Sobrevivir a los 'azzurri'
Todas las naciones necesitan mitos para sobrevivir. Y el gran mito espa?ol -no por entero falso, como todos los mitos- sobre el calcio italiano es el de que son los espa?oles los que juegan como unos se?ores, con sentido del espect¨¢culo, y hasta un cierto ¨¦lan renacentista, mientras que los descendientes de Dante y Miguel ?ngel son unos taca?ones del resultado, capaces de lo que sea para llevarse el gato al agua; es decir, para derrotar a Espa?a.
Todo ello oculta un tremendo complejo de inferioridad. ?C¨®mo es posible, se preguntan los tifosi espa?oles, que jugando tan bonito nos tenga que ganar un equipo de operarios, como tanto ocurre de unos a?os a esta parte? ?Qu¨¦ santa madonna protege a la squadra azzurra para alterar de esa forma el gran orden del universo?
Por ello, el partido de hoy en la Eurocopa de f¨²tbol es para el aficionado mucho m¨¢s que unos cuartos de final, esa especie de mina antipersona para la selecci¨®n espa?ola de tantos torneos anteriores. Para Espa?a se trata de una vendetta sobre la historia; contra el hado, el bambino que dio el pase a Turqu¨ªa sobre Espa?a, en otros Mundiales de Suiza, 1954, despu¨¦s de que ambos equipos empataran a dos en Roma, al sacar una bola de una copa preparada al efecto. La prensa del franquismo lleg¨® a insinuar que una de las bolas hab¨ªa sido calentada para que el ni?o, Franco Gemma, le diera la puntilla a la selecci¨®n. De Italia, una cierta Espa?a espera siempre lo peor; sobre todo, que sea mejor.
Hoy existe alguna rivalidad pol¨ªtica y antropol¨®gica entre los dos pa¨ªses mediterr¨¢neos, que tanto se parecen y, sin embargo, tan distintos son. En Italia le envidian a Espa?a, Argentina que no habla como Manzoni sino como Cervantes; algunos de los puestos de relumbr¨®n que, tras la recuperaci¨®n de la democracia desempe?an espa?oles en instancias europeas; y Espa?a, el estilo, los Ferrari, el tesoro insondable de arte y belleza que en Italia se hace totalidad, menos, al parecer, en la pr¨¢ctica del calcio.
Y el calendario viene cargado porque, si despu¨¦s de que el espa?ol Alberto Contador, un extranjero, ganara en mayo el Giro, lo que en Italia se considera casi un sacrilegio, la roja elimina a los azzurri, entonces esto s¨®lo puede ser el sorpasso.
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