. No escribir¨ªa un libro pregunt¨¢ndome por qu¨¦ no somos raelianos. Me da exactamente lo mismo. En Italia, 30 millones de personas se declaran cat¨®licos. La Iglesia posee un cuarto de los bienes inmuebles, de nuestros edificios.
Como inmobiliaria no hay quien pueda con ella. Exacto. Adem¨¢s, en Italia, el Papa vive dentro. Una soluci¨®n ser¨ªa enviarlo a Jerusal¨¦n. Dejemos Roma para los romanos.
En Espa?a vive el Opus, que tambi¨¦n impone. Una organizaci¨®n que ha ganado much¨ªsimo poder dentro de la Iglesia por culpa de Juan Pablo II, por cierto. ?l llev¨® a la bancarrota las finanzas vaticanas para financiar al sindicato Solidaridad. Fue el Opus quien tap¨® el agujero.
Otro de los asuntos que trata en el libro es el creacionismo. No creamos que es s¨®lo un invento de Estados Unidos, aunque ha sido all¨ª donde se ha desarrollado m¨¢s. En Italia, ya el primer Gobierno de Berlusconi lo reivindic¨®, y no me extra?ar¨ªa que ahora volvieran a la carga. Me hace gracia que ahora, para hacer el Camino, mi compa?ero ha llevado la Biblia. Yo, en cambio, eleg¨ª El origen de las especies, de Darwin. Me ha impresionado su visi¨®n de futuro. Todas las objeciones cretinas que le ponen hoy al evolucionismo, Darwin las prev¨¦ y adem¨¢s las responde en el libro con anticipaci¨®n.
?Lo vio venir? Exacto, y basta leerlo para frenarles. Pero el problema es que son insaciables. Porque tampoco el evolucionismo va contra la religi¨®n. El problema est¨¢ no tanto en la creaci¨®n del mundo, sino en el momento que surge el hombre. Ah¨ª ten¨ªan que poner su sello.
Inventar la culpa. ?Sin culpa no hay negocio? Eso es.
?Y por qu¨¦ de entre todo el cristianismo, lo que menos se sostiene para usted es el catolicismo? Porque son los que m¨¢s dogmas imponen y, por tanto, los m¨¢s f¨¢ciles de rebatir.
M¨¢s cuando la mayor¨ªa son imposiciones caprichosas, a expensas de los papas, los concilios, las alianzas de poder. Como la infalibilidad pontificia, el dogma que m¨¢s sospechas despierta entre los creyentes. Encuestas de universidades cat¨®licas aseguran que en la infalibilidad del papa s¨®lo cree un 30% de cat¨®licos. Es el dogma m¨¢s d¨¦bil. Hay otras cosas m¨¢s absurdas, como que el 40% de los que tienen fe cree que san Juan se convirti¨® en hijo de la Virgen ante la cruz. Lo que le digo: si leyeran con atenci¨®n los evangelios, dejar¨ªan de creer autom¨¢ticamente.
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