La cuesti¨®n gitana
Mi art¨ªculo sobre los gitanos ha suscitado un par de elogios y un mont¨®n de denuestos, de lo que deduzco que comet¨ª un error y encima lo expres¨¦ mal. Siempre ocurre cuando se incurre en generalizaciones, aunque sin ellas dif¨ªcilmente podr¨ªamos abordar temas de inter¨¦s general. Reconozco que la cuesti¨®n gitana es m¨¢s compleja de lo que mi comentario daba a entender, y reconozco que al generalizar ca¨ª en los inevitables t¨®picos, aunque los mencionase con ¨¢nimo de mostrar su inconsistencia.
Por todo ello, pido disculpas. No a los gitanos, puesto que no creo en identidades ¨¦tnicas, raciales, culturales ni de ning¨²n otro orden, sino a mis lectores individuales, ante quienes s¨ª soy responsable no s¨®lo de lo que escribo, sino tambi¨¦n de las lecturas a que mis escritos den lugar, por m¨¢s que no correspondan a mi intenci¨®n ni siquiera a mis palabras. El que escribe, como el que habla, tambi¨¦n ha de tener en cuenta esta eventualidad y no pecar de imprudencia o ligereza.
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